La Guinea prohibida
El presidente Obiang construye ciudades de lujo a espaldas de los ecuatoguineanos
Sipopo ya no es una peque?a aldea con casas bajas clavada en la selva tropical, al noreste de la isla de Bioko (Guinea Ecuatorial). En su lugar, diez empresas extranjeras han levantado en menos de dos a?os el capricho imaginado por el presidente Teodoro Obiang: una ciudad africana que parezca europea. Hay un hotel de lujo, dos palacios de conferencias, 52 chal¨¦s para jefes de Estado, un hospital, un campo de golf, una playa privada, y una autov¨ªa iluminada de 16 kil¨®metros y tres carriles para llegar hasta all¨ª.
El sue?o de Obiang es un escaparate de edificios de cristal construido expresamente para acoger la cumbre de la Uni¨®n Africana, celebrada hace 15 d¨ªas. Como presidente de la organizaci¨®n, quer¨ªa mostrarse ante los l¨ªderes de los 52 pa¨ªses africanos como el poderoso mandatario de un pa¨ªs peque?o pero cargado de petr¨®leo. La nueva ciudad ha costado m¨¢s de 580 millones de euros y las autoridades han asegurado que el complejo de 300 hect¨¢reas se convertir¨¢ ahora en una zona tur¨ªstica de lujo que permitir¨¢ diversificar la econom¨ªa del pa¨ªs.
El desarrollo urban¨ªstico ha echado a muchas familias de sus casas
El dictador asegura que su intenci¨®n es llevar el turismo de lujo al pa¨ªs
Pero el lugar es inaccesible para la mayor parte de los ecuatoguineanos, que solo pueden llegar hasta all¨ª si es en compa?¨ªa de los diplom¨¢ticos extranjeros. La llaman la ciudad prohibida. "Consegu¨ª entrar hace poco invitado por un diplom¨¢tico. Es un lugar lujoso pero no hay nadie ahora. Ni un gato. Y las luces de la autopista ya no funcionan. ?C¨®mo se va a mantener todo eso si no se dan visados para que los turistas visiten el pa¨ªs?", dice Wenceslao Mansogo, m¨¦dico, concejal en la ciudad de Bata y miembro del principal partido opositor, Convergencia para la Democracia Social (CPDS), con un solo esca?o de los 100 que tiene el Parlamento.
Sipopo no es el ¨²nico lugar donde el dictador guineano, que gobierna la excolonia espa?ola desde el golpe de Estado de 1979, ha decidido expandir su af¨¢n urban¨ªstico. En los ¨²ltimos a?os, Obiang se ha embarcado tambi¨¦n en la ampliaci¨®n de Malabo, ha construido un mausoleo en Bata y ha ensanchado los l¨ªmites del Palacio ?frica, su residencia en la misma ciudad, obligando a muchas personas a buscar otro sitio en el que vivir. Uno de ellas es el propio Mansogo, que estos d¨ªas ha visitado Madrid para denunciar las pol¨ªticas del Gobierno de Obiang.
El 18 de junio de 2007, Mansogo se enter¨® de que Obiang hab¨ªa estado recorriendo a pie la orilla del r¨ªo Ekuku, en el l¨ªmite del Palacio ?frica, mientras se?alaba a su s¨¦quito varias extensiones de terreno ocupado por familias. En uno de esos terrenos estaba la casa de Mansogo y su familia. Al d¨ªa siguiente, las excavadoras estaban all¨ª para empezar a hacer zanjas. Armado con un machete, el m¨¦dico consigui¨® sacarlas de su tierra, pero poco despu¨¦s las excavadoras regresaron, esta vez con agentes de polic¨ªa. "Ten¨ªa los documentos de propiedad y denunci¨¦ los hechos, pero no sirvi¨® de nada en este pa¨ªs sin justicia", relata Mansogo.
La construcci¨®n de palacios presidenciales se ha extendido por toda Guinea Ecuatorial. Adem¨¢s del de Bata, Obiang ha mandado levantar nuevas residencias en Luba, Malabo II, Moka y Mongomo. El nuevo sue?o del dictador es construir una nueva capital para el pa¨ªs en Oyala, una ciudad en medio de la selva, en la parte continental de Guinea Ecuatorial. El proyecto es semiclandestino y, aunque todo el mundo sabe de su existencia, no aparece en los presupuestos generales ni se anuncia en la web del Gobierno.
"La gente est¨¢ excluida de estos proyectos", se?ala un abogado guineano que prefiere no dar su nombre. "Se est¨¢ gastando mucho dinero en cosas que no son beneficiosas para un pa¨ªs tan pobre como este". Las cifras macroecon¨®micas en Guinea Ecuatorial son enga?osas. La renta per c¨¢pita estaba en 34.843 d¨®lares en 2010, algo m¨¢s alta que la de Espa?a, seg¨²n el Banco Mundial. El dato solo sirve para demostrar las fuertes desigualdades en un pa¨ªs donde m¨¢s del 60% de la poblaci¨®n vive con menos de un d¨®lar al d¨ªa.
Obiang insiste en que sus inversiones traer¨¢n beneficios al pa¨ªs, rechaza las cr¨ªticas por considerarlas contrarias al progreso y trata de aparecer ante el resto del mundo como un hombre que quiere modernizar ?frica. La ciudad cost¨® 580 millones de euros, unas doce veces el presupuesto dedicado a sanidad y educaci¨®n juntos en 2011.
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