24 horas de guateque con Man¨¢

El pasado viernes, en un peque?o restaurante italiano de Nueva York llamado De Santos, ocurri¨® algo poco usual. Tres mexicanos se subieron al escenario con sus respectivos tequilas y tocaron el cl¨¢sico Georgia on my mind, mientras una ni?a le preguntaba confusa al bater¨ªa: "Pap¨¢, ?qui¨¦n es Georgia?". Los m¨²sicos eran Fher Olvera, Alex Gonz¨¢lez y Sergio Vall¨ªn, vocalista, bater¨ªa y guitarra respectivamente del grupo mexicano Man¨¢. La ni?a era una de las tres hijas de Alex. El m¨²sico que faltaba era Juan Calleros, bajista, al que sus compa?eros se refieren como "el que no habla", un tipo de pocas palabras pero dulce en el trato. "Estaba cansado", se excusaba al d¨ªa siguiente con timidez.

El restaurante pertenece a Alex, fan¨¢tico de la comida italiana, y es cita obligada siempre que la banda acude a la ciudad. "?Estuvo incre¨ªble!", recordaba al d¨ªa siguiente Fher parapetando su resaca tras unas gafas de sol y su garganta en una camomila. "Es que tengo que cuidarme la voz para esta noche", explicaba cinco horas antes de su cita con los fans que abarrotar¨ªan el Prudential Center de Newark (el estadio de los Nets de la NBA), separado de la Gran Manzana por el r¨ªo Hudson.

Man¨¢ adora Nueva York. "Turisteamos y vamos a museos, a conciertos, tomamos el metro, ?nadie te reconoce! Es pura libertad", dicen todos. Y Nueva York adora a Man¨¢. En 2007 llenaron el Madison Square Garden y este a?o es m¨¢s que probable que hubieran repetido la haza?a si la arena m¨¢s legendaria de la ciudad no hubiera estado cerrada por obras. No es una suposici¨®n aleatoria: Man¨¢ lleva un mes de gira por Estados Unidos con su nuevo ¨¢lbum, Drama y luz, y ya se ha convertido en la gira estrella del verano en ese pa¨ªs, donde solo rivalizan con ellos Lady Gaga y Taylor Swift, dos cantantes que jam¨¢s han colgado el cartel de no hay billetes durante cuatro d¨ªas seguidos en el Staples Center de Los Angeles. Man¨¢, s¨ª. Un hito que solo Britney Spears hab¨ªa conseguido. Pero ella cantaba en ingl¨¦s. Los veteranos rockeros mexicanos cantan en espa?ol. Alguien deber¨ªa tomar nota. Y ese alguien existe y se llama Barack Obama.

Esta semana Man¨¢ tiene prevista una reuni¨®n con el presidente estadounidense para hablar precisamente de la ley de inmigraci¨®n y de los problemas que afectan a los 50 millones de hispanos que viven en EE UU. Fher, sentado en el restaurante de un hotelazo en Hoboken (Nueva Jersey) con vistas de v¨¦rtigo a Nueva York, comentaba sus planes de cara a la esperada reuni¨®n. "La situaci¨®n de los inmigrantes no ha mejorado y es necesario que el Gobierno haga algo, porque los latinoamericanos trabajan duro en este pa¨ªs y se merecen respeto. A Obama queremos hablarle desde el punto de vista humano, desde el coraz¨®n".

Coraz¨®n, amor, mariposas... estas palabras son recurrentes en la discograf¨ªa, el discurso y la iconograf¨ªa de Man¨¢, una banda que comenz¨® su andadura hace m¨¢s de dos d¨¦cadas y cuyo sonido apenas ha cambiado desde que el sencillo Rayando el sol los catapultara en 1990 al estrellato, donde contin¨²an instalados desde entonces. Eso s¨ª, en sus letras tambi¨¦n hay moderadas reivindicaciones ecologistas y temas relacionados con la inmigraci¨®n, que en el nuevo disco han tomado forma bajo el tema Latinoam¨¦rica, un himno al continente y sus habitantes cargado de energ¨ªa, que en un pa¨ªs con millones de inmigrantes irregulares cada vez m¨¢s perseguidos adquiere un valor especial que se deja notar en la euforia que provoca en cada uno de los conciertos.

Pero m¨¢s all¨¢ de su faceta reivindicativa, son las mariposas las que aletean incesantes en el universo Man¨¢, (incluyendo uno de sus grandes ¨¦xitos, Mariposa traicionera). "A Fher le encantan. Son parte de su poes¨ªa, le inspiran". Lo explicaba su manager, Angelo Medina, mientras nos mostraba el backstage del Prudential Center antes de la llegada de la banda. Con ¨¦l estaba el mexicano Jorge Reyes, el hombre m¨¢s fiel al grupo. Lleva con ellos 28 a?os, desde los tiempos en que Man¨¢ a¨²n se llamaba Sombrero Verde, se alojaban en hoteles sin estrellas y no exist¨ªa la posibilidad de que cada m¨²sico tuviera su propio camerino. Hoy se ocupa, entre otras cosas, de organizar al equipo de 50 personas que viaja con la banda y de preparar ese backstage. Y no parece tarea f¨¢cil. "Los camerinos son el reflejo de sus personalidades pero son gente sencilla. La fama no les ha cambiado", comenta Reyes.

Sencillez no es exactamente la palabra a la que uno recurrir¨ªa tras entrar en ellos. Si los egos chillan sobre el escenario -la bater¨ªa, por ejemplo, est¨¢ en primer plano-, en el backstage tambi¨¦n tienen voz. El amplio camerino de Fher est¨¢ sumido en una luz oscura y azulada sobre la que se mueven lucecitas rojas y verdes discotequeras. Las paredes est¨¢n forradas de telas jipis gigantescas con la silueta de Bob Marley, el dios ind¨² Ganesh y... una mariposa gigante. Hay flores frescas sobre la mesa y apoyadas sobre ella una mariposa azul disecada y enmarcada, tres sillones muy mullidos, una alfombra bajo la mesa, varias botellas de buen vino y por supuesto, tequila "del bueno" en el catering.

Alex es el que se encarga de ense?arnos con orgullo su "peque?o hogar", tambi¨¦n inmerso en la oscuridad y con una mini bola de discoteca colgando bajo una mesa. Tiene un aire m¨¢s rockero e incluye dos ambientes separados, "uno para m¨ª y otro para mi familia", un proyector construido dentro de una caja de metal donde "pongo v¨ªdeos para prepararme antes del concierto" (suenan los Red Hot Chili Peppers), una Virgen de Guadalupe, luces de aquellas que estuvieron de moda hace a?os con sustancias de colores que se mueven dentro del agua, alcoholes varios y en el cuarto de ba?o, una mini bater¨ªa "para calentar antes de subir al escenario". El guitarrista y el bajo, en cambio, solo cuentan con una tira de luces en cada uno de sus camerinos, un sof¨¢, el catering de rigor y sus instrumentos.

El grupo ha llegado tarde al estadio y se les nota algo estresados, aunque mucho menos que a su equipo, que se mueve acelerado por los pasillos del backstage, por donde tambi¨¦n asoma Vicente Garc¨ªa, un cantautor dominicano que puede presumir de ser el primer telonero que acompa?a a la banda en 15 a?os. "Hay que darles oportunidades a los nuevos talentos", pens¨® Fher cuando lo escuch¨®. Una sesi¨®n de fotos fugaz con un grupo de aficionados, abrazos a amigos y familia, un encierro breve en cada uno de sus camerinos, cambio de vestuario -estricto negro para todos- y salto al escenario. Ochenta toneladas de equipo, sonido impecable, el grupo en llamas, el p¨²blico en ¨¦xtasis. Un concierto m¨¢s. "Es lo que nos da la vida. Por eso seguimos aqu¨ª".