Meritorias orejas para Javier y Cerro

Imponente de presencia la novillada de Los Galos, propiedad de Sim¨®n Casas. Imponente por fuera y por dentro; por pantalla y por intenciones. Seis novillos, algunos con hechuras de toro, y todos armados hasta los dientes. Cornalones la mayor¨ªa, y el que no, de ofensiva seriedad. Y los seis de finas puntas. Las intenciones variaron seg¨²n los casos. Muy manejable el primero, manso de libro el segundo, noble y soso el tercero, de peligro mayor el impresionante cuarto, de igual condici¨®n el quinto y el de mejor son el ¨²ltimo. Ninguno fue f¨¢cil. Los seis, incluso los de menos guerra, tuvieron mucho que torear. En la variedad est¨¢ el gusto. Y para gustos hubo de todo en esta novillada.

Los tres novilleros puntuaron. Muy alto Pascual Javier y Rafael Cerro, que adem¨¢s se libraron de milagro de salir heridos. A Javier lo cogi¨® el primero al intentar abrir la faena con uno cambiado. Midi¨® mal, rectific¨®, pero el novillo no perdon¨® el error. El viento hizo el resto. A ese novillo, le sac¨® Pascual Javier muletazos de someter. De mejor dibujo por la mano izquierda. Con el novillo ya amagando a tablas, Pascual Javier remat¨® con actitud admirable. El cuarto, un toro con toda la barba, fue poco menos que de echarse de cabeza a la trinchera. Pendiente de todo, esper¨® en banderillas y le puso dif¨ªcil el examen al novillero. Otra voltereta fuerte no merm¨® el ¨¢nimo de Pascual Javier. Valiente pero sin locuras, super¨® la prueba con aprobado alto.

A Rafael Cerro le cogi¨® el tercero al entrar por tercera vez a matar. Un perro de presa pareci¨® el novillo, que busc¨® la forma de herir. Al final, un varetazo sin mayores males. Cerro apunt¨® muy buen gusto en este, aunque no rompiera del todo. El sexto fue bueno, el mejor. Otra vez el buen gusto. La primera serie con la derecha tuvo aires de primor. La torer¨ªa en todo momento.

Mario Alcalde pech¨® con lo peor de lo malo de Los Galos. Persigui¨® por todo el ruedo al huidizo segundo y tambi¨¦n salv¨® el pellejo en el muy peligroso quinto. Libr¨® hachazos, nunca se descompuso, y sali¨® vivo de la batalla.