El y¨®del de Andy
Viendo la foto de Andy Schleck cruzando la meta del Galibier, con los brazos en alto, pu?os cerrados, m¨²sculos tensos y los dientes blancos a juego con las bandas de la manga, el casco y el maillot -la cuidada est¨¦tica del Leopard-, me fijo en la boca abierta e imagino el grito que debe de estar saliendo en ese momento de lo m¨¢s profundo de su garganta. Podr¨ªa ser simplemente una forma de coger aire, ese ox¨ªgeno que tanto escasea a esas alturas, pero no. Por cierto, de la etapa hay que tener en cuenta la cantidad de kil¨®metros que se hicieron por encima de los 2.000 metros: los siete ¨²ltimos del dur¨ªsimo Agnello, los cinco de la parte m¨¢s desolada del Izoard y los ag¨®nicos 10 kil¨®metros finales del Galibier, desde que se pasa el Lautaret. Un total de 22 kil¨®metros por encima de una altitud en la que la hipoxia -debido a la gradual baja concentraci¨®n de ox¨ªgeno en el ambiente- comienza a ser perceptible.
Aunque el maillot amarillo a¨²n no es suyo, ha cambiado el tono y el registro de la carrera por completo
Podr¨ªa ser el comienzo de un y¨®del, eso ser¨ªa lo m¨¢s acorde con el impresionante escenario que se divisa desde ah¨ª arriba. No estamos en el Tirol, esto es justamente la frontera entre los Altos Alpes y la Saboya, pero son los Alpes igualmente. El y¨®del es ese canto que se suele hacer al aire libre con cambios r¨¢pidos de tono y de registro con la propia voz. Sin palabras, solo con sonidos. Pero no, seguro que Andy ten¨ªa otras cosas en la cabeza.
Podr¨ªa ser tambi¨¦n un grito que, intencionadamente, acallara las cr¨ªticas que han tenido los dos hermanos luxemburgueses por su actitud en carrera en los d¨ªas pasados, y por sus lloros con declaraciones cuestionando la peligrosidad de un par de bajadas en las que -Andy, especialmente- han salido perjudicados. Tampoco lo creo.
Estoy seguro de que era un grito de rabia, quiz¨¢ un grito mudo: El Tour es m¨ªo, este a?o s¨ª. A¨²n no es suyo, a¨²n ni siquiera viste el maillot amarillo, ese maillot que Voeckler est¨¢ aguantando hasta l¨ªmites inimaginables y que en ese momento ni siquiera sab¨ªa si lo iba a conseguir. Pero ¨¦l lo quiere vestir en Par¨ªs, no en el Galibier, y el paso que dio ayer en la impresionante etapa alpina puede ser crucial en ese objetivo. De momento, la guerra psicol¨®gica ya la tiene ganada, y eso ya es mucho.
Frank entr¨® segundo en la meta, podr¨ªa haber sido el campeonato nacional de Luxemburgo; pero no, esto es algo m¨¢s grande. Y en la general, los brothers ya son segundo y tercero, despu¨¦s de eliminar al rival al que m¨¢s temen, Contador. Ahora el peligro se llama Evans, pero a¨²n queda otra etapa temible, la de hoy en Alpe d'Huez, para aumentar la ventaja de cara a la contrarreloj del s¨¢bado. Veremos si hoy Andy paga la factura de ayer, pero no lo creo, pues cont¨® con la impagable ayuda de dos compa?eros, Monfort y Posthuma, que le dejaron con la carrera en bandeja a 20 kil¨®metros de meta: "Hasta ah¨ª, el ¨²nico esfuerzo que hizo Andy fue su ataque en el Izoard", me dijo su director, Luca Guercilena.
Veremos, que hay ganas de verlo. D¨ªa triste para Contador, pero hay que aceptar que el y¨®del de Andy de ayer ha cambiado el tono y el registro de la carrera por completo.
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