Memoria de las dictaduras europeas
Junto con Stefan Zweig y Andr¨¦ Maurois, el jud¨ªo alem¨¢n Emil Ludwig (nacido Emil Cohn) fue uno de los grandes autores de biograf¨ªas de la primera mitad del siglo XX. Sus libros sobre Napole¨®n, Goethe o Beethoven fueron ¨¦xitos de ventas. Proverbiales eran su penetraci¨®n psicol¨®gica y su absorbente arte narrativo de buen periodista. En Espa?a, Ludwig se edit¨® con frecuencia en los a?os sesenta. Ojal¨¢ que ahora se recuperen sus obras. Tres dictadores apareci¨® en castellano en 1939. Ludwig fue uno de esos pocos autores clarividentes que previeron la cat¨¢strofe que se cern¨ªa sobre una Europa en la que estaban de moda las dictaduras. A Stalin y Mussolini los entrevist¨® en persona en 1931 y 1932. El italiano le pareci¨® m¨¢s inteligente y tratable que el georgiano; con ¨¦l habl¨® de Maquiavelo y Napole¨®n. Le parec¨ªa un hombre del pueblo que logr¨® imponerse a los d¨ªscolos italianos sin delirios tr¨¢gicos ni necedades racistas y que no quer¨ªa la guerra. Ludwig confiaba en que este "dictador discreto" no secundara a Hitler en sus ambiciones belicistas; de ser as¨ª, caer¨ªa sin remedio. En cuanto a Stalin, Ludwig lo ve¨ªa como un "tirano asi¨¢tico". No miraba a su interlocutor, y cuando lo hac¨ªa s¨®lo era de soslayo, lo que denotaba una personalidad taimada y un alma fr¨ªa y oscura. Lenin y no Marx era su ¨ªdolo. Lo pas¨® mal en su juventud, perseguido y proscrito, y su fanatismo terrorista lo impulsar¨ªa a verter la sangre que fuera necesaria para alcanzar sus delirantes ideas de planicie social. Ludwig caracterizaba a Hitler con certera dureza; nada extra?o cuando en aquel tiempo tanta propaganda proclamaba sus supuestas dotes. Para Ludwig el austriaco era un demente que camel¨® a gran parte de su pueblo con una consigna que amaban los alemanes (herederos de la Prusia militarista): "?Obedeced!". Dio uniformes a la peque?a burgues¨ªa e hizo del pa¨ªs un cuartel pomposo y wagneriano. Amoral, sin religi¨®n y sin ideas racionales; vago, melifluo, histri¨®nico, hist¨¦rico, charlat¨¢n a m¨¢s no poder, manifestador, taimado, hip¨®crita... en fin, Hitler era todo lo que ahora ya sabemos de sobra pero que entonces, en 1939, pocos se atrev¨ªan a denunciar. Francisco Ayala tradujo esta obra exiliado en Argentina por imposici¨®n mayor de otro dictador carca, rampl¨®n y asesino: Franco.
Tres dictadores: Hitler, Mussolini y Stalin. Y un cuarto: Prusia
Emil Ludwig
Traducci¨®n de francisco Ayala
Acantilado. Barcelona 2011
168 p¨¢ginas. 16 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.