Terror en Oslo
El brutal atentado de la capital noruega marca un hito en un pa¨ªs sin violencia pol¨ªtica
La confirmaci¨®n de que fue una bomba, quiz¨¢ un coche bomba, la causa de la gran explosi¨®n que sacudi¨® ayer el c¨¦ntrico distrito gubernamental de Oslo, incluida la propia oficina del primer ministro, y mat¨® al menos a siete personas, abre, a falta de datos precisos, una serie de graves interrogantes a prop¨®sito del atentado.
Noruega es uno de los pa¨ªses m¨¢s pac¨ªficos y tolerantes del mundo, y el ataque, no reivindicado y de gran magnitud, iba dirigido contra su coraz¨®n pol¨ªtico, la oficina del jefe del Gobierno Jens Stoltenberg, a quien inicialmente se consider¨® herido por la explosi¨®n, y los ministerios aleda?os. Sus consecuencias se han visto aminoradas por tratarse de un viernes de verano, con la zona semivac¨ªa, pero Oslo era anoche lo m¨¢s parecido a una ciudad en estado de sitio, con soldados en las calles y la polic¨ªa buscando nuevos explosivos.
La violencia de ra¨ªz pol¨ªtica era un fen¨®meno pr¨¢cticamente desconocido en el pa¨ªs escandinavo, uno de los de mayor nivel econ¨®mico del mundo y una sociedad ejemplarmente abierta. Cualquier conclusi¨®n sobre un atentado que marca un hito es, por tanto, prematura mientras las autoridades noruegas no avancen en su investigaci¨®n.
Entre las hip¨®tesis abiertas se abre camino la de una acci¨®n terrorista de "grupos locales antisistema", seg¨²n la versi¨®n de la polic¨ªa, sobre todo por la detenci¨®n de un sospechoso de nacionalidad noruega, conectado a su vez con un tiroteo posterior, con v¨ªctimas, en un campamento juvenil del partido gubernamental en una isla pr¨®xima a la capital.
Aunque esta detenci¨®n aleja la teor¨ªa del atentado con vinculaciones a grupos terroristas isl¨¢micos, es pertinente, sin embargo, se?alar que el atentado de Oslo, aunque mucho m¨¢s grave, tiene similitudes con los registrados en Estocolmo en diciembre pasado, reivindicados despu¨¦s como una venganza por el papel de Suecia en Afganist¨¢n. Noruega mantiene a trav¨¦s de la OTAN una activa participaci¨®n militar en la guerra que libra la Alianza contra los talibanes y Al Qaeda, as¨ª como contra las tropas de Gadafi en Libia. Esa presencia del pa¨ªs n¨®rdico en Afganist¨¢n, considerada mod¨¦lica por Washington, ha sido causa de repetidas amenazas por parte de la organizaci¨®n yihadista. Hace un a?o fueron arrestadas en Oslo tres personas acusadas de preparar ataques terroristas. La fiscal¨ªa revel¨® que los detenidos, pertenecientes a la franquicia de Osama bin Laden, estaban vinculados a desbaratados atentados en Nueva York y Manchester.
Sea el yihadismo quien ha ejecutado la matanza de Oslo, o sea en su nombre o en nombre propio un grupo o un individuo vinculado a grupos extremistas, de derecha o de izquierda, estos atentados demuestran que los Gobiernos europeos no deben bajar la guardia en la prevenci¨®n y el combate contra esta plaga que sigue abati¨¦ndose sobre nuestras sociedades.
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