Comienza el baile
Finalmente, parece que va a haber baile en el tema de la Ley de Territorios Hist¨®ricos (LTH) y de la pol¨ªtica fiscal. Y es que la presencia de cuatro partidos en el Consejo Vasco de Finanzas (CVF), uno por cada Diputaci¨®n mas el Gobierno vasco, ha hecho saltar por los aires todo el edificio pol¨ªtico que montaron hace 30 a?os los foralistas del PNV, apoyados por la derecha estatal, y relanza la discusi¨®n sobre c¨®mo repartir el dinero del concierto econ¨®mico entre Gobierno vasco, diputaciones y ayuntamientos. Ese edificio no estaba previsto para un escenario en el que el PNV solo tenga uno de los seis votos posibles.
Pero el CVF no tiene ni siquiera previsto como resolver un empate dentro del CVF (donde el Gobierno tiene tres de los seis representantes), porque los foralistas eliminaron todos los mecanismos previstos en los proyectos iniciales de la LTH para ese supuesto. Por lo tanto, con la nueva situaci¨®n pol¨ªtica puede ocurrir una de estas dos cosas:
La actuaci¨®n provincial y aislada es ineficaz en la actual coyuntura y lo ser¨¢ m¨¢s en el futuro
a) Que el Gobierno lleve propuestas al CVF en materia fiscal, o que reasigne las valoraciones de las competencias de las diputaciones a la baja, y que una de las Diputaciones, normalmente la de Gipuzkoa, le apoye. El acuerdo ser¨ªa aprobado.
b) Que el Gobierno no encuentre apoyo en ninguna diputaci¨®n, pero que fuerce la votaci¨®n de su proyecto, algo que hasta ahora nunca ha ocurrido. En ese caso surge un empate y, por aplicaci¨®n subsidiaria del art¨ªculo 22 de la Ley de procedimiento administrativo com¨²n gana el gobierno, por tener la presidencia voto de calidad y el acuerdo se aprueba.
En ambos supuestos el acuerdo aprobado en el CVF debe ser aprobado por el Parlamento vasco en votaci¨®n ¨²nica y sin posibilidades de enmiendas. Algo que por cierto convendr¨ªa reformar, permitiendo al Parlamento discutir esa ley como una ley normal.
Y la ocasi¨®n la pintan parda. La actual crisis fuerza a todos a impulsar la racionalidad econ¨®mica y la eficacia administrativa, y la ciudadan¨ªa lo sabe. Adem¨¢s, se da la circunstancia de que el Parlamento vasco tiene que aprobar en los pr¨®ximos meses la Ley de Aportaciones para el quinquenio 2012-2016, donde se tienen que reflejar los criterios de reparto de la recaudaci¨®n entre las instituciones comunes, las forales y las municipales.
Por lo tanto, el Gobierno vasco tiene la oportunidad, yo dir¨ªa que la obligaci¨®n, de proponer para el futuro unas medidas de ingresos y gastos que sean los que se correspondan a la actual situaci¨®n de crisis y que perfilen un nuevo modelo econ¨®mico para el pa¨ªs. Hay que romper con la inercia de valorar los gastos futuros de un ¨¢rea concreta (carreteras, bienestar social) en funci¨®n de lo que se ha gastado en los ejercicios anteriores y sustituirla por una planificaci¨®n del gasto futuro en cada ¨¢rea econ¨®mica y social en funci¨®n de la necesidad de implantar ese modelo nuevo de econom¨ªa, por ejemplo disminuyendo el peso de competencias como carreteras o puertos menores (que ya est¨¢n casi terminadas) y elevando el peso del gasto en nuevas tecnolog¨ªas (biomedicina, energ¨ªas alternativas, nanotecnolog¨ªa, etc¨¦tera) y en formaci¨®n del personal.
Adem¨¢s, se debe trasladar el ejercicio de cada competencia al nivel institucional m¨¢s adecuado, que en muchos casos es el Ayuntamiento o la comarca, como por ejemplo en bienestar social, donde existen duplicidades caras e ineficaces. Tambi¨¦n se debe asegurar la presencia de los Ayuntamientos en el CVF, para defender directamente sus intereses y no depender de la diputaci¨®n. Por supuesto, habr¨¢ que cambiar el sistema de reparto de competencias que se fij¨® en la LTH de 1981 y reasignar los recursos econ¨®micos en funci¨®n de ese nuevo criterio.
Y queda el tema fiscal. La actuaci¨®n provincial y aislada es ineficaz en la actual coyuntura y lo ser¨¢ m¨¢s en el futuro. No es casualidad que tras los acuerdos comunitarios de esta semana para cerrar la crisis griega, haya un consenso creciente de que la Uni¨®n Europea debe elaborar una pol¨ªtica fiscal com¨²n, porque las cosas ya no permiten actuar desde la individualidad. Hasta las nuevas fuentes de ingresos fiscales que se tienen que aprobar para poder mantener el estado de bienestar europeo tienen escala global, como el gravar las transacciones financieras o las emisiones de CO2. Y sin embargo por aqu¨ª algunos foralistas siguen pensando en los cotos cerrados provinciales como marco de la fiscalidad.
Y ?qu¨¦ decir ante las resistencias foralistas a poner en marcha planes conjuntos de inspecci¨®n fiscal contra el fraude? Ya hace 30 a?os, con ocasi¨®n de la elaboraci¨®n de los presupuestos de 1982, el Gobierno vasco del PNV propuso a las diputaciones del PNV un plan conjunto de ese tipo, obteniendo un airado rechazo de las diputaciones que consideraban "vejatoria" la idea. ?Pues no tiene sensible la piel los foralistas del PNV!
Hoy, el diputado general de Bizkaia (PNV) la sigue rechazando, curiosamente enarbolando la supuesta defensa de la intimidad de los datos fiscales de los contribuyentes. Por lo que se ve, el se?or Bilbao no se da cuenta de que si la Hacienda foral quiere conocer la situaci¨®n fiscal de sus contribuyentes vizca¨ªnos, tendr¨¢ que poder acceder a los datos de esos contribuyentes que constan en otras haciendas y viceversa. Es decir, que sin conexi¨®n real de los bancos de datos fiscales de las diversas haciendas, el ¨²nico beneficiado es el defraudador que dispersa sus ingresos y su patrimonio por el ancho mundo, aprovechando la falta de colaboraci¨®n entre las haciendas. ?O si se da cuenta, pero no le parece mal?
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