LA LEYENDA SIGUE VIVA
El drama filtre¨® de nuevo con Jos¨¦ Tom¨¢s. Fue en el cuarto, cuando quiso abrir la faena con un estatuario en el mismo platillo. El toro no hizo caso de la muleta y se fue derecho a por el torero. La voltereta fue inevitable, como una pirueta tr¨¢gica que acab¨® con Jos¨¦ Tom¨¢s inerte en la arena, conmocionado. Recuperado tras ser atendido entre barreras, Jos¨¦ Tom¨¢s volvi¨® a lo suyo: a jugarse la vida. A toro manso, huidizo y distra¨ªdo, no le volvi¨® la cara.
Fue una apuesta a cara o cruz. Atornillados los pies en la arena consisti¨® al manso toro y se lo pas¨® muy de cerca. Quiz¨¢ falt¨® temple, pero nunca emoci¨®n. El valor, como arma arrojadiza, y la bayoneta siempre calada. El toro claudic¨® y las manoletinas finales se trag¨® en terrenos de toriles. La espada cay¨® baja y mengu¨® el premio que pudo ser mayor. El p¨²blico no perdon¨® a la presidencia que no le concediera la segunda oreja y se arm¨® una buena en el tendido.
PILAR / PUERTO, TOM?S, SALD?VAR
Toros de El Pilar, correctos de presentaci¨®n, bien armados y de buenas medidas. Los mejores, tercero y sexto.
V¨ªctor Puerto: bajonazo -aviso- (saludos); estocada (silencio).
Jos¨¦ Tom¨¢s: media trasera -aviso- (saludos); estocada baja -aviso- (oreja y petici¨®n de la segunda con dos vueltas).
Arturo Sald¨ªvar: pinchazo y estocada (oreja); estocada (oreja).
Plaza de Valencia, 23 de julio, octava de abono. Lleno de "no hay billetes".
El toro de la reaparici¨®n de Jos¨¦ Tom¨¢s, segundo de la tarde, tapaba sus carencias por su respetable cabeza: muy bien armado y astifino. Fue toro de pasar de puntillas por el caballo; ni fr¨ªo ni calor. Un quite de Jos¨¦ Tom¨¢s, por gaoneras muy ce?idas, levant¨® el ambiente. Tras una entrada al caballo, r¨¦plica de Arturo Sald¨ªvar, esta vez por saltilleras tambi¨¦n muy ajustadas. El toro lleg¨® a la muleta algo crudo, con arrancadas impetuosas y frenazos en seco. Con picante, en fin. La primera serie con la derecha de Jos¨¦ Tom¨¢s tuvo mando en plaza, con una brisa molesta que apareci¨® como convidada imprevista, la segunda tanda ya no fue tan limpia. Cambi¨® la muleta de mano, intent¨® el quite a la larga distancia pero necesit¨® de la ayuda de la espada para controlar el ¨ªmpetu del toro y el molesto vientecillo. No cuaj¨® por ese lado la faena. Tampoco ya por el otro, aunque un improvisado y sorprendente cambio por la espalda, levant¨® un clamor. De ah¨ª en adelante la faena casi qued¨® convertida en una lucha, en la que ni el torero ni el toro daban su brazo a torcer. Pero una lucha que nunca alcanz¨® mayores. Jos¨¦ Tom¨¢s, terco, lo intent¨® por activa y por pasiva lo que le llev¨® a alguna precipitaci¨®n y a perder por tres veces la muleta. Tres desarmes, tres, se contaron en una labor que necesit¨® de tres muletas. Al final, ni vencedor ni vencido.
Al primer toro de la tarde se le acab¨® el fuelle tras pasar por el tercio de varas. Lo pag¨®. No muy sobrado de fuerzas, se dej¨® y en paz. No hab¨ªa para m¨¢s. Un quite de Jos¨¦ Tom¨¢s, por delantales y el remate con una media, y la r¨¦plica de V¨ªctor Puerto, que qued¨® en nada, acabaron por restarle la poca gasolina que le quedaba al toro. Puerto comenz¨® de hinojos la faena y la plaza se volc¨®. Fue un espejismo, porque desde ese momento ya no pas¨® nada m¨¢s. O s¨ª, que se desmoron¨® la cosa. Puerto acab¨® porfiando sin ton ni son ante un toro totalmente parado. El cuarto de la tarde tuvo pocas opciones por su escasas fuerzas y Puerto lo intent¨® en vano.
Tampoco el tercero pas¨® por un examen riguroso en el caballo. Puro tr¨¢mite y a otra cosa. Fresco qued¨® para la muleta, aunque nunca se entreg¨® con claridad. Toro incluso a menos, que fue recortando camino hasta decir no paso. Sald¨ªvar lo salud¨® con la muleta con un pase cambiado por la espalda citando con la muleta plegada. Limpio pasaje. Muy quieto sobre todo, el azteca se pas¨® al toro de cerca, a media altura la muleta y tratando que el astado no se quedara a mitad de camino. No fue una faena clara pero s¨ª con notable carga de emoci¨®n. Al remate de una serie le perdi¨® la cara al toro y se vio sorprendido. La voltereta fue inevitable aunque no tuvo consecuencias. Mucha actitud en Sald¨ªvar que puntu¨® con m¨¦rito. Cerr¨® la corrida otro toro de escasa fuerza pero que lleg¨® a la muleta con fijeza y prontitud por el lado derecho. Sald¨ªvar comenz¨® de rodillas y regres¨® a sus or¨ªgenes: quieto como un poste y jugando bien la mano diestra. No fue lo mismo por el pit¨®n izquierdo, por donde el toro estuvo m¨¢s remol¨®n. Mucho valor en este torero.
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