Una chabola enciende Orcasitas

A Mar¨ªa del Carmen Bautista Ortiz se le nota el mal sue?o. "No duermo", dice esta mujer de 65 a?os que luce unas ojeras como de velador. Perdi¨® las ganas hace 10 d¨ªas, cuando, junto a sus dos hijos, fue desahuciada y decidi¨® montar una chabola en un parque de Orcasitas. "?Quieres pasar y verla?", pregunta. La invitaci¨®n es pura cortes¨ªa, porque la precariedad de las paredes, unas s¨¢banas viejas, hacen visible el interior a distancia.

El sol del mediod¨ªa pega duro sobre el jir¨®n de tela que sirve de puerta a la chabola. Los cartones se extienden por el suelo, instalado bajo un antiguo templete del parque, y sobre ellos se amontonan dos colchones, dos sof¨¢s deteriorados, una hornilla, una mesita y una maleta que sirve para guardar la comida de las ratas. Como lavadora tiene un par de cacharros llenos de agua sucia. "Todas las comodidades que ves aqu¨ª las hemos encontrado en la basura", explica con amargura su hijo, Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez Bautista, de 44 a?os y en paro. "Lo peor es por el d¨ªa porque hace mucho calor, machote", se queja. No hay luz ni agua corriente. ?Y el ba?o? "Est¨¢ atr¨¢s de unas ramas", responde.

El trayecto que llev¨® a Bautista Ortiz, una extrabajadora de limpieza analfabeta, y a sus dos hijos a la calle es largo y retorcido. Enviud¨®, no tuvo para pagar el alquiler de su piso de protecci¨®n oficial y en abril de 2009 fue desahuciada. Tras pasar por un par de albergues, termin¨® viviendo en un parque de Vallecas. Luego se traslad¨® a Orcasitas. A inicios de a?o un antiguo vecino y amigo de la familia les ofreci¨® un cuarto en su piso. Se instalaron all¨ª unos meses. Hasta que hace d¨ªas este hombre falleci¨®. La familia volvi¨® a la calle. "Los primeros d¨ªas los hemos pasado mal, pero con la ayuda de los vecinos estamos mejor", dice Mercedes, su hija menor, de 38.

Desde hace una semana ya, vecinos de los barrios de Orcasitas y Usera, e integrantes del Movimiento 15-M les llevan alimentos y algo de dinero. Tambi¨¦n les ayudan con los tr¨¢mites y papeleo para acceder a servicios sociales, y para que Bautista pueda cobrar su ¨²nico ingreso, una pensi¨®n de 500 euros. La chabola ha hecho resurgir el esp¨ªritu de lucha de estos barrios, marcados por cerca de 40 a?os de batalla por una vivienda digna. "Es una alegr¨ªa que tanto tiempo despu¨¦s veamos a una familia luchando por un derecho que durante a?os se ha peleado", dice Jos¨¦ Mu?oz, activista de la Asamblea Popular de Usera.

Los vecinos y activistas del 15-M decidieron ayudar a esta familia para hacer visible el problema. Piden a las autoridades que intervengan para conseguirles un piso de alquiler bajo. "Orcasitas antes era un barrizal con chabolillas. Aqu¨ª hubo una lucha impresionante. Los servicios sociales deben hacerse cargo", dice Esperanza Mart¨ªnez, vecina de Usera.

Al acercarse la hora de la comida, Bautista sonr¨ªe cuando se le pregunta por el men¨² del d¨ªa. "Han venido los vecinos y me han dado 50 euros. Hoy comemos callos", explica con una sonrisa que por un instante casi le borra las ojeras.