"Puedo presumir de haber tocado con Charlie Parker"
Al otro lado de la l¨ªnea telef¨®nica, en su domicilio de Bruselas, Toots Thielemans echa mano de la arm¨®nica para ilustrar musicalmente los momentos destacados de su agitada biograf¨ªa: "Tocar la arm¨®nica con una mano mientras usas la otra para hablar por tel¨¦fono no es f¨¢cil, cr¨¦ame. He tenido que desarrollar una t¨¦cnica propia". A sus juveniles 89 a?os de edad, Jean-Baptiste Isidor Thielemans (Bruselas, 1922), con tratamiento de bar¨®n en su pa¨ªs por concesi¨®n del rey Alberto II, es un aut¨¦ntico tesoro viviente. Su experiencia acompa?ando a los m¨¢s grandes talentos que ha producido el jazz en su centenaria historia no tiene comparaci¨®n con la de ning¨²n otro int¨¦rprete en activo. Hoy visita San Sebasti¨¢n para actuar al frente de su cuarteto y recibir el Premio Donostiako Jazzaldia 2011.
"Durante la ocupaci¨®n nazi se prohibi¨® el jazz. Pod¨ªas ir a la c¨¢rcel"
"Chet Baker me ense?¨® a expresar con pocas notas grandes emociones"
Como tantos de sus compatriotas, el joven Thielemans sufri¨® los rigores de la II Guerra Mundial: "No fueron a?os f¨¢ciles para nadie. Durante la ocupaci¨®n alemana sufr¨ª mi primera contaminaci¨®n jazz¨ªstica. Viv¨ªa en Bruselas y hab¨ªa cerca una tienda de discos a la que iba a mirar el escaparate. Al cabo de un tiempo, reun¨ª el dinero suficiente para comprarme mi primer disco: Carry me back to old Virginy, de Louis Armstrong. Pero escuchar jazz estaba prohibido en aquellos d¨ªas. La soluci¨®n era amortiguar el sonido de la bocina del gram¨®fono con una almohada para que no lo escucharan los vecinos. Si te denunciaban, pod¨ªas ir a la c¨¢rcel".
Decidido a convertirse en m¨²sico de jazz, Thielemans adopt¨® la arm¨®nica como primer instrumento: "Para muchos m¨²sicos era un juguete. 'Fred, tira eso y coge un instrumento de verdad', me dec¨ªan. Hasta que le gan¨¦ mi primera guitarra a un amigo en una apuesta". Como en todo lo dem¨¢s, Thielemans se adentr¨® por su cuenta en la pr¨¢ctica del instrumento: "Aprend¨ª las notas escuchando los discos de Django Reindhart. Soy autodidacta. Todo lo que s¨¦, lo aprend¨ª de los discos".
En 1949, el armonicista belga toc¨® con Benny Goodman, el rey del swing: "Todo empez¨® cuando Duke Ellington vino a B¨¦lgica y yo me hice amigo de su violinista, Ray Nance. Le ense?¨¦ grabaciones con mi m¨²sica, le gustaron y se las llev¨®. Poco despu¨¦s recib¨ª la oferta de Benny". Y de Goodman a Charlie Parker: "Soy uno de los pocos m¨²sicos vivos que puede presumir de haber tocado con Charlie Parker. Primero fue en Par¨ªs, en 1949. Luego, en 1953, fui miembro de los Charlie Parker All Stars, junto a Miles Davis y Milt Jackson. Estuvimos una semana en el teatro Earl, de Filadelfia. Toc¨¢bamos tres veces por noche: primero la pel¨ªcula de John Wayne o de quien fuera, y luego sal¨ªamos nosotros".
Thielemans particip¨® en una gira junto a Parker y las estrellas de la revista Metronome. La mayor concentraci¨®n de figuras que pueda imaginarse: Parker y Goodman, la orquesta de Count Basie... "Imag¨ªnese, yo, compartiendo asiento en el autob¨²s con Stan Getz o Lester Young y, a un metro, Billie Holiday. La mayor¨ªa de las veces yo era el ¨²nico blanco". En su calidad de acompa?ante de Parker, en agosto el m¨²sico belga viajar¨¢ a Nueva York para participar en un homenaje al genio del bebop: "Se dicen muchas cosas de ¨¦l. Por lo que a m¨ª respecta, era el tipo m¨¢s amable y generoso del mundo. Me considero un estudiante agradecido suyo".
Para una mayor¨ªa de aficionados, el nombre de Toots Thielemans aparece asociado a su participaci¨®n en series y filmes de ¨¦xito como ?brete s¨¦samo, Cowboy de medianoche o Delicias turcas. Pero fue en 1962, cuando conoci¨® su mayor ¨¦xito con Bluesette, un tema que, m¨¢s tarde, interpretar¨ªa en compa?¨ªa del trompetista y cantante Chet Baker: "?ramos diferentes en todo menos en lo importante: la m¨²sica. ?l era un modelo de perfecci¨®n. Su manera de construir las frases, el modo en que cantaba... era perfecto. Yo no lo era tanto, por eso trataba de ser m¨¢s moderno que ¨¦l, porque ¨¦l resultaba inabordable".
Para Thielemans, tocar jazz es como declamar una poes¨ªa. Eso, dice, lo aprendi¨® de Baker: "Hay que aprender a decir m¨¢s con menos palabras. He llegado a un punto en mi carrera en que quiero expresar las emociones m¨¢s profundas con el m¨ªnimo de notas. Esta es la verdadera sabidur¨ªa".
A sus casi 90 a?os, el jazzista belga est¨¢ al d¨ªa de las ¨²ltimas corrientes: "En mi ordenador tengo a Joshua Redman, Steve Coleman, Brandford Marsalis, Vijay Iyer... todos fant¨¢sticos, pero no me siento tocado por su m¨²sica. Soy muy cr¨ªtico, incluso con mis propios discos. Todav¨ªa sigo estudiando y practicando a diario. Llevo medio siglo creando m¨²sica y no pienso bajar la guardia. Hank Jones estuvo en activo hasta los 92, yo tengo 89, as¨ª que me quedan algunos a?os. Toco madera".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.