Las fotos del qui¨¦n sabe d¨®nde
La recuperaci¨®n de los archivos de grandes fotorreporteros espa?oles como Luis Ram¨®n Mar¨ªn o Josep Brangul¨ª es una oportunidad para recomponer el pasado
En la primavera de 2008 EL PA?S public¨® a doble p¨¢gina una entrevista con Jorge Sempr¨²n, en la que el escritor contaba al periodista Juan Cruz algo de lo que ya se hab¨ªa dolido en m¨¢s de una ocasi¨®n: "No conservo ni una sola fotograf¨ªa de mis padres". Cuando estall¨® la Guerra Civil, su padre era embajador en los Pa¨ªses Bajos, de manera que la familia no volvi¨® a Espa?a. La vivienda familiar en Madrid fue saqueada y los Sempr¨²n no pudieron rescatar ni el menor objeto personal. Las quejas del exministro coincidieron con el cierre de la exposici¨®n que la Fundaci¨®n Telef¨®nica hab¨ªa dedicado al fot¨®grafo madrile?o Luis Ram¨®n Mar¨ªn, autor de una obra equiparable a la de los grandes fotorreporteros europeos pero desconocida por el gran p¨²blico. La dictadura y la posguerra hicieron que el valioso trabajo art¨ªstico y documental de Mar¨ªn y otros muchos haya desaparecido o sobrevivido en pintorescas circunstancias. El caso es que ante la queja p¨²blica de Sempr¨²n, el director de exposiciones de Telef¨®nica, Francisco Serrano, coment¨® el asunto con la hija del fot¨®grafo, Luc¨ªa Ram¨®n Mar¨ªn, y uno de los nietos del artista. "Mar¨ªn, entre otras ocupaciones," explica Serrano, "hab¨ªa estado haciendo reportajes de boda. Se supone que para familias adineradas que pod¨ªan permit¨ªrselo en la ¨¦poca. En nuestra exposici¨®n y cat¨¢logo se hab¨ªan seleccionado algunos ejemplos. Los apellidos Sempr¨²n y Maura eran de altura. ?Y si...? Los comisarios, Rafael Levenfeld y Valent¨ªn Vallhonrat, consultaron la base de datos (18.000 fotograf¨ªas que hab¨ªamos restaurado y digitalizado con motivo de la exposici¨®n -por cierto, la gran mayor¨ªa de las placas de cristal ten¨ªan una detallada anotaci¨®n del propio Mar¨ªn-, y all¨ª estaba: 'Boda del sr. Sempr¨²n y la srta. Maura".
Una imagen de Brangul¨ª permiti¨® a la ni?a del tren conocer a su padre
Vallhonrat: "Tras la guerra muchos destruyeron material comprometido"
La ¨²nica foto que Sempr¨²n ten¨ªa de sus padres la tom¨® Mar¨ªn en su boda
La familia del artista guard¨® 18.000 placas tapiadas durante 40 a?os
Luc¨ªa Ram¨®n Mar¨ªn envi¨® una copia de la foto con una carta al domicilio parisiense del escritor y pol¨ªtico, pero no hubo respuesta. Meses despu¨¦s Serrano se enter¨® de que Jorge Sempr¨²n pasaba unos d¨ªas en Madrid, en casa de Claudio Aranzadi, y le envi¨® otra copia y un cat¨¢logo. "Me lo encontr¨¦ despu¨¦s y estaba completamente emocionado", cuenta. "Me cont¨® que ya hab¨ªa puesto en su casa en Par¨ªs esa ¨²nica foto de sus padres (?del d¨ªa que se casaban!)". Para Sempr¨²n y su eterna b¨²squeda de la identidad en el seno de la historia debi¨® ser sobrecogedor.
El propio archivo de Mar¨ªn, o m¨¢s exactamente, su importancia, es tambi¨¦n un descubrimiento fruto de una cadena de casualidades. El a?o pasado, la exposici¨®n Transformaciones, organizada tambi¨¦n por Telef¨®nica para contar su propia historia a trav¨¦s de los reporteros gr¨¢ficos m¨¢s representativos entre comienzos del siglo XX y la posguerra, reuni¨® im¨¢genes de Alfonso, Vicente Barber¨¢ Masip, Ram¨®n Claret Artiga, Contreras y Vilaseca, Dubois, J. Gaspar, el mismo Mar¨ªn... Luc¨ªa Ram¨®n Mar¨ªn asisti¨® a aquella exposici¨®n en la que se mostraban nada menos que 60 fotograf¨ªas firmadas por su padre y se estremeci¨® al comprender el valor de lo que hab¨ªa vivido y capturado con su c¨¢mara.
Luc¨ªa ten¨ªa solo dos a?os cuando su padre muri¨®, en 1944. No tiene recuerdos personales, pero siempre supo, porque su madre as¨ª se lo cont¨®, que su padre hab¨ªa realizado miles de fotograf¨ªas, que hab¨ªa estado en casi todos los convulsos acontecimientos de la Espa?a del primer tercio del siglo XX y que sus trabajos se hab¨ªan publicado en revistas y peri¨®dicos. "No s¨¦ si era de derechas o izquierdas. Por un t¨ªo m¨ªo supe que ten¨ªa amigos en todas partes. En mis primeros recuerdos hay tres grandes arcones que yo no pod¨ªa abrir donde estaban 'las cosas de mi padre".
Esos arcones guardaban decenas de miles de im¨¢genes de la Espa?a oficial y la Espa?a de hombres y mujeres an¨®nimos. "Un d¨ªa", recuerda la hija del fot¨®grafo, "mi madre y yo nos trasladamos al barrio de Moratalaz. Un pisito de techos bajos en el que los arcones no cab¨ªan. Colocamos las placas de cristal en torres y las tapiamos. Hay quienes dicen que lo hicimos por los documentos que conten¨ªan y porque hab¨ªa retratos de gente que pod¨ªa ser represaliada. Yo siempre cre¨ª que lo hicimos porque as¨ª estorbaban menos".
All¨ª, aisladas y protegidas de los cambios de temperatura, las placas se conservaron hasta que un buen d¨ªa Luc¨ªa coincidi¨® con Virgilio Zapatero, entonces rector de la Universidad de Alcal¨¢, que le aconsej¨® que depositara los negativos en la Fundaci¨®n Pablo Iglesias. All¨ª, aquella tonelada de cristal, con cada uno de los negativos perfectamente identificados y fechados por el autor, est¨¢ a disposici¨®n de los expertos.
Tambi¨¦n la exposici¨®n dedicada por Telef¨®nica a Josep Brangul¨ª (1879-1945), el gran retratista de la Catalu?a de finales del XIX y mitad del XX, ha provocado historias de reencuentros emocionantes. Montserrat Segarra ten¨ªa dos a?os cuando fue retratada por Brangul¨ª en brazos de su padre, Carles Segarra, en la estaci¨®n de Francia en Barcelona. Era uno de los 600 trabajadores que en 1941 form¨® parte de la primera expedici¨®n de barceloneses contratados por empresas alemanas. Los padres se hab¨ªan conocido en un refugio durante los primeros meses de la guerra. ?l volvi¨® ya muy enfermo en mayo de 1943 y muri¨® en agosto. Montserrat ha podido ahora recuperar ese momento ¨²nico vivido con su padre.
Pero a veces hay chascos. El periodista Miguel ?ngel Aguilar buscaba una foto de su bisabuelo, Antonio Aguilar y Vela, y crey¨® haberlo encontrado en la exposici¨®n de Mar¨ªn. "Lo ten¨ªa en el retablo de mis admiraciones como cient¨ªfico, catedr¨¢tico de Matem¨¢ticas y miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, F¨ªsicas y Naturales. Sab¨ªa que por encargo del Gobierno de Isabel II hab¨ªa visitado los observatorios de otras capitales europeas para poner de nuevo en marcha el del Retiro, inutilizado durante a?os por los destrozos de la francesada. Por eso hab¨ªa sido nombrado director del centro al reinaugurarse. Acud¨ª a la exposici¨®n de Mar¨ªn, porque parec¨ªa brindar una espl¨¦ndida ocasi¨®n para el reencuentro con mi personaje. Apareci¨® all¨ª una foto extraordinaria de un astr¨®nomo, en tareas de observaci¨®n, sirvi¨¦ndose del mismo Herschel, sentado en el mismo sill¨®n que el de la foto de mi abuelo. Surg¨ªan dudas sobre el retratado. Al final pudo aclararse que era Antonio Vela y Herranz, tan solo un sobrino de aquel Antonio Aguilar y Vela, iniciador de una saga de aguilares astr¨®nomos, de la que yo he desertado para degradarme en periodista. Otra vez ser¨¢."
El fot¨®grafo Valent¨ªn Vallhonrat est¨¢ convencido de que los casos que trascienden son pocos respecto a la gran historia de descubrimientos que la fotograf¨ªa documental ha aportado: "A diferencia de otros pa¨ªses, como Francia, gran parte de las colecciones se han perdido. La Guerra Civil fue devastadora para este pa¨ªs porque destruy¨® mucho, pero tambi¨¦n porque algunos fot¨®grafos destruyeron material porque pon¨ªan en peligro la vida de otros".
Vallhonrat aclara que peri¨®dicos como Abc o La Vanguardia salvaron parte de sus archivos, pero recuerda que la mayor parte de las cabeceras de los diarios desaparecieron y, con ellas, un patrimonio ya irrecuperable. ?Hay esperanza de que sigan apareciendo tesoros como el de Mar¨ªn? Vallhonrat es esc¨¦ptico. Opina que ya es dif¨ªcil que se encuentren arcones llenos de im¨¢genes. Para ¨¦l lo importante es ahora conservar lo que tenemos y clasificarlo, sacar de las tinieblas el trabajo hecho por aquellos extraordinarios fotoperiodistas: "Rescatar su obra y difundirla es esencial para recuperar nuestra historia".
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