Una gota de agua en un oc¨¦ano de refugiados
El puente a¨¦reo de ayuda de la ONU a Somalia apenas logra aliviar el hambre
El puente empieza en Francia, desde donde salen con direcci¨®n a Kenia toneladas de pasta de cacahuete nutritiva. De ah¨ª a los pal¨¦s de carga del aeropuerto Jomo Kenyatta de Nairobi, al Boeing 737 fletado por la ONU y al cielo del Cuerno de ?frica con destino a Mogadiscio. En ese punto acaba el viaje amable de la ayuda humanitaria comprometida para frenar la sacudida del hambre y la sequ¨ªa en Somalia. Cruzada esa frontera, el reparto de alimentos se encuentra con una tierra sin gobierno, controlada la mitad por los islamistas de Al Shabab, y en la otra porci¨®n, por los m¨¢s de 9.000 soldados de la Uni¨®n Africana desplegados en el pa¨ªs para asegurar al Ejecutivo transitorio.
"La situaci¨®n es muy incierta en los campos de Mogadiscio", reconoce desde Nairobi Andy Needham, de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), que el martes denunci¨® enfrentamientos y saqueos entre los desplazados. "Hay mucho peligro, toda nuestra gente necesita protecci¨®n armada". Needham reconoce que el reparto y gesti¨®n de los campos en Mogadiscio -372.000 refugiados- requiere del apoyo de los "convoyes" de la Uni¨®n Africana, de "protocolos de seguridad muy serios" para los empleados de la ONU y, en el caso de las ONG, de personal contratado por ellos mismos. Las fuerzas progubernamentales controlan el puerto y el aeropuerto.
La guerra civil y la cifra de desplazados desborda al personal humanitario
El Programa Mundial de Alimentos (PMA), que cuenta con un hangar en el aer¨®dromo de Mogadiscio, logr¨® ayer hacer aterrizar el primer avi¨®n del operativo humanitario previsto para la zona, 10 toneladas de ayuda para los ni?os. Una gota de agua en un mar de refugiados que llegan en oleadas a esa ciudad o cruzan la frontera keniana. Los campos, reconoce Needham, est¨¢n desbordados, no hay agua ni alimentos suficientes y los desplazados de regiones como Bakool y Baja Shabelle -en estado de hambruna, seg¨²n la ONU- se re¨²nen ya fuera de las instalaciones. "La cifra de los que est¨¢n llegando es espectacular".
Sin embargo, el puente a¨¦reo del PMA, seg¨²n explica una de sus portavoces, Challiss McDonough, se limitar¨¢ en esta primera fase a entregar a los menores que alcancen ahora la capital somal¨ª una "ayuda alimenticia adicional". Y lo har¨¢ a trav¨¦s de las contrapartes especializadas en nutrici¨®n que trabajan en los campos. McDonough admite que el PMA "no tiene acceso" a¨²n a la zona centro-sur del pa¨ªs, la m¨¢s castigada por la sequ¨ªa, por la prohibici¨®n expl¨ªcita de Al Shabab, grupo que la CIA vincula a Al Qaeda.
La segunda fase del puente humanitario, que la portavoz del PMA sit¨²a en un "futuro" sin concretar, llevar¨¢ el Boeing 737 desde Nairobi a Dolo Alo, en Etiop¨ªa, y a Wajir, en Kenia. Si los testigos de los campos de Mogadiscio hablan de hasta 11 d¨ªas de viaje a pie de somal¨ªes que huyen del sur, los que trabajan en la megal¨®polis de refugiados de Dadaab (ya la tercera ciudad m¨¢s grande de Kenia) cuentan hasta 30 d¨ªas de odisea en el desierto. Seg¨²n relata Serene Assir, de M¨¦dicos sin Fronteras (MSF), cada d¨ªa acceden 1.300 refugiados m¨¢s a Dadaab, con capacidad para 90.000 personas, pero hogar hoy de casi 388.000.
"No hay suficiente espacio, ni servicios b¨¢sicos ni alimentos", explica Assir. Y la demora de los registros, a cargo de ACNUR, lleva a que algunos ni?os est¨¦n hasta 60 d¨ªas sin asistencia alimentaria. MSF denunci¨® ayer el traslado por parte de ACNUR de cientos de familias a un nuevo campo "sin las condiciones m¨ªnimas". Seg¨²n la ONG, las autoridades kenianas no quieren abrir otro ya acondicionado para los refugiados (escuela, hospital...) para "que no se convierta en una nueva provincia y se instalen de forma estable".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.