Poder sin responsabilidad
El proceso de constituci¨®n de una nacionalidad o regi¨®n en comunidad aut¨®noma es un camino sin retorno. En esto se diferencia el Estado auton¨®mico de la Constituci¨®n de 1978 del Estado integral de la Constituci¨®n republicana de 1931. En esta ¨²ltima, una regi¨®n aut¨®noma pod¨ªa renunciar a serlo, revirtiendo la direcci¨®n de la misma al Estado. Con la Constituci¨®n de 1978 no es posible. Y as¨ª lo dej¨® dicho de forma inequ¨ªvoca el Tribunal Constitucional en la sentencia 89/1984.
Una vez constituida, los ¨®rganos de gobierno de la comunidad aut¨®noma, Parlamento y Gobierno, no pueden dejar de dirigir pol¨ªticamente la nacionalidad o regi¨®n en los t¨¦rminos contemplados conjuntamente por la Constituci¨®n y el Estatuto de Autonom¨ªa. En este ¨²ltimo figuran las competencias que la comunidad aut¨®noma asume tras la correspondiente negociaci¨®n con el Estado, sin la cual el Estatuto de Autonom¨ªa no puede ser aprobado. La nacionalidad o regi¨®n puede negociar qu¨¦ competencias quiere asumir en el momento de constituirse en comunidad aut¨®noma, es decir, en el momento de aprobaci¨®n o reforma de su Estatuto de Autonom¨ªa, pero no puede, una vez constituida, devolver competencias que figuran en dicho Estatuto de Autonom¨ªa.
En el mundo del derecho se discute casi todo, pero esto, que yo sepa, no se ha discutido nunca desde la entrada en vigor de la Constituci¨®n y los Estatutos. La distribuci¨®n de competencias entre el Estado y las comunidades aut¨®nomas se puede modificar mediante reforma de la Constituci¨®n y/o de los Estatutos de Autonom¨ªa, pero no puede serlo unilateralmente ni por el Estado ni por una comunidad aut¨®noma. Si as¨ª no fuera, no tendr¨ªamos propiamente un Estado.
Esto no lo pueden no saber los presidentes de las comunidades aut¨®nomas, ni los que acceden a dicha condici¨®n por primera vez, como la presidenta de Castilla-La Mancha, ni los que son presidentes desde hace varias legislaturas, como el de Murcia. De ah¨ª que no se pueda entender que est¨¦n poniendo en circulaci¨®n el discurso de la devoluci¨®n de competencias en materia de justicia, de sanidad o de educaci¨®n al Estado.
Cuando se asume el Gobierno se asume la responsabilidad de dirigir pol¨ªticamente la comunidad en las condiciones en que se encuentra. No se puede aceptar el Gobierno a beneficio de inventario. No se puede simult¨¢neamente querer el poder y no querer la responsabilidad que el ejercicio del poder conlleva. La reivindicaci¨®n del poder conlleva la aceptaci¨®n de la responsabilidad. No se puede estar en el Gobierno y desplazar la responsabilidad de la acci¨®n de gobierno hacia los dem¨¢s.
A este espect¨¢culo es al que estamos asistiendo en estos d¨ªas por parte de los gobiernos de las comunidades aut¨®nomas del PP. Es obvio que estamos en una situaci¨®n muy dif¨ªcil y que gobernar en este momento supone tomar decisiones dolorosas. Pero la instancia competente para tomar cada una de ellas es la que tiene que tomarla. El Gobierno de la naci¨®n ha tomado las suyas y tiene que seguir tom¨¢ndolas. Y los gobiernos de las comunidades aut¨®nomas tambi¨¦n tienen que hacerlo. El Gobierno de CiU est¨¢ siendo un ejemplo, independientemente de que se est¨¦ o no de acuerdo con las medidas que est¨¢ adoptando. No est¨¢ escurriendo el bulto, sino que est¨¢ haciendo frente a su responsabilidad de gobernar con el coste que conlleva. Los presidentes de las comunidades gobernadas por el PP se est¨¢n comportando como adolescentes que son incapaces de asumir las responsabilidades derivadas del ejercicio del poder. Llevan a?os predicando una pol¨ªtica de rigor y austeridad, pero se echan atr¨¢s en cuanto son ellos los que tienen que ponerla en pr¨¢ctica.
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