Una casa para no volver al armario
Una fundaci¨®n monta una cooperativa para construir una residencia destinada a mayores homosexuales en un terreno alquilado al Ayuntamiento de Rivas
"Cuando un homosexual se hace mayor y entra en una residencia de la tercera edad, vuelve al armario", cuenta Federico Armenteros. ?l no quiere vivir as¨ª su vejez. Tampoco quiere que otras personas sientan la "homofobia" de los centros gestionados por la Iglesia Cat¨®lica, o de otros mayores intolerantes. Por eso planea construir una residencia con preferencia para el colectivo LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales). El Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid ya les ha cedido un terreno durante 75 a?os, en una concesi¨®n administrativa, para construir el centro.
Armenteros es el presidente de la Fundaci¨®n XXVI de Diciembre -toma el nombre del d¨ªa en que se derog¨® la ley de peligrosidad social- y uno de los 11 socios constituyentes de la cooperativa que asumir¨¢ los costes de la residencia. El proyecto est¨¢ en marcha, aunque todav¨ªa no tienen los 14 millones aproximadamente que supondr¨¢ llevarlo a cabo ni han comenzado las obras. Lo que s¨ª tienen es el suelo, 16 socios y unos folletos de presentaci¨®n en los que se ven los planos de las habitaciones y un edificio con cristaleras con la bandera del arcoiris "como s¨ªmbolo de la diversidad".
El proyecto costar¨¢ 14 millones y cada apartamento cerca de 120.000 euros
Buscan 99 socios m¨¢s de entre 40-45 a?os "que arrimen el hombro"
Las "unidades habitacionales" tendr¨¢n 45 o 50 metros cuadrados y ser¨¢n como un apartamento loft, con ba?o y cocina integrada. Habr¨¢ un m¨¢ximo de 115, con plaza para dos personas. El equipamiento ser¨¢ de "lujo", seg¨²n Armenteros, educador social de 52 a?os, presidente de la fundaci¨®n y de la cooperativa. El tesorero de la fundaci¨®n y secretario de la cooperativa, Inocente Aguado, de 42 a?os, asiente con la cabeza al o¨ªrle hablar. Ninguno tiene edad de jubilarse, pero los dos dan el perfil para sumarse a la cooperativa. Pertenecen al colectivo LGTB y tienen m¨¢s de 40 a?os. Buscan gente v¨¢lida "f¨ªsica y mentalmente" que se implique en el proyecto y "arrime el hombro". "Luego ya cuidaremos unos de otros", precisa Armenteros.
La "peque?a ciudad", que podr¨¢ tener hasta 230 personas, dar¨¢ trabajo a otras 30 que cubrir¨¢n todos los servicios y atender¨¢ las necesidades de los dependientes, seg¨²n cuenta el presidente del proyecto. Las habitaciones est¨¢n "adaptadas" y todo es "di¨¢fano salvo el ba?o", explica Armenteros. La residencia comunitaria tendr¨¢ enfermer¨ªa, biblioteca, sal¨®n de actos, gimnasio, spa, peluquer¨ªa y cafeter¨ªa-restaurante para que los usuarios "no cocinen en casa y vivan en comunidad".
Benito Rogado, director del proyecto, del Grupo Salzhenia que gestiona la cooperativa, traduce en euros las palabras de Armenteros. Cada usuario pagar¨¢ "en torno a 120.000 euros" por un apartamento que adquirir¨¢ en r¨¦gimen de concesi¨®n administrativa durante 75 a?os. Cuando el titular muera, se transmitir¨¢ el usufructo del inmueble, la posibilidad de utilizarlo, a sus herederos. Pero el socio n¨²mero uno de la cooperativa es la Fundaci¨®n XXVI de Diciembre y la idea es que sea el destino final de todos los inmuebles cuando ya no queden titulares. Los apartamentos que queden desocupados porque, por ejemplo, "ning¨²n familiar se quiera hacer cargo o no haya herederos" se destinar¨¢n a fines sociales. "Se alojar¨¢, a trav¨¦s de la fundaci¨®n, a seropositivos con una pensi¨®n muy baja o insuficiente", cuenta Armenteros.
Al t¨¦rmino de los 75 a?os de la concesi¨®n del terreno cedido por el Ayuntamiento de Rivas a cambio de un c¨¢non anual de casi 74.000 euros, el municipio adquirir¨¢ la propiedad de la residencia comunitaria y se ocupar¨¢ de la gesti¨®n. Por eso los padres del proyecto eligieron Rivas como sede, por ser "una ciudad gay friendly".
Para convencer a las entidades financieras a la hora de conceder el cr¨¦dito hipotecario, la cooperativa pedir¨¢ un pr¨¦stamo hipotecario sobre un 60% del coste. El otro 40% de los 14 millones lo obtendr¨¢n mediante autofinanciaci¨®n que los socios pagar¨¢n en cuotas hasta la entrega de llaves. La mensualidad ser¨¢ de "m¨¢s o menos 700 euros", seg¨²n Rogado, durante los 30 primeros meses de construcci¨®n (para cubrir ese 40% de autofinanciaci¨®n) y de "cerca de 1.000" cuando ya est¨¦n viviendo en la residencia. De esos 1.000 euros, unos 600 corresponden a la hipoteca (que pagar¨¢n durante 20 a?os) y el resto a la inversi¨®n para poner en funcionamiento todos los servicios disponibles. Lo que ahora hace falta para poner en marcha el proyecto es que aparezcan 99 socios cooperativistas antes del oto?o, cuando, seg¨²n Armenteros, tienen previsto negociar con los bancos e iniciar las obras.
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