?Un verano tormentoso?
Hace una semana, los dirigentes de la zona del euro nos reunimos en Bruselas. Ten¨ªamos en mente dos objetivos: asegurar la financiaci¨®n del programa griego y mejorar la sostenibilidad de la deuda de Grecia, y restaurar la confianza del mercado en la deuda soberana en euros. Tomamos decisiones importantes para el futuro de Grecia y para la zona del euro en su conjunto. Probablemente por primera vez, abarcamos todos los aspectos y los ¨¢ngulos de la crisis de la deuda en la zona del euro. No obstante, en los ¨²ltimos d¨ªas han aparecido numerosos malentendidos, debidos algunos a la complejidad de la cuesti¨®n, otros a los requisitos de los Parlamentos de determinados Estados miembros y algunos puede que, incluso, deriven de las posiciones adoptadas en los mercados. En consecuencia, considero oportuno aclarar una serie de cuestiones.
Es absurdo que se ponga a Italia y Espa?a como pa¨ªses con riesgo de impago
Espa?a tiene un bajo nivel de deuda y ha adoptado valerosas medidas
Quer¨ªamos abordar las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda de Grecia. Si bien en la ¨²ltima revisi¨®n efectuada por el FMI, el BCE y la Comisi¨®n Europea se conclu¨ªa que esta deuda es sostenible, decidimos aligerar esta carga. Nuestras decisiones presentaron tres aspectos:
En primer lugar, facilitaremos financiaci¨®n adicional en apoyo del programa griego hasta 2014.
En segundo, rebajamos el tipo de inter¨¦s aplicado a los fondos p¨²blicos que estamos prestando a Grecia a un nivel cercano al del coste de nuestra financiaci¨®n (es decir, entre el 3.5% y el 4%), y ampliamos su plazo de vencimiento del actual, cinco a?os, a un m¨ªnimo de 15 a?os y hasta 30 a?os con un periodo de gracia de 10 a?os. Con esto, la deuda griega se reducir¨¢ en 25.000 millones de euros entre 2011 y 2020, lo que disminuir¨¢ la ratio deuda-PIB en un 10%.
En tercer lugar, acordamos y apoyamos la implicaci¨®n voluntaria de los tenedores de bonos privados, con una gama de opciones (refinanciaci¨®n, intercambio, recompra) que cubrir¨¢ los pagos adeudados hasta 2020. La participaci¨®n voluntaria de los acreedores privados ser¨¢ ¨²nica, sin precedentes y limitada a Grecia.
Podr¨ªa alegarse que la deuda griega sigue en un nivel elevado, pero menos excepcional si se compara con el nivel de deuda de Jap¨®n, por ejemplo, que se sit¨²a en m¨¢s del 225%. Sin embargo, estas decisiones reducir¨¢n de modo espectacular las necesidades financieras de Grecia hasta 2020, de forma que este pa¨ªs dispondr¨¢ de tiempo para restaurar el crecimiento y recuperar el acceso al mercado. Grecia tendr¨¢ tiempo para efectuar las profundas reformas que necesita, empezando por las medidas de ahorro y recaudaci¨®n fiscal votadas por el Parlamento griego hace un mes. A tal fin decidimos tambi¨¦n proporcionar una gran asistencia administrativa y t¨¦cnica a Grecia.
En el ¨²ltimo Consejo Europeo de junio, el primer ministro let¨®n reparti¨® ejemplares de su libro,que trata de c¨®mo Letonia se ha visto frente a grandes desaf¨ªos econ¨®micos y ha conseguido estabilizar la situaci¨®n con el apoyo de la UE y del FMI. En B¨¦lgica, mis sucesores y yo mismo logramos reducir la carga de la deuda desde m¨¢s del 130% en 1992 a un 85% en 2007. Por lo tanto, es posible hacerlo. Pero hay dos condiciones para ello: debe acabarse con el despilfarro y suprimir las trabas al crecimiento econ¨®mico.
Si se llevan a la pr¨¢ctica las leyes adoptadas hace poco por el Parlamento griego, y si nuestra asistencia t¨¦cnica y de inversi¨®n da los resultados previstos, creo que Grecia tiene serias posibilidades de salir adelante.
Quer¨ªamos poner fin a la especulaci¨®n sobre la deuda en los dem¨¢s lugares de la zona del euro. Para ello, hicimos dos cosas:
En primer lugar, dejamos meridianamente claro que la participaci¨®n del sector privado va a tener lugar solo en esta ocasi¨®n. Entendemos que los mercados temen siempre una modificaci¨®n unilateral de las condiciones pactadas, aun cuando sea voluntaria, como sucede ahora que los acreedores privados van a aliviar parte de la carga de la deuda griega. No se recurrir¨¢ en m¨¢s casos a la participaci¨®n del sector privado. Y, de todas maneras, tanto Irlanda como Portugal parecen haber emprendido la senda de la recuperaci¨®n. Para ayudar a esos dos pa¨ªses a avanzar a¨²n m¨¢s, decidimos asimismo reducir el tipo y prorrogar el vencimiento de los pr¨¦stamos p¨²blicos, para situarlos en el mismo nivel del que ahora se beneficia Grecia.
En segundo lugar, decidimos mejorar y fortalecer el conjunto de instrumentos con que contamos. Para impedir que las econom¨ªas sanas de la zona del euro se vean privadas de financiaci¨®n debido a los caprichos de los mercados, hemos decidido permitir que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) intervengan con car¨¢cter cautelar, brindando la posibilidad de echar mano de los recursos si es necesario. Adem¨¢s, estamos dispuestos a prestar dinero tambi¨¦n a estos pa¨ªses en la eventualidad de que necesiten recapitalizar sus bancos si estos se ven sometidos a presi¨®n. Por ¨²ltimo, decidimos permitir que el FEEF y el MEDE intervengan en los mercados secundarios en situaciones excepcionales que deber¨¢ evaluar el BCE.
Se ha hablado mucho de estos nuevos instrumentos entre el p¨²blico y en la prensa. Contrariamente a lo que se ha afirmado en ocasiones, el FEEF tiene suficientes recursos. Y si fueran precisos recursos adicionales, los jefes de Estado y de Gobierno han reiterado que est¨¢n dispuestos a hacer todo lo que haga falta para salvaguardar la estabilidad financiera de la zona del euro. Al tomar estas audaces decisiones, varios pa¨ªses han ido mucho m¨¢s all¨¢ de sus posiciones tradicionales y traspasado con mucho los l¨ªmites que se hab¨ªan marcado, por la sencilla raz¨®n de que estaban en juego el euro y sus propias econom¨ªas. Claro est¨¢ que hubi¨¦ramos querido tambi¨¦n tomar estas medidas en un momento anterior del a?o, pero se trata de decisiones que entra?an profundos cambios en el marco pol¨ªtico de la zona del euro y que desencadenan leg¨ªtimos debates en varios pa¨ªses. Adem¨¢s, lo que importa es el resultado final.
Naturalmente, las decisiones de aplicaci¨®n deber¨¢n tomarse de mutuo acuerdo, pero una y otra vez hemos demostrado que tenemos la voluntad y la capacidad de adoptar tales decisiones. Tengo la seguridad de que, si es necesario, los Parlamentos nacionales aprobar¨¢n con celeridad estos nuevos instrumentos: y al hacerlo, actuar¨¢n en su propio inter¨¦s nacional.
Sorprendentemente, desde nuestra cumbre ha vuelto a aumentar el coste del pr¨¦stamo en varios pa¨ªses de la zona del euro. Digo "sorprendentemente" porque todos los fundamentos macroecon¨®micos apuntan en la direcci¨®n opuesta.
Nunca se insistir¨¢ bastante en que Grecia se encuentra en una situaci¨®n ¨²nica, que no es comparable a la de otros pa¨ªses de la zona del euro. Italia va a generar un super¨¢vit primario en 2011 y, con el conjunto de medidas de austeridad complementarias que se acaban de adoptar, alcanzar¨¢ el equilibrio presupuestario en 2014. Espa?a tiene un bajo nivel de deuda (aproximadamente del 70%), inferior al promedio de la UE y de la zona del euro, y ha adoptado valerosas medidas para reducir su d¨¦ficit y potenciar el desarrollo. En estos casos, la actual evaluaci¨®n del riesgo del mercado no coincide en absoluto con los datos b¨¢sicos y es absurdo que en las listas de permutas de riesgo de cr¨¦dito (CDS) se ponga a estos pa¨ªses entre los de mayor riesgo de impago.
Por ¨²ltimo, es imperativo tener presente que no se trata de una crisis relacionada con el euro. Tras la crisis financiera de 2008, todos los pa¨ªses desarrollados se enfrentan a una deuda p¨²blica creciente. DadA su interdependencia, como hemos visto clara y directamente en la Uni¨®n Europea, redunda en inter¨¦s de todos que cada pa¨ªs halle una soluci¨®n a dicha carga, adaptada a sus propias necesidades, lo cual repercutir¨¢ directamente en el empleo y el crecimiento en los pr¨®ximos a?os. Por ello, confiamos en que Estados Unidos logre salir del punto muerto en que se encuentra, por su propio inter¨¦s y en aras de la estabilidad del mercado financiero en general.
El crecimiento econ¨®mico de Europa ha mejorado, cifr¨¢ndose en un 2,5% el promedio de esa mejora en los pa¨ªses de Europa Occidental. Los pa¨ªses que se acogen actualmente a programas de pr¨¦stamo volver¨¢n a experimentar un crecimiento en 2012. Tan pronto como los consumidores y las empresas vean bajar el nivel de deudas y de d¨¦ficit, se producir¨¢ un efecto positivo adicional de aumento de la confianza del consumidor y de las inversiones empresariales. Una situaci¨®n en la que todos saldremos ganando.
Herman van Rompuy es presidente del Consejo Europeo.
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