Un Tour sin cron¨®metro

Viendo las etapas pirenaicas del Tour, en el duermevela de las siestas veraniegas, uno puede llegar a pensar que en esa zona de Francia no hay m¨¢s que autocaravanas y tipos corriendo con ikurri?as. Lo que hay, en realidad, es mucho arte rupestre, lagunas y cascadas, templos rom¨¢nicos, pueblos de postal y miradores estratosf¨¦ricos, desde los que otean todas las monta?as en 300 kil¨®metros a la redonda. En coche, parando aqu¨ª y all¨¢, son dos d¨ªas de viaje; en bicicleta, cuatro o cinco; a pie, diez.

01 Jugar a los Picapiedra

Niaux, Mas d'Azil, B¨¦deilhac, la Vache... El departamento de Ari¨¨ge, fronterizo con Andorra, est¨¢ lleno de agujeros ilustres, santuarios del arte rupestre que pueden conocerse visit¨¢ndolos uno a uno (opci¨®n cara e interminable) o viendo las espectaculares reproducciones de los mismos que se exhiben en el Parque de la Prehistoria, en Tarascon-sur-Ari¨¨ge. Al pie de un circo monta?oso dominado por el pico Trois Seigneurs, nos muestran la famosa Sala Negra de Niaux tal como estaba pintada hace 12.000 a?os, pues muchas figuras de bisontes, caballos y ciervos que ya no se aprecian en la original se han rescatado usando la luz ultravioleta. Adem¨¢s nos ense?an a hacer fuego a la primitiva usanza, a tallar el s¨ªlex, lanzar azagayas y pintar con pigmentos naturales. Es un parque grande, de 13 hect¨¢reas, donde se puede echar f¨¢cilmente toda la ma?ana, y m¨¢s con ni?os. Entrada: 9,70 euros.

? www.sesta.fr/parc-de-la-prehistoire.html

02 'Pic-nic' y zuecos

Desde Tarascon subimos por el valle de Vicdessos en busca de los puertos de Lers y Agnes, ambos de similar altura (1.517 y 1.570 metros), con rugidoras cascadas, bravas pendientes y, entre uno y otro, una laguna de dos hect¨¢reas donde los pescadores sacan truchas a espuertas. Por doquier, negros caballejos de raza M¨¦rens y grises vacas gasconas que parecen seleccionadas gen¨¦ticamente para cortar el tr¨¢fico. Nuestra ruta contin¨²a por el puerto de Latrape (1.110 metros), el valle de Ustou y el col de la Core (1.395 metros), donde una l¨¢pida recuerda a los que escaparon por este paso de la Francia ocupada por los nazis. La laguna de Bethmale -de riberas boscosas, id¨®neas para un pique-nique, que dicen aqu¨ª- es la antesala de un valle de ¨¦gloga, salpicado de bordas con afilados tejados de pizarra y de paisanos calzados con sabots (zuecos) no menos puntiagudos. Una patada con ellos debe de ser como una cornada. En Aret nos explica c¨®mo se hacen el m¨¢s renombrado sabotier, Pascal Jusot.

? www.artisan-bois-sabots.fr

03 Tarot en la catedral

No m¨¢s pasar Castillon-en-Couserans, desv¨ªo recomendado a la diestra, a Saint Lizier, antigua villa obispal y jal¨®n de uno de los muchos caminos que llevan a Santiago. Tiene 1.400 almas y dos catedrales: una abajo, que es la que se usa, con frescos rom¨¢nicos en el ¨¢bside y claustro del mismo estilo, y otra sin culto arriba, junto al palacio obispal, llena de ingenuas pinturas murales del siglo XV, como cartas de tarot, en las que aparecen mitrados, caballeros con lanzas y damas que sostienen con gesto delicado una rosa. Paseando por sus calles pulcras y enguijarradas, entre casas centenarias -como la botica del siglo XVIII, intacta- con balcones floridos abiertos a las monta?as, nos decimos que es un buen lugar para hacer noche, incluso m¨¢s de una.

? www.st-lizier.fr

04 Donde Oca?a tropez¨®

Desandamos parte del camino, hasta Audressein, para subir por el buc¨®lico valle de la Bellongue al col de Portet d'Aspet (1.069 metros). Un monumento de m¨¢rmol, bastante aparatoso, se?ala el lugar donde el ciclista italiano Fabio Casartelli se destroz¨® la cabeza al bajar del puerto en la 15? etapa del Tour, el 18 de julio de 1995. Era el cuarto hombre que mor¨ªa en esta carrera, desde su arranque en 1903. A partir de entonces fue obligatorio usar casco. Y luego otro col con morbo hist¨®rico: el de Ment¨¦ (1.349 metros), donde Oca?a perdi¨® en 1971 un Tour que ten¨ªa ganado, al tropezarse en un dram¨¢tico descenso, sobre un torrente de lodo, con el Can¨ªbal Eddy Merckx. Tambi¨¦n hay una placa. Al pie del puerto, en Saint Beat, cruzamos el Garona, que siendo un reci¨¦n nacido parece grande como el Ebro, y continuamos hasta la elegante estaci¨®n balnearia de Bagn¨¨res-de-Luchon. Demasiado fina y elegante para andar por estos puertos.

? www.luchon.com

05 Dos puertos m¨ªticos

En Bagneres-de-Luchon comienza la subida de 14,3 kil¨®metros y 950 metros de desnivel hasta el puerto de Peyresourde (1.569 metros), por donde el Tour ha pasado 60 veces. A partir de aqu¨ª se multiplican los grupos de ciclistas y los nombres pintados (grandes como gritos) sobre el asfalto. Hay curvas, subiendo desde Arrau al col d'Aspin (1.489 metros), tan repintadas de nombres que el asfalto parece blanco. La bajada hacia Sainte Marie de Campan, culebreando por un bosque de abetos, es de lo m¨¢s bello de la ruta.

06 El Everest del ciclismo

Sainte Marie de Campan huele a linimento, a grasa de cadena, a leyenda. En el Tour de 1913, Eug¨¨ne Christophe lleg¨® a este pueblo con la horquilla de la bici rota, la arregl¨® en una forja y continu¨® la escalada. Es el campo-base elegido por muchos para atacar al G¨¦ant des Pyr¨¦n¨¦es, el Tourmalet, el coloso de 2.115 metros, con pendientes superiores al 10%, que hace que los dem¨¢s puertos parezcan baches. Desde La Mongie, a tres kil¨®metros de la meta, se puede subir en telef¨¦rico, pagando 32 euros por barba, al Pic du Midi (2.872 metros), observatorio astron¨®mico, museo, restaurante, hotel y mirador que corta le souffle, o sea, el aliento. En las noches claras se ve el resplandor de las luces de Biarritz y de Barcelona. Nada, sin embargo, que pueda compararse con la experiencia de trepar al Tourmalet en bicicleta (Aneto Sports nos la alquila por 20 euros y nos la pone al pie del puerto). Bonita, la subida, no es. Las laderas peladas llenas de telesillas, desmontes y pintadas nos recuerdan al puerto de Navacerrada de hace 40 a?os. Pero eso a qui¨¦n le importa. Un enorme ciclista de metal homenajea al primero que lo coron¨®, Octave Lapize, en 1910. Todo el mundo se hace fotos con sonrisa victoriosa, hasta el que sube en coche. Hay un corredor pintado en un cart¨®n, con los brazos levantados, pero sin cabeza, para que cualquiera pueda ponerle la suya.

? www.campan-pyrenees.com

? www.picdumidi.com

? www.aneto-sports.com