La ¨²ltima revuelta del Ej¨¦rcito turco
La dimisi¨®n de la c¨²pula militar ofrece una victoria al Gobierno - Erdogan designa a un general de su confianza al frente de la Fuerzas Armadas
El Gobierno turco intentaba poner fin ayer al grave conflicto abierto el viernes con la dimisi¨®n en bloque de la c¨²pula militar, un episodio que no tiene precedentes en el largo enfrentamiento entre las autoridades islamistas moderadas, que llegaron al poder en 2002, y un estamento castrense que se considera garante de la laicidad del Estado.
Lejos de poner en jaque al Gobierno, la renuncia del general Isik Kosaner, jefe del Estado Mayor, y de los jefes de las tres fuerzas ofrece al primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, una oportunidad para extender su autoridad sobre las otrora todopoderosas Fuerzas Armadas. El mismo viernes, Erdogan nombr¨® al general Necdet ?zel, comandante de la Gendarmer¨ªa, jefe provisional del Estado Mayor y jefe del Ej¨¦rcito, lo que le sit¨²a como el previsible sucesor de Kosaner.
Los islamistas moderados del AKP han ido minando la tutela castrense
Los militares denuncian una persecuci¨®n de las autoridades civiles
Avalado por un programa reformista que contaba con el benepl¨¢cito de la Uni¨®n Europea y respaldado por un gran apoyo popular, que le ha dado tres victorias electorales consecutivas desde 2002, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) ha impulsado una oleada de reformas constitucionales destinadas a acabar con la tutela del Ej¨¦rcito y cuyo mayor ¨¦xito fue el inicio de las negociaciones de adhesi¨®n con la UE en 2005.
Hoy, tras nueve a?os en el poder, el AKP ha conseguido acaparar gran parte del poder que pertenec¨ªa a los militares y ha llevado ante los tribunales civiles a 250 oficiales de alto rango acusados de intentonas golpistas. Entre ellos hay 42 generales, casi el 10% del total.
Esta es precisamente la raz¨®n de fondo de la dimisi¨®n de la c¨²pula castrense, que ma?ana deb¨ªa reunirse con el Gobierno para debatir las promociones de la alta oficialidad en el Consejo Militar Supremo. En la agenda de este a?o estaba el ascenso de 17 uniformados sospechosos de pertenecer a la Operaci¨®n Mazo, una trama golpista que, presuntamente, buscaba desestabilizar el Gobierno de Ankara con atentados que ser¨ªan luego achacados a grup¨²sculos radicales. Seg¨²n la prensa turca, las Fuerzas Armadas exigieron esta semana al Ejecutivo que se permitiera a los sospechosos beneficiarse de las promociones, ya que sus sentencias todav¨ªa no han sido emitidas. El rechazo de la propuesta, as¨ª como la orden de arresto emitida el mismo viernes contra otros siete generales acusados de "propaganda antigubernamental" ha sido, seg¨²n el diario turco Milliyet, la gota que ha colmado el vaso.
"Uno de los objetivos de esas investigaciones y estas detenciones es mantener a las Fuerzas Armadas en el banquillo y dar la impresi¨®n a la opini¨®n p¨²blica de que somos una organizaci¨®n criminal", declar¨® el general Isik Kosaner al presentar su dimisi¨®n. Esta renuncia, y la de sus compa?eros, es la ¨²ltima revuelta, esta vez pac¨ªfica, de un estamento acostumbrado a ejercer de ¨¢rbitro de la vida pol¨ªtica turca durante m¨¢s de 70 a?os, esgrimiendo la defensa de los principios de laicidad y unidad nacional impuestos por el general Mustaf¨¢ Kemal, Atat¨¹rk, al t¨¦rmino de la I Guerra Mundial. Son esos mismos principios los que sirvieron para justificar los cuatro golpes de Estado perpetrados desde 1960.
Esta vez, la renuncia de la alta c¨²pula, que ha visto c¨®mo su autoridad se desvanec¨ªa en los ¨²ltimos a?os, marca para analistas como Ahmet Insel el fin de la era de los golpes de Estado. "Los militares se han retirado porque no son capaces de hacer frente a las acusaciones del poder civil, porque son acusaciones con fundamento", asegura. La clave, seg¨²n Insel, es el fuerte apoyo popular al partido del gobierno que en junio renov¨® su mandato por tercera vez consecutiva.
Pero tambi¨¦n hay quien teme por el futuro de las Fuerzas Armadas. Su desprestigio es un asunto delicado para un pa¨ªs que mantiene un enfrentamiento armado con la guerrilla kurda del PKK dentro de su territorio, y que tiene vecinos problem¨¢ticos como Irak o Siria.
En la reuni¨®n de ma?ana, el nuevo jefe provisional del Estado mayor, Necdet ?zel, deber¨¢ negociar la restructuraci¨®n de las Fuerzas Armadas, que con 600.000 efectivos constituyen el segundo ej¨¦rcito de la OTAN, tras Estados Unidos. El desmembramiento de la c¨²pula militar podr¨ªa dar paso a una nueva generaci¨®n de militares. Y es que sus predecesores, ascendidos a punta de asonada, son quiz¨¢s demasiado viejos para empezar a respetar la voluntad popular.
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