La m¨²sica amansa a La Fura

Con un ¨¦xito claro sin alcanzar la apoteosis se sald¨® el viernes el estreno mundial en el Festival de Peralada de la nueva producci¨®n de La Fura dels Baus de la ¨®pera Orfeo ed Euridice, de C.W. Gluck,con Carlus Padrissa firmando la direcci¨®n esc¨¦nica.

Apoyada en BandArt, la orquesta que act¨²a sin director y deambula por el escenario inclinado, participando activamente en la acci¨®n esc¨¦nica, la propuesta de La Fura es escrupulosamente fiel al original. Hasta respeta el lamentable happy end, con resurrecci¨®n de Eur¨ªdice incluida, que compositor y libretista le pusieron a la obra hace 250 a?os y que rebaja la fuerza y la trascendencia original del mito de Orfeo.

La propuesta de La Fura sorprende y llama la atenci¨®n por su originalidad al principio, es inteligente y, especialmente en el tratamiento esc¨¦nico del coro, alcanza momentos de gran belleza y capacidad de sugesti¨®n; sin embargo, avanzada la obra, en algunas escenas se desinfla. En ocasiones se abusa de la proyecci¨®n de v¨ªdeo, estrategia espectacular y relativamente econ¨®mica para dar vivacidad al espacio esc¨¦nico, a la que se recurre demasiado. Otro asunto es lo que se proyecta: capiteles rom¨¢nicos para ambientar el descenso a los infiernos del h¨¦roe. La Edad Media no pinta nada: el mito de Orfeo es anterior y la ¨®pera posterior, del siglo XVIII. La referencia a la iconograf¨ªa cl¨¢sica del tema o a la de la ¨¦poca de la composici¨®n habr¨ªa sido m¨¢s pertinente que las im¨¢genes medievales salpimentadas con violencia contempor¨¢nea que se proyecta.

El vestuario de coro y orquesta es vistoso y va en la l¨ªnea -mallas ajustadas y colorines-, de otros montajes; el de los solistas parece dise?ado por su enemigo.

En el cap¨ªtulo musical destac¨® la mezzosoprano Anita Rachvelishvili, que puso al servicio de Orfeo una voz importante, timbrada y proyectada con fuerza, pero sin estridencia. En el papel de Eur¨ªdice, Maite Alberola tambi¨¦n despach¨® con gran suficiencia su parte. M¨¢s desdibujada qued¨® Auxiliadora Toledano como Amor. La parte coral estuvo muy bien asumida por el Cor de Cambra del Palau de la M¨²sica Catalana.

La orquesta BandArt, liderada desde el puesto de concertino por Goran Nikolic, que firmaba la direcci¨®n musical, se mostr¨® comprometida e integrada y cumpli¨® con creces su cometido apoyada en la solvencia de cada instrumentista. En algunos momentos, sin embargo, se ech¨® en falta la presencia de un director que concertara voces e instrumentos y a?adiera matices expresivos.

Orfeo, con su lira, amans¨® a las furias del averno. Peralada, con Orfeo ed Euridice, ha amansado, al menos, a La Fura dels Baus.