"Los atletas viven hoy un 'reality show"
Tras ganar la final de los 400 metros vallas en los Juegos Ol¨ªmpicos de Los ?ngeles 1984, Edwin Moses, nacido en Dayton (Ohio, Estados Unidos) en 1955, vio c¨®mo su mujer y su madre lloraban, c¨®mo le abrazaban y le hablaban de su padre, fallecido ese a?o. El mundo descubri¨® entonces que Moses, imbatido durante 122 carreras consecutivas, dos veces campe¨®n ol¨ªmpico y mundial y cuatro plusmarquista del mundo, tambi¨¦n era humano. Licenciado en F¨ªsica e Ingenier¨ªa, es hoy presidente de la Academia Laureus para el Deporte y sigue tan fino como cuando verle competir era sin¨®nimo de verle vencer.
Pregunta. El jamaicano Usain Bolt gana con metros de ventaja.
Respuesta. Nada nuevo bajo el sol. Yo ganaba ya as¨ª hace 30 a?os.
"Nosotros ten¨ªamos retos intelectuales. Ahora se recluta a ni?os de 12 a?os"
"Yo revolucion¨¦ mi prueba. Pensaban que estaba loco por usar hielo como terapia"
P. Entonces, ?qu¨¦ ha cambiado en el atletismo y los atletas?
R. La misma naturaleza de la relaci¨®n con los agentes y los patrocinadores ha convertido a los atletas de hoy en gente mucho m¨¢s desconectada de lo que les rodea. Tienen un reality show, un programa televisivo en la cabeza todo el tiempo. Tienen su papel y ese papel, a veces, es el de una personalidad poco profunda. Ahora son mucho menos serios que antes respecto a cualquier cosa que no sea su carrera. Cuando yo empec¨¦, todos ten¨ªan una educaci¨®n universitaria. Ten¨ªamos retos intelectuales. Hoy, en el deporte, ves c¨®mo reclutan a ni?os de 12 a?os para jugar al f¨²tbol americano. Esos chavales nunca reciben una educaci¨®n. No tiene sentido. No creo que todos deban tomar una posici¨®n pol¨ªtica, pero hay una gran diferencia intelectual.
P. ?Qu¨¦ es lo que echa de menos en sus viajes?
R. Mis libros. Sol¨ªa leer cualquier novela; luego, libros cient¨ªficos, y m¨¢s tarde, de an¨¢lisis sobre pol¨ªtica internacional.
P. Habla como los protagonistas de Big Bang, los cient¨ªficos de una serie televisiva que, de tan raros, no ligan con ninguna mujer.
R. ?F¨ªsicos sin ligar? Eso no es verdad. Los f¨ªsicos dirigen compa?¨ªas, pa¨ªses, empresas... Comprendemos muchas cosas. Pr¨¢cticas y te¨®ricas. Creo que m¨¢s que la gente normal.
P. ?Tan diferentes eran ustedes de los atletas de ahora?
R. Yo vi mucho mundo. Nunca fui el tipo de atleta que viaja a las competiciones y se queda en el hotel escuchando m¨²sica. Siempre sal¨ªa a la ciudad a ver qu¨¦ estaba pasando por ah¨ª. Vengo de una familia acostumbrada a servir a la comunidad. Yo ten¨ªa que ser voluntario para ese tipo de trabajos durante el verano. As¨ª que nada me resultaba extra?o. Ya viajaba fuera de mi pa¨ªs con 14 a?os. Ahora tengo la oportunidad de liderar una gran organizaci¨®n, Laureus, que empez¨® de cero. Me ha dado la oportunidad de hacer cosas que nunca habr¨ªa pensado que har¨ªa. Hay muchos ni?os y muchas caras que me han conmovido en nuestros proyectos. Lo m¨¢s importante es que hemos marcado una diferencia. El aislamiento es una cosa muy estadounidense, pero yo he vivido una vida internacional. La educaci¨®n tiene mucho que ver con c¨®mo percibes la vida.
P. En un m¨ªtin en Madrid en 1987 dej¨® usted de ser invencible tras nueve a?os. ?Qu¨¦ recuerda?
R. No mucho. Lo he visto en v¨ªdeo, pero...
P. Tropieza en la ¨²ltima valla, aprieta y...
R. He olvidado todo eso.
P. ?Por qu¨¦?
R. Estaba enfermo. Nunca deb¨ª correr esa carrera. Llevaba tres d¨ªas encontr¨¢ndome mal. Eso es algo que nadie sabe. Ten¨ªa mal el est¨®mago. Me hab¨ªa sentado mal la comida. Hab¨ªa corrido en Bolonia y me hab¨ªa puesto malo porque com¨ª un pescado en mal estado.
P. ?Se siente un revolucionario?
R. Mucho. Nadie utilizaba hielo como terapia diaria. Ahora todo el mundo lo usa, igual que los estiramientos que yo hac¨ªa. En los a?os ochenta, pensaban que estaba loco. ?Por qu¨¦ sentarse en hielo? Lo investigu¨¦ y funcion¨®. Ser estudiante me ayud¨® en ese tipo de cosas, aunque no tienes que saber construir cohetes para comprenderlas. Tu cuerpo es tu fuente de ingresos. La mayor¨ªa de los atletas eran adictos a entrenadores, agentes... Yo, no. Todo lo hac¨ªa solo y por m¨ª mismo. Nadie me tuvo que obligar a hacer nada o a levantarme por la ma?ana.
P. Siempre investigaba.
R. Fui a Finlandia a buscar a los que hab¨ªan hecho el primer monitor de ritmo cardiaco. Creo que a¨²n tengo el original, el que hicieron antes de que saliera al mercado. Entonces se hac¨ªa todo a mano. Cog¨ªa los datos de ese monitor, los del entrenamiento. Los escrib¨ªa en una libreta y los estudiaba. Ahora eso se hace con wifi. Yo ten¨ªa que coger un metro y medir lo que iba a correr despu¨¦s de andar dos millas [3,2 kil¨®metros]. Hoy, coges un GPS y ves lo r¨¢pido que corres por kil¨®metro, la relaci¨®n de tu ritmo cardiaco con la elevaci¨®n... Yo eso lo hac¨ªa a mano. Ahora tienen tanta informaci¨®n que la mayor¨ªa no es consciente de las herramientas a su disposici¨®n. Muchos ni saben sus pulsaciones o el estr¨¦s que puede afrontar su cuerpo. A m¨ª era muy dif¨ªcil ganarme: estaba siempre a tope.
P. ?Dif¨ªcil?
R. Imposible. Es la verdad.
P. ?Cu¨¢nto le debe a su ego?
R. El ego debe desaparecer cuando pisas la l¨ªnea de salida en el entrenamiento. ?Qu¨¦ me hac¨ªa entrenarme todos los d¨ªas? Que era el mejor y quer¨ªa seguir si¨¦ndolo. En mi primera carrera vi que lo m¨¢s eficaz para m¨ª era emplear 13 pasos. Mi zancada era m¨¢s amplia que la de los dem¨¢s y me entrenaba con m¨¢s dureza que nadie para asegurarme de que siguiera siendo as¨ª. Desarroll¨¦ mucha fuerza por mi particular estilo. Para m¨ª, lo importante no eran las carreras. Era un estilo de vida interesante. Echo de menos el reto diario del entrenamiento.
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