Ficcionario
Si aceptamos que la historia la escriben los vencedores, una visita a las p¨¢ginas del Diccionario biogr¨¢fico espa?ol de la Real Academia de la Historia nos deparar¨¢ la desagradable impresi¨®n de que en Espa?a siempre vencen los mismos aunque a veces no lo parezca. El irreal diccionario, compilado a finales de la primera d¨¦cada del siglo XXI, por calificados, no cualificados, historiadores de esta centuria parece escrito por los herederos de los vencedores, parad¨®jicamente financiados por los perdedores, de aquella contienda incivil, con los avales de un Gobierno democr¨¢tico cuyo tambaleante presidente acaba de convocar elecciones para el pr¨®ximo 20-N, inquietante efem¨¦rides en la que se conmemora la desaparici¨®n f¨ªsica de aquel gobernante superlativo, autoritario s¨ª pero no dictatorial para los responsables de este diccionario de la infamia recalcitrante, que ofrece, seg¨²n la cr¨®nica de Joaqu¨ªn Prieto, publicada el pasado domingo en EL PA?S: Un relato nada neutral del siglo XX, la neutralidad es imposible y la objetividad privilegio de dioses que no existen. Solo ellos, o en su defecto improbables cronistas alien¨ªgenas totalmente desvinculados del acontecer humano podr¨ªan redactar una cr¨®nica terrestre ajena a las pasiones terr¨ªcolas, sus experiencias y sus memorias. La objetividad era el enga?oso caballo de batalla, de pura sangre troyana, sobre el que cabalgaban los profesores de mi vieja escuela de periodismo, afectos o sumisos a los principios del inamovible Movimiento Nacional, entelequia y parafernalia del r¨¦gimen franquista. Ellos cabalgaban y nosotros, la mayor¨ªa de los alumnos, ladr¨¢bamos nuestro desacuerdo, si la objetividad era lo suyo nosotros ser¨ªamos ferozmente subjetivos.
La Irreal Academia de la Historia erige a Aguirre en una de las figuras pol¨ªticas m¨¢s relevantes
Basta comparar los titulares y las informaciones de los distintos peri¨®dicos sobre una misma noticia para comprobar que existen diferentes objetividades que colisionan entre s¨ª. En los miles de manifestantes que desaparecen entre unos y otros diarios, en los adjetivos, incluso en los signos de puntuaci¨®n y en la puesta en p¨¢gina de unas y otras noticias la subjetividad campa por sus desafueros. Un peri¨®dico objetivo tendr¨ªa que meter en el bombo todas las informaciones del d¨ªa y sortear su colocaci¨®n de la primera a la ¨²ltima p¨¢gina. Incluso con este m¨¦todo que alumbrar¨ªa aut¨¦nticos diarios surrealistas, algunos har¨ªan trampas. Pero una cosa son las hojas volanderas de los diarios y otra las p¨¢ginas consistentes de los diccionarios a los que se les supone una objetividad pareja a las de las actas notariales, aunque a veces los notarios tambi¨¦n hagan trampas. El Ficcionario biogr¨¢fico espa?ol de la Irreal Academia de la Historia ha demolido definitivamente los ¨²ltimos reductos de mi fe en los diccionarios y ahora me entretengo poni¨¦ndole pegas a la mism¨ªsima do?a Mar¨ªa Moliner y a don Julio Casares, responsables de mis diccionarios de cabecera.
Junto a la cabecera de su cama y en las baldas de su biblioteca particular, Esperanza Aguirre debe guardar ejemplares de este ficcionario que la erige como una de las figuras m¨¢s relevantes de la escena pol¨ªtica espa?ola de todos los tiempos seg¨²n el n¨²mero de columnas que se le dedican, ocho y media, frente a las 10 consagradas a Franco. Aplicando este criterio objetivo la presidenta madrile?a cabalga a la cabeza de sus coet¨¢neos de todos los campos, en la pol¨ªtica, las artes, las letras o los deportes. Si entramos en el contenido de las columnas la impresi¨®n se agiganta. El texto de Aguirre, firmado por Manuel Jes¨²s Gonz¨¢lez y Gonz¨¢lez, que fue su secretario de Estado cuando la biografiada era ministra, es una loa desmesurada, un paneg¨ªrico ¨¦pico y l¨ªrico.
El est¨®mago agradecido del historiador de ocasi¨®n, de saldo, hoy presidente de la C¨¢mara de Cuentas de la Comunidad de Madrid, regurgita alabanzas como flatulencias. En el relato hagiogr¨¢fico, Esperanza Aguirre adquiere tintes heroicos cuando sale ilesa de un accidente de helic¨®ptero o escapa de un atentado terrorista en Bombay. Pero sigamos al comebi¨®grafo en tales avatares: "En estos episodios, no pocos observadores vieron, al lado del beneficio de la suerte, una capacidad especial para adoptar decisiones r¨¢pidas en situaciones cr¨ªticas o para adaptarse a lo inesperado".
Esta capacidad para adaptarse y tomar decisiones en momentos cr¨ªticos o inesperados sit¨²a a la lideresa por encima del com¨²n de los mortales, en una categor¨ªa semidivina, protegida por los dioses ol¨ªmpicos y ungida con la especial¨ªsima bendici¨®n de su santidad Benedicto XVI que pronto estar¨¢ entre nosotros. Ser¨ªa un buen momento para iniciar el proceso de beatificaci¨®n de la elegida; Manuel Jes¨²s ser¨ªa el postulador perfecto para su causa. Si necesitan un abogado del diablo, cuenten conmigo.
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