Obediencia debida a la Uni¨®n Europea

Cuando votamos a los que nos tienen que representar en los parlamentos, que ser¨¢n quienes tendr¨¢n el poder de hacernos obedecer las decisiones que sus se?or¨ªas tomen para organizar bien el pa¨ªs, que trabaja para que los medios lleguen y se traduzcan en realizaciones que beneficien a todos, no votamos los sueldos, ni gastos, ni privilegios como son viajar en primera y procurarse unas pensiones vitalicias de mucha cuant¨ªa. Porque todos sabemos que cuando hay vacas flacas, como ahora es el caso, causa mucho bochorno comprobar el nulo ejemplo y la falta de ¨¦tica que dan, cuando ellos mismos, los eurodiputados, disfrutan ostentosamente de unas ventajas econ¨®micas a las que no quieren renunciar, pero eso s¨ª, piden perd¨®n y siguen abusando de ellas porque por su categor¨ªa o clase creen merecerlas pese a la crisis, aunque los que les hemos de obedecer estemos a un abismo de distancia de su privilegiada situaci¨®n y tengamos que acatar, a esar nuestro, sus duros recortes sociales y econ¨®micos.

Es por ello por lo que apelo al sentido com¨²n y a la verg¨¹enza c¨ªvica de quienes tienen la obligaci¨®n de ser mod¨¦licos, para que tambi¨¦n se ajusten el cintur¨®n y recorten, como todos hacemos, su opulenta calidad de vida. Recomiendo, ante su probable negativa, que alguien con el poder y sensibilidad suficientes rectifique este "desfase contable" que deja mucho que desear, si es que quieren que les obedezcamos tan fielmente como nos exigen.