Sobrevivir
Supervivientes le ha dado a Telecinco un holgado liderazgo en las audiencias. El problema es que el concurso termin¨® en su d¨ªa y no era l¨®gico que se abandonara este tesoro. Y no lo hacen. En La Noria entrevistaron... a la presentadora. En S¨¢lvame hay un rinconcito diario para rememorar el evento. Telecinco ha hecho programas especiales para alimentar el fil¨®n.
El jueves celebraron uno de m¨¢s de dos horas, y en el mismo ya se anunci¨® un Enemigos ¨ªntimos sobre lo mismo para la semana pr¨®xima. Que no decaiga.
La ganadora del concurso, que dice haber descubierto una segunda juventud, est¨¢ cada vez m¨¢s puesta como bander¨ªn de las "t¨ªas" de cincuenta a?os que no han sabido vivir, demasiado sometidas a maridos, mam¨¢s, hijos... El jueves fue la protagonista absoluta del evento. Lo m¨¢s buscado era que contara secretos de alcoba, tras el reencuentro con el marido -?infiel?-, y satisfizo generosamente esta demanda.
Hay quien se resigna a ser una comparsa y lucir fugazmente un culo que, aclara, no est¨¢ operado, y quien trabaja a fondo para ocupar un puesto relevante en esta troupe. La chica a quien le ha tocado el papel de mala lo teoriz¨® descaradamente dirigi¨¦ndose al presentador: est¨¢ convencida de que triunfar¨¢ como comunicadora porque, como ¨¦l, "los dos hemos sido muy odiados". Hubo otro superviviente que manifest¨® su deseo de ser presentador. Debe estar buscando otro nicho televisivo porque habl¨® de estos deplorables "circos", palabra que molest¨® al presentador titular de esta saga. Y recibi¨® la reprimenda inevitable de la mala de la pel¨ªcula, que lo trat¨® de necio por "morder la mano que le da de comer". Hab¨ªa algo de apasionante metalenguaje en estos parlamentos, aunque sus autores no lo supieran.
Es tedioso, o no tanto, ver c¨®mo se volvi¨® impunemente a los mismos temas que han ocupado a la troupe las ¨²ltimas semanas, como si fueran importantes e in¨¦ditos, y la tranquilidad con que se llaman "hija de puta" sin que esto tenga otra consecuencia que esperar a otro programa para que el insultador sea el insultado.
Y todos tan contentos. Y parece que por mucho tiempo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.