Sexo, sangre y gafas 3D

El fin del mundo se cierne sobre Piamonte. La mayor tormenta veraniega que recuerdan aqu¨ª en a?os descarga con toda su furia. Recortado entre truenos, coronando una escarpada monta?a, se dibuja el Castello di Montalto. Por un momento, la realidad se confunde con la ficci¨®n. Esto podr¨ªan ser los C¨¢rpatos y los miembros del equipo de rodaje que suben en furgoneta bajo el aguacero esta pendiente suicida, las v¨ªctimas de una pel¨ªcula de terror. Arriba aguarda el aut¨¦ntico pr¨ªncipe de las tinieblas, Dario Argento (Roma, 1940). El director de Suspiria ha cambiado el giallo (g¨¦nero de terror italiano bautizado as¨ª por el papel amarillo de las novelas policiacas de los a?os treinta que le dieron vida) por Dr¨¢cula 3D, revisi¨®n tridimensional del mito de Bram Stoker.

La filmaci¨®n, necesariamente, se ha vampirizado. Cada jornada empieza a las ocho de la tarde y acaba a las seis de la madrugada. Y Argento es el primero en abandonar el sarc¨®fago y el ¨²ltimo en regresar a ¨¦l.

Dentro de un antiguo comedor medieval, supervisa la primera escena del d¨ªa. Un lobo furioso que ataca a Jonathan Harker (al que encarna Unax Ugalde). Sobre una vetusta mesa, lo que muerde, en realidad, es un enorme trozo de ternera. Ugalde no rodar¨¢ su parte hasta el d¨ªa siguiente, a las puertas del castillo. Un domador le molesta asest¨¢ndole golpecitos con una vara y gimiendo a¨²n m¨¢s que el d¨®cil animal. Tras la enorme c¨¢mara de 3D, Dario Argento tambi¨¦n gru?e, emulando el gesto que espera conseguir de la fiera. A su lado, el director de fotograf¨ªa, Luciano Tovoli, contempla en directo con las gafas especiales el efecto tridimensional del plano. Se necesitan hasta siete personas para controlar el modern¨ªsimo sistema estereosc¨®pico que utiliza esta producci¨®n, que se anuncia como la primera pel¨ªcula italiana rodada en 3D y cuyo presupuesto, seg¨²n el coproductor espa?ol Enrique Cerezo, ronda los 10 millones de euros.

Con el rostro recompuesto, Argento atiende desde su silla de lona. Resulta inevitable la pregunta: ?de verdad el mundo necesita otro Dr¨¢cula? ?l responde con su limitado espa?ol. "Yo creo que nadie ha hecho un Dr¨¢cula como este: rom¨¢ntico, terrible y salvaje [gru?e de nuevo con una mueca]. Como en la novela original, se transforma en muchos animales: lobo, cucaracha, ara?a... Al plantearme hacer una pel¨ªcula en 3D, supe que ten¨ªa que acudir a un mito inmortal". Alaba al Guillermo del Toro de Cronos y Blade II ("ha aportado una visi¨®n ¨²nica al g¨¦nero"), pero se queda con el Dr¨¢cula de la Hammer de 1958. "Cuando se ve por primera vez a Christopher Lee con la boca llena de sangre es un momento bell¨ªsimo del cine de terror". Presume de que apenas nada le da ya miedo, y recapacita un segundo. "Bueno, s¨ª. Me aterroriza la idea de que en Italia se nos viene de nuevo el fascismo. Ahora que Berlusconi est¨¢ en una situaci¨®n cada vez m¨¢s comprometida, la izquierda no parece estar preparada para tomar las riendas de este pa¨ªs, que est¨¢ en una situaci¨®n econ¨®mica y social desastrosa".

No hay tiempo para ahondar en el asunto. Aparece Thomas Kretschmann, nuestro Conde Dr¨¢cula, palid¨ªsimo y vestido de negro. Este es su reencuentro con Argento quince a?os despu¨¦s de El s¨ªndrome de Stendhal. "Me llam¨® y le dije: 'Me interesa si hacemos algo narrativamente muy cl¨¢sico, al estilo de Visconti'; y Dario me respondi¨® que s¨ª. As¨ª que le repliqu¨¦: 'Est¨¢ bien, pues hagamos un Visconti gore", recuerda Kretschmann entre risas.

La climatolog¨ªa da una tregua y, como por exigencias del gui¨®n, asoma la luna llena. Se completa la escena del lobo con un plano de Harker y Dr¨¢cula enzarzados a las puertas del castillo. Ugalde termina con los ojos enrojecidos. No es colirio. "He llorado. Para una cosa que tengo que hacer... El resto del curro lo hacen ellos", y se?ala al grupo de 70 t¨¦cnicos que tiene tomado el castillo con poleas, andamios y cables. "Argento es de rodar r¨¢pido y en pocas tomas". El director, adem¨¢s, ha tenido que planificar todo el rodaje en funci¨®n de los 10 d¨ªas que cuenta, en el papel del cazavampiros Van Helsing con Rutger Hauer, el replicante de Blade Runner. Entrada la madrugada, Argento da por finalizada la ¨²ltima toma. Y, mientras el equipo levanta el vuelo, permanece impert¨¦rrito en su silla. Como esperando paciente su retiro al amanecer en alguna oscura estancia de esta fortaleza.