Los inmigrantes logran enviar m¨¢s dinero a sus pa¨ªses al cambiar h¨¢bitos
Las remesas crecieron un 16,7% este primer trimestre respecto al mismo de 2010
Los env¨ªos desde Espa?a al extranjero crecen, sobre todo por la adaptaci¨®n de los inmigrantes a la situaci¨®n econ¨®mica. Las remesas crecieron un 16,7% respecto al mismo periodo de 2010. Si entre enero y marzo del a?o pasado los inmigrantes hicieron llegar 1.582 millones de euros a sus pa¨ªses de origen, este a?o mandaron 1.846, seg¨²n los datos del Banco de Espa?a.
La cifra significa el fin provisional de la crisis de remesas que vivi¨® el pa¨ªs entre junio de 2008 y junio de 2010, cuando los env¨ªos acumularon una ca¨ªda total del 17%, seg¨²n el centro de estudios Remesas.org. La recuperaci¨®n ya comenz¨® en el tercer y cuarto trimestre de 2010, aunque en aquel entonces rondaba el 3% y 4%, y ahora es un incremento "m¨¢s que notable", explica ??igo Mor¨¦, director de Remesas.org. No se ve¨ªa un dato as¨ª, en t¨¦rminos interanuales, desde 2007.
Muchos venden el coche, prescinden de vacaciones y vuelven a compartir piso
Un caso habitual: retornan marido e hijos y la esposa se queda en Espa?a
La primera explicaci¨®n que viene a la cabeza es que a los inmigrantes les hayan subido el sueldo, o bien que haya m¨¢s extranjeros cobrando salarios similares. No es el caso, subraya Mor¨¦. El aumento de las remesas se debe, en primer lugar, a que la crisis laboral ahora es menos aguda de lo que lleg¨® a ser para ellos. En enero, la ca¨ªda interanual de inmigrantes inscritos en la Seguridad Social era del 3,1%, lejos de los ratios del 15% que se daban en 2009. "No se destruye empleo formal a la velocidad de 2009 y 2010, pero tampoco se crea con fuerza todav¨ªa", apunta.
Eso s¨ª, las cifras no salen solo de esa ligera recuperaci¨®n econ¨®mica, sino de la adaptaci¨®n al entorno. "M¨¢s por esfuerzo y renuncias que porque los inmigrantes se lo hayan encontrado", sintetiza ??igo Mor¨¦. ?Qu¨¦ hacen para enviar remesas? Las estrategias son variadas. Es muy socorrido que las familias se disgreguen, seg¨²n Vladimir Paspuel, presidente de la Asociaci¨®n hispano ecuatoriana Rumi?ahui: "Retornan el esposo y los ni?os y la mujer se queda trabajando, por ejemplo, como interna en el servicio dom¨¦stico". De esta manera, todos los gastos de manutenci¨®n se trasladan al pa¨ªs de origen. El ejemplo le viene como anillo al dedo a Ver¨®nica, ecuatoriana de 28 a?os que trabaja en el aeropuerto de Madrid. Lleva desde 2003 en Espa?a y en ese tiempo ha sido peluquera, empleada dom¨¦stica, camarera... Aqu¨ª se cas¨® con un compatriota y aqu¨ª tuvo un hijo. En enero de 2008, su marido, que trabajaba en el sector de la construcci¨®n, se qued¨® en el paro por primera vez. Tard¨® un a?o en encontrar otra cosa. En febrero de este a?o volvi¨® a perder el empleo. "Ah¨ª tuvimos que tomar una decisi¨®n. Es muy dif¨ªcil vivir solo con un sueldo cuando se tienen ni?os, hay que pagar el alquiler de un piso... Y yo tengo trabajo fijo". Gana unos 1.000 euros al mes y su pareja, que se march¨® de Espa?a en mayo, sigue buscando empleo. Ver¨®nica ahora afronta el pago de los pasajes de la familia a Ecuador y el env¨ªo de una remesa de unos 200 euros mensuales para manutenci¨®n, gastos m¨¦dicos, etc¨¦tera... "Me est¨¢ costando. Es una lucha constante y un sacrificio", suspira.
Ver¨®nica pas¨® a vivir en un piso compartido cuando se marcharon su esposo y su hijo. Es, explica ??igo Mor¨¦, otro de los recursos de los inmigrantes para seguir enviando dinero a sus parientes. Vuelven, incluso, a los llamados pisos patera. Tambi¨¦n renuncian al ocio, a las vacaciones, venden el coche... Si antes remit¨ªan entre el 15% y el 20% de su salario, ahora mandan entre el 20% y el 30%.
En cuanto a los que m¨¢s y menos env¨ªan, desde Remesas.org se?alan que, si se cuantifica el sacrificio salarial, los que prescinden de una mayor parte de su salario son paraguayos y bolivianos (casi el 30%), mientras que los argentinos rondan el 8% y otros (brit¨¢nicos, ciudadanos de pa¨ªses con m¨¢s renta per c¨¢pita que Espa?a) no dan nada. En t¨¦rminos absolutos, chinos y filipinos son los que m¨¢s mandan: unos 3.000 euros al a?o.
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