"Intento no tomarme el f¨²tbol en serio"
Una foto enorme de Marcello Lippi con la Copa del Mundo, otra con el once campe¨®n del Mundial de Alemania y otra con las sonrisas de Cannavaro, Gattuso y Materazzi es lo primero que se encuentra uno cuando pisa Coverciano, la ciudad deportiva de la selecci¨®n italiana en Florencia. En un pasillo de la izquierda, m¨¢s escondido, hay otro mosaico de fotos, muchas en blanco y negro, de la Italia del 82. Paolo Rossi desgastado, con cara de viejo, Gentile haciendo un tackle a Maradona, Bergomi contra Brasil. Es curioso, falta la m¨ªtica foto del grito de Tardelli en la final del Bernab¨¦u. Al lado est¨¢ la sala de prensa, escenario en el que, hace 12 meses, fue presentado Cesare Prandelli (Orzinuovi, Brescia, a punto de cumplir 54 a?os), el hombre que sustituy¨® a Marcello Lippi. Un hombre que a?os antes no dud¨® en renunciar al banquillo del Roma (un mes despu¨¦s de la firma) para estar al lado de su mujer, Manuela, enferma de c¨¢ncer. "Dejarlo todo para estar con ella fue lo m¨¢s normal para m¨ª", sigui¨® repitiendo meses despu¨¦s de que su esposa falleciera. Prandelli jug¨® con la Juve de Cabrini y Platini antes de sentarse en los banquillos del Atalanta, Parma, Fiorentina y ahora de la azzurra.
"Me encanta que en Espa?a haya una pa?olada porque se gane jugando mal"
"Tengo un c¨®digo ¨¦tico: el que escupe a un rival o da codazos, no juega con Italia"
"Es una pena: Italia vive pendiente de los resultados, lleguen como lleguen"
"Nos falta talento, no hay 'tottis' o 'baggios', por eso debemos ser un equipo"
Pregunta. ?Cu¨¢l es su primer recuerdo ligado al f¨²tbol?
Respuesta. El oratorio
[as¨ª se llama el lugar pegado a cada Iglesia en el que se juntan los ni?os] cerca de casa. Era mi referencia cotidiana, all¨ª empec¨¦ a jugar al f¨²tbol con mis amigos. Se ha perdido eso y tambi¨¦n las esquinas de las plazas que us¨¢bamos para dar patadas a un bal¨®n hasta que anochec¨ªa. Ahora est¨¢n las escuelas de f¨²tbol.
P. ?Y el primer recuerdo ligado al deporte?
R. Con 12 o 13 a?os. Ten¨ªa un profe de gimnasia en el colegio, Claudio, que me ense?¨® a hacer de todo. Todo es desde la gimnasia art¨ªstica, hasta voleibol y baloncesto. Era un gran atleta.
P. ?Qu¨¦ es lo que le gusta de su profesi¨®n?
R. El contacto con los jugadores, las horas de entrenamientos, las ganas de estar en grupo y de crear. El f¨²tbol es creativo y por eso lo que me gusta es estar en el campo.
P. Hace a?os las selecciones inferiores lo ganaban todo. Ahora no ganan nada... ?El calcio ha dejado de ser creativo? ?Qu¨¦ est¨¢ pasando?
R. Lo que est¨¢ pasando ahora es que se ha puesto en marcha un proyecto para volver a ser ganadores. Estamos volviendo a nuestra cultura, que es la de unir el juego al resultado y dar la posibilidad a los chavales de crecer con experiencia internacional. Creo que en los ¨²ltimos a?os nos ha faltado eso. En los dem¨¢s pa¨ªses los j¨®venes tienen mucha m¨¢s experiencia internacional que los nuestros. Aqu¨ª solo hay dificultades, es la realidad de nuestro f¨²tbol.
P. ?De ah¨ª la crisis del calcio?
R. En las categor¨ªas inferiores el problema es ese. Por lo dem¨¢s, no tenemos estadios a la altura, ni estructuras que permitan a la gente estar c¨®moda para ver un espect¨¢culo. Hay colas interminables solo para comprar una botella de agua... Hay que empezar desde all¨ª para intentar rebajar las tensiones. El calcio vive de demasiadas tensiones, llega el domingo y venga todos al estadio a desahogarse. Y eso no es, el domingo deber¨ªa ser un momento de disfrute.
P. ?Por eso siempre dice que en el f¨²tbol no hay que tomarse las cosas demasiado en serio?
R. S¨ª. Sobre todo para los que somos entrenadores. Una semana eres el mejor y la siguiente un fesso [algo as¨ª como un tontaina]. Si te lo tomas demasiado en serio te vuelves loco y te entran las paranoias. Lo mejor es pensar en lo bueno: el sueldo, trabajar al aire libre y con gente joven y viajar. Somos unos privilegiados. Si tienes una ambici¨®n muy alta y est¨¢s obligado a ganar, pues dejas de ser tu mismo. Por eso yo he intentado siempre no tom¨¢rmelo muy en serio.
P. ?Es un marr¨®n ser el seleccionador italiano ahora?
R. No. No me pareci¨® nunca un marr¨®n, sino una responsabilidad, porque hab¨ªa que reconstruir a un equipo campe¨®n del mundo. Solo no me sentir¨¦ nunca porque en Italia hay 68 millones de seleccionadores...
P. ?Sobre qu¨¦ base est¨¢ reconstruyendo el equipo?
R. Sobre un estilo de juego, porque Italia es Italia y lo tiene que tener. Y tambi¨¦n sobre el comportamiento. Creo que lo que estamos consiguiendo es volver a acercar a la gente a la maglia azzurra.
P. ?C¨®mo quiere que juegue su Italia?
R. Con la personalidad de un equipo que conoce sus l¨ªmites.
P. La federaci¨®n contrat¨® a Rivera, Sacchi y Baggio para reestructurar el f¨²tbol italiano. ?Qu¨¦ cree que pueden aportar?
R. Tengo que reconocer que Rivera fue mi ¨ªdolo cuando era peque?o. Es m¨¢s, soy de los que piensan que cada vez que se habla de ¨¦l deber¨ªamos ponernos de pie. Trabaja con seriedad y coherencia, son los valores que hay que transmitir. Baggio es la elegancia y la determinaci¨®n, con ¨¦l vamos a volver a darle la justa importancia a la t¨¦cnica. Sacchi ha sido quiz¨¢s el ¨²nico innovador del calcio. Los tres son una combinaci¨®n extraordinaria para los juveniles.
P. Italia sigue viviendo del recuerdo de Baggio, Del Piero y Totti. ?Ya no se producen talentos?
R. Hay que tener paciencia y trabajar. Tarde o temprano volveremos a encontrarnos con jugadores de esas caracter¨ªsticas. Ahora no los hay y hay que recurrir a otras cosas.
P. ?Por ejemplo?
R. El juego de equipo. Si no hay talento al que agarrarse y sobre el que construir algo, pues mejor construir un equipo.
P. Sorprende que no siga el discurso de moda en el calcio: a falta de talento, fuerza f¨ªsica.
R. Siempre he sido de los que creen que, desde muy peque?os, lo que hay que primar es la t¨¦cnica, no el f¨ªsico. Espa?a en esto es un ejemplo. Creo que hemos cometido un error en las categor¨ªas inferiores: dar importancia a aquellos chavales que f¨ªsicamente ya estaban formados. Con eso hemos frenado el crecimiento de los talentos, que seguro que los tenemos.
P. ?Italia llegar¨¢ alg¨²n d¨ªa a tener a un Xavi y a un Iniesta?
R. Lo estamos esperando todos. Sin dar nombres, he visto a j¨®venes interesantes.
P. ?Hay un nuevo Pirlo en el horizonte?
R. Por lo pronto nos agarramos fuerte a Andrea, que nos puede dar mucho futbol todav¨ªa. Luego ya veremos. Hablamos mucho de talento y, sin duda, Pirlo lo tiene, pero tambi¨¦n tuvo a un entrenador como Carletto Mazzone que le cambi¨® de posici¨®n y lo puso en el centro del campo en el Brescia. Si no, igual se habr¨ªa perdido.
P. ?No le duele leer que Paolo di Canio dice que hasta la cuarta divisi¨®n inglesa es m¨¢s divertida que el calcio?
R. No. Yo respeto lo que dice.
P. ?Qu¨¦ le divierte del f¨²tbol italiano?
R. Divertimiento no es que haya... Es una pena pero vivimos pendientes del resultado. Da igual como llegue, cuando llega, todos felices.
P. ?Qu¨¦ le divierte del f¨²tbol espa?ol?
R. La b¨²squeda constante del buen juego. Me gusta esa filosof¨ªa, me gusta ver pa?oladas hacia un equipo que ha ganado pero ha jugado mal.
P. ?Podr¨ªa darse en Italia?
R. No, ser¨ªa muy dif¨ªcil. Lo digo porque he trabajado con los sectores juveniles y somos maestros en querer el resultado como ¨²nico objetivo. Lo bueno es que empiezo a ver entrenadores en Italia que buscan el resultado, pero a trav¨¦s del juego.
P. Entre ellos est¨¢ usted. Se march¨® Lippi y con Prandelli ha bajado la media de edad de la selecci¨®n en tres a?os. Se march¨® Lippi y lo primero que hizo usted fue convocar a Rossi, Cassano y Balotelli. ?Por qu¨¦ los dem¨¢s tienen miedo a los j¨®venes?
R. No creo que sea miedo. Es por lo que he comentado antes, se vive de tensiones. Ponen a un joven y durante dos semanas la gente lo considera un talento, luego juega mal un partido y tiene dificultades para crecer con serenidad. Por eso los clubes no quieren arriesgarse. Me parece, de todas formas, que en el ¨²ltimo campeonato se ha intentado apostar por los j¨®venes.
P. Usted ha impuesto en la selecci¨®n un c¨®digo ¨¦tico.
R. Es una manera de responsabilizar a los jugadores. Saben que si no se comportan de cierta manera, no estar¨¢n aqu¨ª. El que escupe a un rival, le suelta o un codazo o hace faltas absurdas no se merece vestir la camiseta de la selecci¨®n. Y as¨ª ha sido.
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