'Hooligans' 'versus' indignados
Si hay una debilidad humana que nos define pr¨¢cticamente a todos es nuestro apego a las ideas fijas. Buscamos pruebas que las apoyen en los lugares m¨¢s rec¨®nditos o nos negamos ciegamente a aceptar los hechos que las refutan. Caemos todos en ello, los poderosos que deciden nuestros destinos y los que andamos por el mundo haciendo lo que podemos.
Una r¨ªgida opini¨®n que yo alimento desde hace tiempo (y siempre que la oportunidad se presenta) es que la sociedad espa?ola es m¨¢s sana que la inglesa. Esta misma semana he encontrado una nueva raz¨®n para consolidar mi prejuicio. Me refiero a los disturbios en Londres, que se han extendido por el resto de Inglaterra.
Evidentemente lo que hay de fondo aqu¨ª es un descontento social, una insatisfacci¨®n con el mundo como es. ?C¨®mo responden los ingleses? Pues robando televisores de pantalla plana y zapatillas deportivas, e incendiando coches y casas. ?C¨®mo responden los espa?oles? Pues como han hecho los indignados del movimiento 15-M.
Ahora, di lo que quieras de los indignados -que les falta coherencia, que carecen de propuestas realistas, que son unos quijotes- pero lo que les motiva es el deseo de que tengamos un mundo mejor. Sus impulsos son nobles; sus acciones, claramente pol¨ªticas. Quieren ocupar la Puerta del Sol, no quemarla y saquear El Corte Ingl¨¦s. El origen del movimiento est¨¢ en el desempleo, en la injusticia social, en los grotescos bonus que reciben los primeros responsables de la crisis que sacude el mundo.
El origen de los disturbios ingleses fue la muerte a tiros a manos de la polic¨ªa de un tipo que, seg¨²n parece, no dispar¨® antes, pero s¨ª iba armado con pistola, y s¨ª era un pandillero y un mat¨®n, y probablemente traficaba con drogas. Como m¨¢rtires para la causa se me ocurre que debe de haber mejores candidatos. Eso s¨ª, la reacci¨®n a su fallecimiento ha sido coherente. Los cabreados ingleses han imitado su ejemplo: violencia, criminalidad, hooliganismo. Pero idealismo pol¨ªtico: ni p¨ªo.
Igual me equivoco, claro, o estoy siendo deshonestamente selectivo con las pruebas que aporto para apoyar mi tesis. (Por supuesto que hay muchas cosas buenas en Inglaterra: carecen de esa pomposa solemnidad que se da tanto en los espa?oles, los cultos son muy cultos, la tele es mejor, etc¨¦tera) Pero a d¨ªa de hoy estoy m¨¢s convencido que nunca de que la generalidad de la sociedad espa?ola -la generalidad, insisto- es mucho m¨¢s civilizada que la generalidad de la inglesa.
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