"Solo atendemos urgencias"
Los usuarios llevan bien la protesta de los boticarios
Dos mujeres discuten en la farmacia del Arrabal, de Toledo, sobre qu¨¦ crema comprar para el ni?o. Al final no se llevan ninguna. "Estamos de huelga. Solo atendemos urgencias", les explica el boticario Jos¨¦ Garc¨ªa S¨¢nchez. ?l ha abierto porque es una de las cuatro oficinas de la capital castellanomanchega que est¨¢ obligada -hay otras como la de Zocodover, que se ha descolgado de la protesta-.
El cierre afecta sobre todo a los despistados, como Tom¨¢s Castro. El hombre llega jadeante al establecimiento buscando un remedio para su esposa. "Es que estamos aqu¨ª de turismo", dice. "Ya he estado en tres farmacias, pero estaban cerradas". Al final, ¨¦l y el boticario acuerdan que es mejor que lleve a la mujer a un centro sanitario. Aunque si hubiese insistido un poco, se hubiera llevado el remedio. "Es que no podemos hacer que paguen los usuarios. Ellos no tienen la culpa", afirma el farmac¨¦utico, que despacha sin problema a otras clientas.
En los pueblos la situaci¨®n es parecida. En la plaza de Mag¨¢n (2.000 habitantes), un municipio a unos 60 kil¨®metros de Madrid, un grupo de ancianos indica sin dudar d¨®nde est¨¢ la farmacia, pero que est¨¢ cerrada. No hay reproches ante lo que sucede, sino casi inter¨¦s ante una situaci¨®n que se sale de la rutina. Lo mismo sucede en Yunclillos (mil habitantes). La oficina est¨¢ cerrada a cal y canto, aunque una mujer ha desafiado el calor y se ha acercado. "Pero no me han abierto. Debe de ser por la huelga esa", comenta resignada.
Para ellos, la soluci¨®n est¨¢ a unos cuantos kil¨®metros, en Caba?as de la Sagra, que es el pueblo m¨¢s cercano cuya farmacia est¨¢ de guardia.
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