Crep¨²sculo de un cuentista cort¨¦s
De los muchos Borges que se pueden rescatar no elegir¨¦ el ensayista, el poeta, el narrador filos¨®fico, el reescribidor, el cr¨ªtico, el profeta ni el parodista. Elegir¨¦ el Borges que Adolfo Bioy Casares fue construyendo silenciosamente a lo largo de a?os de persuasi¨®n y contagiosa labor en com¨²n. Bioy empez¨® siendo el disc¨ªpulo del autor de Ficciones para luego ir convirti¨¦ndose lentamente en su maestro, seg¨²n el propio Borges confes¨® en los a?os finales, cuando influido por su gran amigo busc¨® un estilo m¨¢s llano y esencial, con una econom¨ªa de vocabulario que intentaba dejar atr¨¢s el barroquismo de sus primeras prosas. La sencillez, la originalidad y la hondura -cualidades tan dif¨ªciles de engarzar con duende y con ¨¦xito- se cruzan en dos libros de cuentos inolvidables pero poco reconocidos: El informe de Brodie y El libro de arena.
En el pr¨®logo del primero alude a los ¨²ltimos relatos de Kipling, que le parecen no menos laber¨ªnticos ni angustiosos que los de Kafka. "No pocos son lac¨®nicas obras maestras", dice Borges. "Alguna vez pens¨¦ que lo que ha concebido y ejecutado un muchacho genial puede ser imitado sin inmodestia por un hombre en los lindes de la vejez, que conoce el oficio". Intentaba Borges la redacci¨®n de "cuentos directos", y lo anunciaba con todas las letras.
Algunas de las piezas de esa colecci¨®n est¨¢n dedicadas al culto del coraje y son protagonizadas por cuchilleros, aquellos esgrimistas criollos de pu?al y chambergo que el autor de Pierre Menard mitific¨® con sus duelos, destinos y penumbras. El mejor de todos ellos quiz¨¢s sea El encuentro, que abre con un p¨¢rrafo notable: "Quien recorre los diarios cada ma?ana lo hace para el olvido o para el di¨¢logo casual de esa tarde, y as¨ª no es raro que ya nadie recuerde, o recuerde como en un sue?o, el caso entonces discutido y famoso de Maneco Uriarte y de Duncan". Un Borges en una ni?ez imaginaria asiste a un asado campero junto al r¨ªo color de le¨®n, y presencia un extra?o e inesperado duelo a cuchillo entre dos hombres pac¨ªficos. La resoluci¨®n de ese acontecimiento v¨ªvido es indudablemente fant¨¢stica, aunque Borges la revele como si se tratara de un ingenioso enigma policial.
Convive con ese cuento otro muy especial: El Evangelio seg¨²n Marcos, que transcurre en una estancia de La Pampa, y que protagoniza un joven librepensador que por aburrimiento les lee la Biblia a un capataz analfabeto y a su callada familia. Al joven le espera, en la ¨²ltima l¨ªnea, su propia crucifixi¨®n. Pero ese desenlace no es sino el final de un texto que reflexiona acerca de la escritura, de la comprensi¨®n de las alegor¨ªas y de los malentendidos de la fe.
El informe de Brodie resulta un homenaje expl¨ªcito a Conrad, y tiene ecos de Roger Casement, ahora h¨¦roe tr¨¢gico de El sue?o del Celta. El informe en cuesti¨®n condensa una original¨ªsima civilizaci¨®n selv¨¢tica, arcaica y perdida. En rigor de verdad muchos cuentos cortos de Borges suelen ser sinopsis de novelas. Ciego e impedido de escribir el gran g¨¦nero de la literatura moderna, el autor de El Aleph se dedic¨® a repudiarlo luego de haberlo le¨ªdo con fruici¨®n.
En el comienzo de El duelo ofrece precisamente una explicaci¨®n ingeniosa acerca de su procedimiento literario y, sobre todo, alrededor de su imposibilidad de escribir textos de largo aliento. "Henry James quiz¨¢s no hubiera desde?ado la historia", dice sobre el breve cuento que se dispone a escribir. "James le hubiera consagrado m¨¢s de cien p¨¢ginas de iron¨ªa y ternura, exornadas de di¨¢logos complejos y escrupulosamente ambiguos. No es improbable su adici¨®n de alg¨²n rasgo melodram¨¢tico". A continuaci¨®n, Borges confiesa que "lo esencial no habr¨ªa sido modificado" si James lo hubiera escrito. Pero tambi¨¦n que ¨¦l ahora se limitar¨ªa "a un resumen del caso, ya que su lenta evoluci¨®n y su ¨¢mbito mundano son ajenos a mis h¨¢bitos literarios".
Un resumen del caso le permite despachar a su vez la novela que lo desvel¨® a lo largo de d¨¦cadas y que se llama El Congreso. Est¨¢ en El libro de arena y Borges fracas¨® al llevarla a cabo, de manera que se content¨® con redactar en su ancianidad la trama en pocos folios, como un guionista que escribe el tratamiento del gui¨®n sin atreverse a desarrollarlo. Ese, por su car¨¢cter autobiogr¨¢fico, era el relato que m¨¢s gustaba a aquel Borges crepuscular que hab¨ªa decidido ser cort¨¦s con el lector, aunque nunca condescendiente, siguiendo la m¨¢xima de Wells: "La conjunci¨®n de un estilo llano, a veces casi oral, y de un argumento imposible".
Hay en El Congreso, como en Ulrica, el ¨²nico cuento que Borges escribi¨® deliberadamente sobre el tema del amor, un romance, un desencuentro, una p¨¦rdida. Dialogan ambos con un cl¨¢sico anterior, que seg¨²n una reciente encuesta mundial contiene uno de los grandes comienzos de la historia universal de la literatura. As¨ª comienza El Aleph: "La candente ma?ana de febrero en que Beatriz Viterbo muri¨®, despu¨¦s de una imperiosa agon¨ªa que no se rebaj¨® un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, not¨¦ que las carteleras de fierro de la Plaza Constituci¨®n hab¨ªan renovado no s¨¦ qu¨¦ aviso de cigarrillos rubios; el hecho me doli¨®, pues comprend¨ª que el incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita".
Borges llev¨® una vida amorosa sufriente durante much¨ªsimos a?os, y esa desdicha est¨¢ presente en su poes¨ªa, aunque se filtra s¨®lo ocasionalmente en su prosa. Bioy tambi¨¦n le ense?¨® que cualquier buena historia es al fin una historia de amor.
Con ese mismo estilo cort¨¦s que se propon¨ªa en el ocaso escribi¨® El libro de arena, que es corto y magistral, y reescribi¨® a Lovecraft en There are more things sabiendo que ¨¦ste era un mero copista de Poe.
Pero donde la simpleza y la complejidad alcanzan un v¨ªnculo m¨¢s f¨¦rtil es en dos narraciones que forman anverso y reverso de una misma moneda. La primera se llama El otro, y explota el antiguo tema del doble, aunque lo hace de un modo personal¨ªsimo: Borges viejo se encuentra con un Borges joven a orillas de un r¨ªo que puede ser el Charles o el R¨®dano, y entablan una conversaci¨®n imposible. El joven est¨¢ leyendo a Dostoievski y escribiendo versos que exaltan la revoluci¨®n marxista; al viejo le interesa mucho m¨¢s Conrad y es un esc¨¦ptico conservador.
Despu¨¦s, en Utop¨ªa de un hombre que est¨¢ cansado, un ¨¢lter ego de Borges se pierde en la llanura y al entrar en una casa lejana descubre que est¨¢ entrando en el futuro. Lo espera un hombre que le habla en lat¨ªn y que le explica los muchos cambios que se han producido varios siglos adelante en la Tierra: "Ya a nadie le importan los hechos. Son meros puntos de partida para la invenci¨®n y el razonamiento. En las escuelas nos ense?an la duda y el arte del olvido". No hay en ese remoto porvenir historia, cronolog¨ªas, nombres, dinero, ciudades, pol¨ªticos, Gobiernos. Y subsisten muy pocos libros, puesto que no importa leer sino releer: "La imprenta", le explican, "ahora abolida, ha sido uno los peores males del hombre, ya que tendi¨® a multiplicar hasta el v¨¦rtigo textos innecesarios".
Un futuro ut¨®pico a la medida de un hombre que se preparaba para la muerte. Pero que en el oto?o de su vida decidi¨®, como propugnaba Nietzsche, hacer m¨¢s cristalina el agua para mostrar que era m¨¢s profundo el pozo.
Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz (Buenos Aires, 1960), escritor y periodista, es autor, entre otros libros, de Mam¨¢ (RBA) y La logia de C¨¢diz (Planeta).
Entre Kafka y Bioy
Borges. Desde 1947, Adolfo Bioy Casares comenz¨® a registrar con precisi¨®n las "interminables y exaltadas conversaciones" que ten¨ªa con su amigo y que se prolongaron cuatro d¨¦cadas. Esta edici¨®n de Daniel Martino condensa lo esencial. BlackList. Barcelona, 2011. 691 p¨¢ginas. 24 euros.
Cuentos completos. Por primera vez Lumen re¨²ne en un volumen uno de sus legados m¨¢s influyentes: todos sus cuentos y novelas cortas. Lumen. Barcelona, 2011. 481 p¨¢ginas. 19,99 euros.
Poes¨ªa completa. Las cuestiones que obsesionaron a Borges -los libros, la memoria, los espejos, Inglaterra o la eternidad- quedaron reflejadas en su poes¨ªa compilada en un volumen. Lumen. Barcelona, 2011. 647 p¨¢ginas. 19,99 euros.
Cuentos memorables seg¨²n Borges. Una antolog¨ªa re¨²ne 12 grandes relatos que le fascinaron, seg¨²n la declaraci¨®n del autor en la revista argentina El Hogar en 1935. Alfaguara. Madrid, 2011. 393 p¨¢ginas. 17,50 euros.
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