La coca 'malhecha', la merengada y entre tanto la olla

Adoraba los veranos de mi infancia. Mis padres nos llevaban a todos mis hermanos y a mi a Altura, en el Alto Palancia (Castell¨®n) a pasar el calor con mis abuelos y mi t¨ªa ?ngeles. De Altura me decanto por la visita al Santuario de Cueva Santa, el ba?ito en la piscina Municipal, el salir a la fresca a la plaza del pueblo con los amigos... Pero sobre todo eso, lo que m¨¢s me gustaba y me gusta, es salir por la ma?ana temprano al horno del pueblo y comprar una porci¨®n de coca malhecha. Luego, con el mediod¨ªa, tener en la mesa un plato de olla de los que hac¨ªan mi abuela o mi t¨ªa; que me tendr¨¦is que disculpar cuando os digo que era "para chuparse los dedos". Y como no, para un hombre goloso como yo, lo que m¨¢s visitaba (y de hecho, en cuanto tengo la ocasi¨®n no dudo en visitar) es la helader¨ªa del pueblo para tomar un buen helado casero de leche merengada.

Muchas veces, sobre todo en estos d¨ªas de verano de 38 grados, llego a casa tras un d¨ªa de duro trabajo, y no os pod¨¦is ni imaginar lo mucho que echo de menos mi infancia en Altura. All¨ª hace calor pero por la noche dorm¨ªamos con una "mantita". Aqu¨ª, en la Vall d'Uix¨®, este lujo solo lo tenemos si encendemos el aire acondicionado.

Desde luego, recomiendo a todo aquel que tenga la oportunidad y sea igual de "glot¨®n" que yo, que pase un d¨ªa por Altura, que deguste los buenos dulces caseros que ya os he nombrado anteriormente y que le eche dos horas al aperitivo y a la coca malhecha.

Alex Deb¨®n es piloto de motociclismo.