Un purgatorio antes de la expulsi¨®n
Los inmigrantes del CIE de M¨¢laga viven bajo un r¨¦gimen m¨¢s duro que la c¨¢rcel
Primero fue un convento de frailes capuchinos. En el siglo XIX pas¨® a manos del Estado, que lo convirti¨® en cuartel militar. Y desde 1990 alberga una de las instalaciones m¨¢s s¨®rdidas de la Espa?a democr¨¢tica: el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de M¨¢laga, en el que los inmigrantes irregulares son encerrados -durante un m¨¢ximo de 60 d¨ªas- como paso previo a su expulsi¨®n del pa¨ªs.
"No es una c¨¢rcel; es peor, aqu¨ª la gente tiene menos derechos", clama Manmen Castellano, presidenta de M¨¢laga Acoge. Tras los gruesos muros amarillos del CIE, 44 hombres y mujeres viven en celdas colectivas, separados por sexos, sin aire acondicionado en verano ni calefacci¨®n en invierno, y con el ¨²nico horizonte de salir cada d¨ªa un rato al patio a la espera de su deportaci¨®n. Las ventanas est¨¢n tapadas con planchas met¨¢licas agujereadas, lo que obliga a mantener la luz el¨¦ctrica encendida durante el d¨ªa; y los ba?os, con inodoros turcos, apenas est¨¢n separados de la habitaci¨®n por unas puertas batientes.
El edificio, abierto en 1990, ha sufrido al menos nueve reformas parciales
En el centro conviven simples 'sin papeles' con delincuentes
Las ONG, la fiscal¨ªa y el Defensor del Pueblo han pedido el cierre del centro
Las ventanas de las habitaciones est¨¢n tapadas con planchas de metal
Estas duras condiciones de vida para unas personas que no han cometido m¨¢s que una falta administrativa -carecer de permiso de residencia- no solo han escandalizado a las ONG. La Fiscal¨ªa de M¨¢laga lleva a?os reclamando el cierre de estas instalaciones, que tambi¨¦n considera "peores que la c¨¢rcel de Alhaur¨ªn". En su ¨²ltima memoria, correspondiente al a?o 2010, el fiscal de Extranjer¨ªa de M¨¢laga, Juan Bermejo, escrib¨ªa que la clausura del CIE "es una obligaci¨®n moral". En el mismo sentido se han expresado el Defensor del Pueblo andaluz, Jos¨¦ Chamizo, y el Ayuntamiento.
La falta de taquillas para los internos hace que estos tengan que dejar todas sus pertenencias, tel¨¦fono m¨®vil incluido, en un almac¨¦n situado a la entrada del centro, dependiente del Ministerio del Interior. Si un inmigrante necesita cambiarse de ropa o comunicarse con el exterior, un polic¨ªa nacional debe acompa?arle hasta ese cuarto -siempre de uno en uno- y est¨¢ presente mientras realiza la llamada.
Las visitas de abogados, familiares o amigos se realizan de tres en tres personas en una sala tambi¨¦n vigilada por un polic¨ªa. "No hay intimidad ninguna, aunque en el CIE de Algeciras es a¨²n peor: all¨ª visitantes e internos est¨¢n separados por una mampara de cristal y la gente debe gritarse a trav¨¦s de un hueco en la parte superior", relata Castellano.
Los sindicatos policiales tambi¨¦n se quejan: "Los polic¨ªas hacen una funci¨®n de funcionarios de prisiones sin tener formaci¨®n para ello. Y las c¨¢rceles al menos est¨¢n dise?adas para evitar el contacto f¨ªsico directo", afirma Francisco Puertas, del SUP.
Las continuas reformas parciales -al menos nueve- a que se ha sometido el edificio desde su apertura, y que han costado m¨¢s de un mill¨®n de euros apenas si son "un parche", denuncian al un¨ªsono voluntarios, fiscales y pol¨ªticos. Estas reformas han permitido sucesivamente ampliar la capacidad del inmueble de 75 a 125 personas para luego reducirla a 44. La reducci¨®n de plazas y la entrada de una trabajadora social a media jornada ha rebajado la tensi¨®n en el centro, coinciden polic¨ªas y ONG.
El CIE ha sufrido numerosos incidentes desde su fundaci¨®n. En el centro se juntan inmigrantes sorprendidos sin papeles en la calle con otros extranjeros que han sido detenidos tras cometer un delito y otros multirreincidentes. En 1994, 46 internos se pusieron en huelga de hambre para denunciar las malas condiciones. Dos a?os m¨¢s tarde, 103 emigrantes son expulsados de Espa?a previa sedaci¨®n con haloperidol. En 1998, el primero y m¨¢s grave de los tres incendios que ha sufrido el inmueble se salda con trece inmigrantes y un polic¨ªa heridos...
En este tiempo se han producido irregularidades como la expulsi¨®n a Nigeria de una madre con su hija, mientras el padre segu¨ªa encerrado en el CIE -los hechos ocurrieron en octubre de 2008, y varios meses despu¨¦s, la familia, que dec¨ªa ser de Sierra Leona, no hab¨ªa vuelto a encontrarse-. Sin embargo, el esc¨¢ndalo mayor ocurri¨® en julio de 2006, cuando cinco polic¨ªas, entre ellos el jefe de seguridad del CIE, fueron detenidos por abusar sexualmente de varias mujeres extranjeras en fiestas que duraban hasta la madrugada. Este caso sigue pendiente de juicio.
Boda y deportaci¨®n para Bouziane
Sid Ahmed Bouziane, el ciudadano argelino de 28 a?os cuya deportaci¨®n pretenden evitar los indignados del 15-M, contrajo ayer matrimonio con su novia, Candela Purificaci¨®n Mayorgas, de 40, en las nada rom¨¢nticas instalaciones del CIE. Apenas 10 minutos despu¨¦s de que se celebrara el enlace por el rito musulm¨¢n Bouziane recibi¨® la denegaci¨®n definitiva del asilo pol¨ªtico que hab¨ªa solicitado, seg¨²n inform¨® su abogado y padrino de boda, Jos¨¦ Cos¨ªn.
El movimiento del 15-M lleva una semana de movilizaciones a las puertas del CIE, situado en la plaza de Capuchinos, para protestar contra la expulsi¨®n de Bouziane y exigir el cierre del centro. El inmigrante argelino, que entr¨® en Espa?a de forma irregular en noviembre de 2008, aleg¨®, tras ser detenido para su expulsi¨®n, que si es devuelto a Argelia su vida corre peligro. Bouziane asegura que huy¨® de su pa¨ªs despu¨¦s de que las autoridades pretendieran obligarle a infiltrarse en el grupo terrorista AIS (Ej¨¦rcito Isl¨¢mico de Salvaci¨®n), al que, seg¨²n ¨¦l, estuvieron vinculados cuatro de sus hermanos mayores, tres de ellos muertos y el otro desaparecido.
El Ministerio del Interior, a trav¨¦s de la Subdirecci¨®n General de Asilo, deneg¨® inicialmente la petici¨®n de refugio en Espa?a el pasado 9 de agosto. Seg¨²n el departamento que dirige Antonio Camacho, el relato de Bouziane era "falto de l¨®gica" y "sin apariencia de verosimilitud". Adem¨¢s, resaltaba el hecho de que el inmigrante no solicit¨® el asilo pol¨ªtico nada m¨¢s entrar en Espa?a, sino tras ser detenido.
Ahora, esta orden de expulsi¨®n, que agota la v¨ªa administrativa, es firme y Bouziane puede ser expulsado en cualquier momento. Los acampados ante el CIE, "estudiar¨¢n nuevas acciones de protesta". Cuatro activistas fueron detenidos el pasado mi¨¦rcoles tras obstaculizar la salida de dos furgones policiales del centro para comprobar que Bouziane no viajaba en ellos. El letrado Cos¨ªn presentar¨¢ un recurso a la Audiencia Nacional contra la expulsi¨®n. "Las autoridades espa?olas, una vez m¨¢s, se arrodillan ante los intereses econ¨®micos y el poder que le otorga el gas a la dictadura argelina", denunci¨® el 15-M.
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