Ante todo, no molestar al Papa
El Vaticano y los obispos articulan sus relaciones con Espa?a de Estado a Estado - Las asociaciones laicas piden que el Gobierno evite participar en el boato cat¨®lico
Banderas del Estado vaticano ondean ya por las calles de Madrid, enarboladas por j¨®venes de todo el mundo. Vienen para participar en una fiesta religiosa convocada por Benedicto XVI en julio de 2008 en Sydney, al final de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebrada ese mes en Australia. Seg¨²n los organizadores, los viajeros (m¨¢s de un mill¨®n y mayor¨ªa de chicas, seg¨²n c¨¢lculos oficiales) tienen una edad media de 22 a?os. M¨¢s de la mitad (58%) cuenta con estudios universitarios y el 73% viene a Espa?a por primera vez. Casi el 48% son estudiantes, el 40% trabaja y solo un 6% est¨¢ en paro. Uno de cada 10 ya se ha casado. El 55% vive con sus padres. La mitad va a alojarse en polideportivos, colegios y albergues p¨²blicos (22%), en salones parroquiales (13%) o en casas de familias cat¨®licas (12%). El reclamo de su viaje no es tur¨ªstico. Quieren aclamar al Papa de Roma, su ¨²nico l¨ªder y gu¨ªa. Por eso exhiben banderas del Estado de la Santa Sede, del que Benedicto XVI es monarca absoluto.
Aunque la visita es pastoral, el Pont¨ªfice recibir¨¢ honores pol¨ªticos
En nueve discursos repasar¨¢ lo que considera ataques a su confesi¨®n
En noviembre pasado compar¨® la situaci¨®n actual con la de la Rep¨²blica
La prensa cat¨®lica afe¨® a Zapatero que no asistiera a una misa
Pese a que viene en visita pastoral y tiene una agenda religiosa (misas, sermones, un viacrucis y una clausura espectacular en la base militar de Cuatro Vientos), el Papa va a ser recibido con honores de jefe de Estado por los Reyes, a los que visitar¨¢ m¨¢s tarde en el palacio de la Zarzuela. El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Lu¨ªs Rodr¨ªguez Zapatero, acudir¨¢ a agasajarle en la nunciatura (embajada) del Vaticano, un coqueto palacio con generoso jard¨ªn en el norte de la capital.
El Gobierno desear¨ªa que el Papa limitase su actividad a la faceta evangelizadora -lo ha expresado en voz alta el ministro J¨¢uregui-, pero Benedicto XVI tiene previsto repasar en sus sermones los problemas a los que se enfrenta su confesi¨®n en Espa?a. Pronunciar¨¢ nueve en cuatro d¨ªas y execrar¨¢ del laicismo y el relativismo de la sociedad espa?ola. Tambi¨¦n respaldar¨¢ el resistente combate de los obispos contra varias leyes promovidas por Zapatero. Es la consecuencia de un principio que viene de lejos, seg¨²n el cual Benedicto XVI y los obispos articulan sus relaciones en Espa?a de Estado a Estado y de poder a poder.
Por primera vez en la historia, decenas de prelados, liderados por el cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco, han salido a la calle en manifestaci¨®n contra alguna de esas leyes, lo que irrit¨® sobremanera al Ejecutivo y escandaliz¨® a buena parte de la opini¨®n p¨²blica. Centenar y medio de organizaciones laicas o ateas, adem¨¢s de Redes Cristianas, el Foro de Curas y la Asociaci¨®n de Te¨®logos Juan XXIII, se manifestar¨¢n el mi¨¦rcoles para expresar su rechazo a esas injerencias del Estado vaticano y para reprochar al Gobierno el que se haya implicado con entusiasmo en apoyo, incluso econ¨®mico, de la JMJ y de la visita del Papa. Su lema es De mis impuestos al Papa cero. Por un Estado laico. Apuestan "por la democracia y por las libertades, por la laicidad de las instituciones y por la eliminaci¨®n de los privilegios jur¨ªdicos, simb¨®licos, pol¨ªticos, fiscales, tributarios y econ¨®micos de los que goza la Iglesia cat¨®lica oficial en Espa?a".
El primado de Toledo, arzobispo Braulio Rodr¨ªguez, ha llamado "paletos" a quienes expresan esos reproches, afirmando que tal actitud no ocurre en "ninguna otra parte". "Practican una laicidad radical y un secularismo peligroso para la moral", sostuvo. Incluso el portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Mart¨ªnez Camino, ha ahondado las descalificaciones. Los convocantes de la manifestaci¨®n son unos "par¨¢sitos", proclam¨® el viernes. Ayer le han replicado los organizadores. "Una parte importante de la jerarqu¨ªa cat¨®lica act¨²a con una preocupante soberbia (por cierto, pecado en su doctrina) que puede constituir, en algunas circunstancias, presuntos delitos por difamaci¨®n. Adem¨¢s, algunas de las declaraciones pueden incitar a actos violentos de grupos fundamentalistas" dicen. Han enviado a la Fiscal¨ªa "esas peligrosas opiniones".
Los movilizados por la laicidad del Estado exigen "a autoridades y responsables pol¨ªticos" que les representen "independientemente de las creencias y convicciones individuales" y que eviten o no participen "en ceremonias y boatos estrictamente cat¨®licos en donde se llama a la intolerancia y al incumplimiento de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos y de leyes aprobadas por el Parlamento".
Benedicto XVI, elegido papa en abril de 2005 cuando acababa de cumplir 78 a?os, viene por tercera vez a Espa?a. Estuvo en 2006 en Valencia para clausurar una jornada mundial de familias (la financiaci¨®n p¨²blica de aquella visita est¨¢ en los juzgados, enrarecida por el esc¨¢ndalo del caso G¨¹rtel), y volvi¨® en noviembre pasado como peregrino a Santiago de Compostela y Barcelona. Este viaje estuvo precedido de unas declaraciones en el avi¨®n que le tra¨ªa a Espa?a, un pa¨ªs que, seg¨²n el l¨ªder del catolicismo, vive un "anticlericalismo agresivo" y en un ambiente social casi preb¨¦lico. Lo explicit¨® asimilando la situaci¨®n actual con la de la II Rep¨²blica (1931-1936), a la que la mayor¨ªa de la jerarqu¨ªa cat¨®lica combati¨® con sa?a desde el principio, hasta bendecir como "cruzada" la criminal guerra de los militares alzados contra ella.
El Gobierno mostr¨® entonces su extra?eza por la comparaci¨®n, pero evit¨® la controversia. Pese a todo, cuando el Papa llegaba a Santiago, Zapatero estaba en Afganist¨¢n. La prensa cat¨®lica le afe¨® incluso que no asistiese a la misa que se celebr¨® en Barcelona. Finalmente, el presidente viaj¨® all¨ª para despedir al Pont¨ªfice. No se han producido desde noviembre desencuentros graves entre el poder pol¨ªtico y la Iglesia cat¨®lica. Ni siquiera ha habido ocasi¨®n, porque el Ejecutivo ha renunciado a varias promesas electorales firmes, como la de legalizar la eutanasia y reformar la ley de libertad religiosa. Los laicos acusan a Zapatero de haberse dejado "torcer el brazo por el Papa, el cardenal Rouco y el sector m¨¢s rancio del catolicismo". El Gobierno calla. Espera que el Papa no eche m¨¢s le?a al fuego estos d¨ªas. Motivos de conflicto no faltan.
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