El botiqu¨ªn del m¨¦dico de Cobain

Tras Nevermind, Nirvana visit¨® Espa?a en dos ocasiones. Ambas fueron accidentadas, en la memoria de Courtney Love. Acompa?aba a Kurt Cobain en la gira de 1992, que pas¨® por Valencia (2 de junio), Madrid (3) y Bilbao (4). Estaba embarazada y, asegura, empez¨® a sentir contracciones. Terminaron en "un hospital muy sucio, donde Kurt no pudo dar con un m¨¦dico que hablara ingl¨¦s". Aterrados, cogieron el siguiente avi¨®n de vuelta a Estados Unidos.

En realidad, Courtney sal¨ªa de cuentas en septiembre. Para el personal de Gay & Company, la promotora espa?ola, hubo mucho teatro: "Incluso entonces, ella insist¨ªa en acaparar la atenci¨®n". Con todo, se lo tomaron en serio: "Cuando fueron a Urgencias, iban con un traductor". Los detalles caen en el ¨¢mbito de lo confidencial pero especulan que Love esperaba conseguir algo m¨¢s fuerte que unos analg¨¦sicos.

Love: "En Madrid hab¨ªa cr¨ªos fumando hero¨ªna, diciendo: '?Kurt! ?Jaco!"

Durante la visita de 1994, el suministro de sustancias ya estaba organizado. Seg¨²n la biograf¨ªa de Charles R. Cross, Heavier than heaven, un doctor ingl¨¦s enviaba por mensajer¨ªa "tranquilizantes y morfina". Los promotores matizan esa leyenda: "Un m¨¦dico dan¨¦s viajaba con el grupo y llevaba un malet¨ªn con metadona o similares. Todo muy legal: convocaba a Kurt y algunos m¨¢s en la oficina de producci¨®n y les daba su dosis. Siempre en presencia de un testigo, que certificaba el proceso".

Se repiti¨® en el camerino de Barcelona (9 de febrero) y Madrid (8). Nuevamente, Courtney evoca vivencias m¨¢s dram¨¢ticas: "En Madrid, Kurt se pase¨® entre el p¨²blico. Hab¨ªa cr¨ªos fumando hero¨ªna en papel de plata, diciendo: '?Kurt! ?Jaco!'. Me llam¨® llorando, no quer¨ªa ser un icono de los yonquis".

Puede ser cierto, pero este periodista estaba all¨ª y no recuerda cr¨ªos o mayores fumando chinos. La gente de Gay & Company tampoco sit¨²a a Cobain entre los escasos artistas que piden mezclarse con los espectadores antes del concierto: "Como los otros dos, era un tipo majo. Rechazaron, eso s¨ª, la oferta de cenar en un buen restaurante. No eran sibaritas".

En ambas giras, no se agotaron las entradas. Resultaban demasiado caras, explicaba el cr¨ªtico de Egin, que vapuleaba la actuaci¨®n de Bilbao ("Un fraude cercano al timo") y terminaba con una nota abertzale: "El grupo es culpable al permitir que se cobren 3.000 pelas por algo que no lo vale y por tocar en locales que no les van en absoluto. Decenas de bandas vascas cuentan con un directo superior al de Nirvana".