Un broche de madurez

El cierre de la feria de San Sebasti¨¢n fue bueno. Todo lo sufridas que fueron las primeras tardes a excepci¨®n del primer d¨ªa, donde Urdiales y Fandi?o estuvieron a buena altura, se han compensado con las dos buenas corridas que echan el tel¨®n en el coso de Illumbe. El jueves, Talavante, y ayer, David Mora pusieron las notas de calidad.

Para la despedida, como es habitual, se guarda la corrida torista, aquella a la que se apuntan los toreros modestos. Este a?o Victorino falt¨® a su habitual cita con Donostia y el hierro elegido para sustituirle fue el de Jos¨¦ Escolar, mismo encaste y parecida dureza. Y la elecci¨®n result¨® un acierto, porque el encierro del ganadero madrile?o fue muy interesante. Destac¨® el sensacional tercer toro, que fue premiado con la vuelta al ruedo.

El tercer toro, el de menor presencia, fue premiado con la vuelta al ruedo

Calmoso de nombre, fue el de menos peso y el de menor presencia, pero siempre tuvo el nervio de los toros bravos. Desde las primeras ver¨®nicas de Mora, en las que ya se dej¨® prever la transmisi¨®n del toro. Cumpli¨® en varas aunque no lo lucieran. Para el tercio de banderillas ya estaba claro que all¨ª hab¨ªa mucho que torear. Bien por el derecho y problemas por el izquierdo.

Hab¨ªa que ponerse y David Mora lo hizo desde el principio. De lejos, d¨¢ndole sitio y dej¨¢ndoselo venir. Cuando un torero est¨¢ en el momento por el que atraviesa el madrile?o, su cabeza funciona a las mil maravillas. Aguant¨® las primeras indecisiones del de Escolar y as¨ª fue sumando series cada vez mejores. M¨¢s intensas. M¨¢s ce?idas. Mejor toreo.

Para cuando se ech¨® la muleta a la mano izquierda, Calmoso ya era un colaborador claro. Mora cuaj¨® dos series de las de peso, rematada la segunda con tres de pecho que subieron la temperatura de la plaza. La labor estaba hecha; faena de dos orejas en Las Ventas. Breve, maciza y con mucha clase. Tocaba matar y una media estocada rematada con tres golpes de descabello enfri¨® al p¨²blico. Su premio se qued¨® en vuelta al ruedo. El mismo que tuvo el toro, al que el presidente tuvo el acierto de sacarle el pa?uelo azul para que lo arrastraran lento a lo largo de la plaza.

David Mora tuvo la suerte de que le saliera Calmoso por los chiqueros, pero el toro de Escolar tuvo la fortuna de caer en las manos del diestro madrile?o, que supo darle el sitio adecuado, aguantarle y templarle la embestida a la perfecci¨®n.

Si as¨ª estuvo Mora con su primero, el toro bueno, no fue menos importante su labor en el que cerr¨® plaza, el manso. Un toro grand¨®n, que se emplaz¨® de salida y que mantuvo el desconcierto durante los dos primeros tercios. El espada se lo sac¨® a los medios y dio una lecci¨®n de madurez. El de Escolar se lo iba a poner caro y David Mora, perfecto en la colocaci¨®n, muy seguro y con mucha firmeza, arranc¨® una oreja de las de mucho peso.

Ha destacado en sus dos presencias en Euskadi: en las corridas duras de Azpeitia y San Sebasti¨¢n, y el martes tiene la oportunidad de alternar en Bilbao con Morante de la Puebla y Manzanares ante reses de las que piden las figuras, las de N¨²?ez del Cuvillo. Es la gran oportunidad del madrile?o, que sustituir¨¢ al lesionado Leandro.

Abri¨® el festejo Juan Jos¨¦ Padilla, a quien se le not¨® escaso de confianza en sus dos actos, sobre todo ante el cuarto, un toro que exig¨ªa un esfuerzo del jerezano. El segundo espada del cartel fue el colombiano Luis Bol¨ªvar, que no acaba de madurar. Tras una faena insulsa a su primero se descubri¨® al ponerse de verdad para torear al natural con la mano derecha -sin estoque- como cierre de su faena y lo ¨²nico que logr¨® es que todos se dieran cuenta de que el toro val¨ªa m¨¢s de lo que hab¨ªa demostrado. En el quinto volvi¨® a pegar pases sin ton ni son.