P¨ªo XII, espectador secreto de 'Raza'

Sin duda el espectador m¨¢s singular que tuvo Raza, la pel¨ªcula basada en un texto escrito por Franco bajo seud¨®nimo (Jaime de Andrade), fue el papa P¨ªo XII. La cinta se proyect¨® en el Vaticano en mayo de 1942. Al pont¨ªfice le gust¨® aquella historia de buenos creyentes (religiosos y militares franquistas) y malos imp¨ªos (milicianos republicanos) ambientada en la Guerra Civil espa?ola que Franco tan bien conoci¨®. "Qued¨® altamente complacido por el alto esp¨ªritu que la informa, a pesar de que solo presenci¨® las escenas de m¨¢s alta emoci¨®n religiosa y dram¨¢tica", escribi¨® el embajador Jos¨¦ de Yanguas al ministro de Asuntos Exteriores el 9 de mayo de 1942. Pero una cosa es el corazoncito del Papa y otra, la diplomacia vaticana. Advert¨ªa el embajador en la carta que el pont¨ªfice quer¨ªa mantener en secreto su asistencia a la proyecci¨®n: "Es su deseo que no se le d¨¦ publicidad por tratarse de un caso excepcional".

El documento ha sido reproducido por Mag¨ªs Crusells en su estudio Franco, un dictador de pel¨ªcula, incluido en el libro Vidas de cine (T&B Editores), que analiza varios biopics. Crusells, que es secretario del Centre d'Investigacions Film-Hist¨°ria de la Universidad de Barcelona y profesor del Instituto Palau Ausit de Ripollet, ha rastreado la carrera internacional de Raza, totalmente condicionada por las alianzas pol¨ªticas del nuevo r¨¦gimen dictatorial.

En Italia no encontr¨® trabas. Particip¨® en la Mostra de Venecia y luego fue distribuida por Films Bassoli con el t¨ªtulo Le due strade. A cambio, se autoriz¨® la importaci¨®n de ocho pel¨ªculas italianas. En territorio controlado por los nazis, sin embargo, las cosas no fueron f¨¢ciles.

El director del filme, Jos¨¦ Luis S¨¢enz de Heredia, se desplaz¨® a Berl¨ªn en febrero de 1942 para lograr el permiso para proyectar la obra ante los espa?oles de la Divisi¨®n Azul. La gesti¨®n respond¨ªa a un deseo personal de Franco, que el alto mando del Ej¨¦rcito alem¨¢n frustr¨® sin miramientos: no quer¨ªan civiles en zonas militares. Tampoco fueron f¨¢ciles las negociaciones para proyectar Raza en Alemania "debido al desinter¨¦s por el filme y porque el curso de la guerra ya no era tan favorable para ellos", explica Mag¨ªs Crusells. Finalmente, a cambio de permitir la exhibici¨®n de 10 pel¨ªculas alemanas en Espa?a, se proyecta en 218 cines de Alemania y se vende a varios pa¨ªses europeos. Con notables tropiezos. Suecia y Ruman¨ªa la rechazan y Suiza decide prohibirla al tratarse de una "pel¨ªcula de propaganda que pudiera provocar manifestaciones del p¨²blico que pudieran perturbar el orden p¨²blico".