?frica bajo el yugo de la esv¨¢stica
Guy Saville imagina en una novela de historia alternativa basada en una amplia investigaci¨®n la (mala) suerte del continente negro con un III Reich victorioso
Para Hitler los negros eran una raza inferior, apenas algo menos peligrosos que los jud¨ªos e igualmente capaces de corromper la raza aria (lo apunta en Mein Kampf). ?Qu¨¦ hubiera sucedido si los alemanes hubieran salido triunfadores de la II Guerra Mundial y hubieran tenido las manos libres en el ?frica negra? Hay indicios de que la barbarie nazi se hubiera extendido con especial salvajismo a esas tierras y que el destino del atormentado continente hubiera sido incluso peor, much¨ªsimo peor, de lo que le ha deparado la realidad. Un coraz¨®n de las tinieblas m¨¢s oscuro.
En una novela absorbente y a la vez un ejercicio notable de historia alternativa, El Reich africano (Ediciones B), el escritor brit¨¢nico Guy Saville imagina, bas¨¢ndose en una amplia documentaci¨®n hist¨®rica, ese ?frica bajo la esv¨¢stica que pone los pelos de punta. Se trata de una novela de acci¨®n, deudora de los relatos de aventuras de comandos y cuerpos de operaciones especiales tipo Bravo, two, zero, un g¨¦nero al que son muy aficionados los anglosajones, pero Saville la ha enmarcado con verdadera gracia -es un decir- en un mundo terriblemente coherente y plausible.
Los jud¨ªos hubieran podido ser deportados a Madagascar
En 'El Reich africano', Hitler encarga a las SS colonizar el Congo
Estamos en 1952, y un grupo de mercenarios trata de asesinar a un alto oficial de las SS en el Congo alem¨¢n. S¨ª, lo han o¨ªdo bien. En esta negra ucron¨ªa, en febrero de 1944, los nazis invadieron el pa¨ªs y Leopoldville fue rebautizada como Nuevo Berl¨ªn. En la cronolog¨ªa paralela de Saville, cuyo punto fundamental es la derrota de los brit¨¢nicos en Dunkerke, Hitler ha puesto en manos de las SS la gesti¨®n del continente (hay un Einsatzgruppen Kongo) y se est¨¢n produciendo deportaciones masivas de poblaci¨®n negra al S¨¢hara que dan muy mala espina. Paralelamente se construyen grandes autopistas -esa obsesi¨®n alemana-, como la Autobahn panafricana. En 1949, en el sesenta aniversario de Hitler, se ha cambiado el nombre del r¨ªo Congo por el Klara, en honor de la madre del F¨¹hrer. El novelista incluye datos que son un gui?o a los conocedores de las interioridades de la II Guerra Mundial como que al Afrika Korps victorioso lo conduce Von Arnim y no Rommel, que se ha retirado enfermo en 1943. "Cuando decid¨ª ambientar mi novela en ese ambiente imaginado busqu¨¦ toda la documentaci¨®n posible para hacerlo veros¨ªmil", explica Saville. "Hay muy pocos datos sobre los planes de los nazis para ?frica, y tuve que rastrearlos minuciosamente en libros y archivos". Le digo al autor que la referencia popular sobre las ucron¨ªas nazis es Patria, de Robert Harris, llevada al cine con Rutger Hauer. "Es una de mis novelas favoritas, me encanta la fusi¨®n de los hechos reales con un buen thriller". Una de las consecuencias m¨¢s relevantes de la conquista nazi de ?frica hubiera sido que se hubiera podido llevar a cabo el plan original de deportar a los jud¨ªos a Madagascar. Saville indica en su cronolog¨ªa que en marzo de 1950 hay 10,5 millones de jud¨ªos en la isla, cuyo gobernador es ?Odilo Globocnik! ?La desgracia de ?frica podr¨ªa haber sido la salvaci¨®n de los jud¨ªos? "Bueno, no imagin¨¦ que los nazis pensaban en Madagascar como un lugar de recreo, las condiciones habr¨ªan sido horribles, un enorme gueto". ?Hubiera habido un Holocausto negro? "En mi visi¨®n, s¨ª". ?Peor que el Congo belga? "S¨ª, los nazis ten¨ªan la capacidad ¨²nica de sistematizar el horror". Saville recuerda que ya los alemanes del II Reich demostraron ser a principios del siglo XX colonialistas sin escr¨²pulos, como atestiguar¨ªan los herero de Namibia, contra los que el general Von Trotha lanz¨® una orden de, literalmente, exterminio (Vernichtungsbefehl) avant la lettre. El gobernador civil de la colonia era Heinrich Goering, el padre de Hermann Goering.
El novelista, que opina que Hitler ten¨ªa m¨¢s inter¨¦s por ?frica de lo que trasluce una primera mirada, supone que los nazis se hubieran empleado a fondo en una despiadada explotaci¨®n del continente como hicieron en todas partes. Imagina que habr¨ªa habido las mismas luchas por el poder y las competencias de los distintos agentes del r¨¦gimen, aunque al final las SS se hubieran llevado el gato al agua.
Dentro del espanto de lo que imagina, Saville dice que ha disfrutado creando los detalles de ese mundo sombr¨ªo. Desde la iconograf¨ªa de las tropas nazis, con la insignia de la palmera del Afrika Korps pero con las SS en el tronco. Todas las armas, reactores supers¨®nicos ME-362, helic¨®pteros artillados Walk¨¹re, fusiles de asalto BK, est¨¢n basadas en planes aut¨¦nticos de desarrollo armament¨ªstico nazi. En lo que nos ata?e, los nazis de la novela han ocupado tambi¨¦n Canarias. "Todo eso da poder a la ficci¨®n", afirma satisfecho el novelista. Una objeci¨®n: dif¨ªcilmente los alemanes hubieran bautizado a una acci¨®n militar como Operaci¨®n Banana... "No, no, reconozco que suena extra?o, pero est¨¢ en los archivos. Es el nombre de la proyectada invasi¨®n de ?frica del Oeste, un nombre infortunado, sin duda".
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