Tengo un problema

Me preguntan: ?qu¨¦ tal las vacaciones? Respondo: pues no he tenido a¨²n, pero s¨ª mucho trabajo. Me replican: mejor, as¨ª no piensas demasiado. Vuelta a la respuesta, t¨ªpica y cl¨¢sica respuesta de g¨¦nero femenino y es que no siempre se puede ser ingeniosa: soy mujer, ya sabes, podemos hacer varias cosas a la vez. Me devuelve la r¨¦plica: pues vaya problema, no. Y sab¨¦is qu¨¦ es lo peor: ?que tiene raz¨®n! Queda demostrado a lo largo de la historia que ese siempre ha sido nuestro problema. Vamos todas encantadas alzando la bandera del femenino y as¨ª nos va. Cari?o, he vuelto pronto del trabajo as¨ª que he hecho la cena, he limpiado la casa, he puesto varias lavadoras, hecho la compra y estudiado para el examen de ingl¨¦s de la semana que viene, ?quieres que te ponga una copita de vino? ?l, encantado, dice s¨ª, se sienta en el sof¨¢ mientras te cuenta su agotador d¨ªa en el trabajo. Ya s¨¦ que no os digo nada nuevo y hace unos d¨ªas recib¨ª una felicitaci¨®n al respecto. Dec¨ªa: "Me gusta lo que escribes. No es una sorpresa, pero resulta refrescante". Gracias, aunque tiene poca gracia que existan cosas que no cambien, pero claro, si nosotras no empezamos por cambiarlas... Luego Descartes va y dice: "Pienso, luego existo". Y digo: si yo existo y adem¨¢s soy mujer ?pienso doble? ?Pues vaya putada!