Tras Morante, el toreo sigue
Despu¨¦s de la actuaci¨®n m¨¢gica de Morante del martes pasado, podr¨ªa pensarse que las tardes de la feria bilba¨ªna quedaron anestesiadas, hu¨¦rfanas de su ausencia. Y no fue as¨ª. Ayer se dieron momentos toreros para el recuerdo. Por encima de todo la corrida de Alcurruc¨¦n. Los seis toros ofrecieron un juego notable. Las reses ten¨ªan presencia y raza, adem¨¢s de fuerza y movilidad. Puede que sea una de las mejores -si no la mejor- de la feria.
Enrique Ponce cort¨® una oreja en su segundo, y tore¨® muy bien en su primero. En ese primer toro empez¨® muy despegado dando trapazos, mezclando buenos pases con otros movidos. La faena fue a m¨¢s. Mat¨® mal. En su segundo hizo un despliegue de su saber y de su arte. Si bien con la mano izquierda no se acopl¨® como debiera, con la derecha estuvo muy bien, ligando los pases siempre. Pero los momentos exquisitos, de una belleza incontestable, los hizo con una pierna flexionada y la otra haciendo escuadra con la rodilla para dibujar tres pases en uno: un derechazo seguido de un pase cambiado, para rematarlo con un trincherazo. Eso lo repiti¨® exquisitamente. Queda muy pobre describirlo. Hab¨ªa que verlos. En esos momentos el arte de torear se convertia en una segunda naturaleza. Muy bien Enrique Ponce, que hac¨ªa la n¨²mero 52 de sus actuaciones en el coso bilba¨ªno.
ALCURRUC?N / PONCE, MORA, LUQUE
Toros de Alcurruc¨¦n bien presentados, con buen juego.
Enrique Ponce: dos pinchazos -aviso- y media estocada (gran ovaci¨®n); -aviso- estocada desprendida (oreja y petici¨®n de otra).
Daniel Mora: gran estocada (oreja); pinchazo, estocada -aviso- y descabello (ovaci¨®n).
Daniel Luque: pinchazo, pinchazo hondo -aviso- descabello (vuelta al ruedo); estocada tendida -aviso- y descabello (ovaci¨®n).
Plaza de toros de Vista Alegre. 26 de agosto. S¨¦ptima de feria. Tres cuartos de entrada.
David Mora pech¨® con un toro nada f¨¢cil en su primero, quiz¨¢s el m¨¢s complicado de los seis. Estuvo valiente. Mat¨® de una gran estocada. La oreja se la dieron por la espada. Sin embargo, en su segundo estuvo por debajo del toro. Cit¨® de lejos, dando pases largos y mandones pero no desarroll¨® toda la calidad torera que atesora en sus mu?ecas, tal como lo demostr¨® el d¨ªa que altern¨® con Morante.
Daniel Luque tore¨® muy bien su primero con las dos manos. Lig¨® y templ¨®. Era un primor verle desplegar un grand¨ªsimo gusto y torer¨ªa. Muy bien. Mat¨® mal. Perdi¨® la oreja que se hab¨ªa ganado con su buena faena. En su segundo, tore¨® para la galer¨ªa. Se puso fuera de cacho. No se cruzaba y los pases eran, por tanto, mentirosos.
Afortunadamente, despu¨¦s de lo de Morante, puede comprobarse que todav¨ªa queda sitio en el mundo de los toros para aquellos diestros que quieren demostrar que el toreo est¨¢ vivo.
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