Soldado se bebe el partido

Decepcionante en el juego, al Valencia lo rescat¨® la voracidad goleadora de un Soldado insaciable, protagonista de principio a fin. Capaz de marcar tres en la puerta contraria y uno en la propia, incontenible toda la tarde. A ese rescate contribuy¨® el deb¨² en el segundo periodo de Canales, llamado a ser figura capital en un conjunto en el que, sin Mata, la creatividad pasar¨¢ por la excelente zurda del c¨¢ntabro. Sobre todo porque Piatti ofreci¨® una versi¨®n embarullada. Y porque el resto del equipo, salvo Banega, anduvo desorientado: p¨¢lido en defensa y nublado en la b¨²squeda de espacios. Aliviado tambi¨¦n por el central Rami, un coloso en el juego a¨¦reo. Armado hasta los dientes, el Racing supo salir a la contra y hurgar en la confusi¨®n permanente de la zaga local. Hasta que, poco a poco, hundi¨¦ndose en su propia ¨¢rea, fue devorado por la rabia desbordada de Soldado.

El d¨ªa en que Mata debutaba y marcaba con el Chelsea, ante el Norwich, el Valencia lo ech¨® de menos. En los ¨²ltimos a?os, el cuadro de Emery tend¨ªa a volcarse por la izquierda. All¨ª se juntaban Silva, Villa y Mata y trazaban un sinf¨ªn de combinaciones. La misma tendencia en la primera parte en la que Jordi Alba, Piatti y Bernat intentaron reproducir el modelo. Sin ¨¦xito.

Ante un Racing plagado de chicos del filial, el Valencia crey¨® encontrarse con un partido muy pl¨¢cido cuando, en el minuto 1, Soldado emboc¨® un mal rechace de To?o a un tiro de Pablo desde la frontal. El Racing tir¨® del orgullo y el orden de su entrenador, H¨¦ctor C¨²per, para reaccionar. Ayudado por un cabezazo en propia puerta de Soldado, en el primer palo a un centro de c¨®rner Kennedy. Alimentado por la p¨¦sima presi¨®n valencianista cada vez que los c¨¢ntabros lanzaban un contragolpe, muy bien llevado por Arana el que concret¨® Acosta ante la salida tard¨ªa de Guaita. El encargado de organizar la presi¨®n desde el mediocentro, Topal, anduvo tan perdido que Diop y Adri¨¢n camparon a sus anchas en esa zona donde a Banega le faltaron desmarques de sus compa?eros. El Valencia lo fiaba todo a Soldado, cada vez m¨¢s desesperado.

El Racing jug¨® con la abnegaci¨®n de los equipos de C¨²per, bienvenido antes del choque por una hinchada poco agradecida cuando logr¨® la haza?a de disputar dos finales de Champions con el Valencia en 1999 y 2000. Los m¨¢s radicales llegaron a zarandearle el coche.

Tras el descanso, la esperanza en Mestalla era Canales, recibido con una ovaci¨®n. Y s¨ª, la presencia del mediapunta le dio m¨¢s criterio al ataque local, lastrado por una zaga desastrosa que regal¨® otro gol, esta vez a Adri¨¢n. El poder¨ªo a¨¦reo de Rami minimiz¨® los da?os poco despu¨¦s al cabecear un centro de c¨®rner de Pablo. Mestalla entendi¨® que el choque estaba en su punto m¨¢s caliente. Y ah¨ª reclam¨® un presumible penalti de Arana a Banega. Ever y Canales congeniaron y generaron las ocasiones que acabaron en un ¨¦xtasis inesperado. Primero un maravilloso pase entre l¨ªneas de Jonas que aprovech¨® Soldado. Despu¨¦s una internada por el extremo de Jordi Alba culminada, c¨®mo no, por Soldado. El hombre que se bebi¨® el partido de un largo trago.