El Dorado oriental languidece
El mayor proyecto empresarial chino de Espa?a, presentado en febrero en Fuenlabrada, se queda lejos de sus ambiciones a causa de la crisis econ¨®mica
Iba a ser el centro comercial chino m¨¢s importante de Espa?a. Algunos dijeron que no tendr¨ªa parang¨®n en Europa. El Plaza de Oriente se inaugur¨® el pasado mes de febrero con todos los fastos en el pol¨ªgono de Cobo Calleja, en Fuenlabrada. Dragones articulados y farolillos rojos sobrevolaron las cabezas de una comitiva de invitados propia de las grandes ocasiones. Asistieron el embajador chino en Espa?a y el ministro de Fomento, Jos¨¦ Blanco. Fue una org¨ªa de cifras: m¨¢s de 1.000 nuevos empleos, una inversi¨®n de 64 millones de euros, 40.000 metros cuadrados de superficie. Esas eran las previsiones. Acabada la fiesta, las promesas se esfumaron con la misma rapidez que desaparecieron las autoridades en sus coches oficiales, confiados de haber dado con el nuevo El Dorado oriental.
"Si yo pongo a trabajar a mi hija, me crujen", dice un comerciante espa?ol
El Plaza de Oriente es estos d¨ªas un desierto. Ni rastro de comerciantes ni de clientes. Apenas 33 de los 80 locales disponibles estaban abiertos este mi¨¦rcoles. El trasiego comercial que, incluso en agosto es constante en las calles de Cobo Calleja -el mayor pol¨ªgono chino de Espa?a- se detiene ante las verjas que rodean el centro comercial. En ellas todav¨ªa hoy amarillean algunos de los carteles que engalanaron la inauguraci¨®n hace seis meses.
Pero, entre la comunidad china el optimismo reluce hasta ante el peor de los escenarios. Uno de los promotores del proyecto de Fuenlabrada, Tie Li, de 33 a?os, achaca la baja actividad a la mala situaci¨®n econ¨®mica mundial. "Los chinos no somos de otro planeta, la crisis nos ha afectado un pel¨ªn menos, pero tambi¨¦n se nota", dice el joven empresario, afincado en Fuenlabrada, y que hizo fortuna tras dirigir durante una d¨¦cada un grupo de calzado y bolsos. No piensa, por el momento, en dar un paso atr¨¢s. Junto a su socio, Liu Yongping, ya trabaja en la puesta en marcha de la segunda fase del proyecto, que incluir¨¢ un hotel de lujo que construir¨¢n con una inversi¨®n de 21 millones, que se sumar¨¢ a los 43 que ya se han gastado.
Es una cuesti¨®n de obstinaci¨®n. "Los chinos no aceptan una derrota, cambiar¨¢n de estilo", asegura Alfonso Tezanos, presidente de la Federaci¨®n de Empresarios de Madrid (Fedecam). Para este, m¨¢s que la crisis se trata de un "fracaso" puntual entre los casi siempre certeros empresarios chinos, varios de ellos miembros de su federaci¨®n.Entre los asi¨¢ticos, el hermetismo se impone al hablar del negocio frustrado y se culpa a la situaci¨®n financiera del pa¨ªs. Mao Feng, comerciante y miembro de la Asociaci¨®n de Chinos en Espa?a, dice que si la crisis ha tardado en cebarse con ellos es porque, en ¨¦pocas de bonanza, los empresarios ahorran mucho. "Ahora, esas reservas se han gastado y aguantamos como podemos", dice Feng, que asegura que el volumen de ventas de su almac¨¦n en Cobo Calleja ha bajado un tercio en los ¨²ltimos a?os. Las cifras, sin embargo, siguen siendo favorables. Mientras los comerciantes espa?oles de Fuenlabrada sufren una ca¨ªda del negocio del 40%, entre los chinos el descenso no llega al 20%, seg¨²n datos municipales. Cobo Calleja sigue siendo el pol¨ªgono con mayor tasa de ocupaci¨®n de la regi¨®n, con apenas un 10% de los locales vac¨ªos.
Entre los almacenes que siguen estos d¨ªas con su actividad fren¨¦tica est¨¢ el de la familia de Luna, de 17 a?os. Hoy, la ni?a espera clientes tras el mostrador del local que compraron en febrero en Plaza de Oriente -por ampliar el negocio- y reconoce que les va mucho mejor fuera. "Quiz¨¢s porque aqu¨ª no entran los camiones", aventura pensativa en un espa?ol perfecto mientras mira hacia la puerta. El paisaje es desolador. El aparcamiento est¨¢ desierto, las fuentes no tienen agua y los servicios de restauraci¨®n que se hab¨ªan anunciado han sido sustituidos por m¨¢quinas expendedoras de aperitivos. Paco y Tati, comerciantes del textil, son los ¨²nicos clientes a media ma?ana en b¨²squeda de g¨¦nero barato. "Si esto se ha hundido, que se aguanten. Despu¨¦s de barrernos a nosotros, ahora se hacen competencia entre ellos", dice Tati. ?l ten¨ªa tres tiendas antes de la crisis y ella cinco; ahora, tienen solo una. "Decir que iban a crear 1.000 empleos... ?una verg¨¹enza! Si yo pongo a trabajar a mi hija, me crujen, pero con ellos no pasa nada", se queja Paco. Pese a las cr¨ªticas, los dos reconocen que no les "queda m¨¢s remedio que comprarles a los chinos". Es una cuesti¨®n de n¨²meros: un vaquero nacional cuesta 20 euros y uno chino solo cinco.
Con las matem¨¢ticas de cara, para los asi¨¢ticos la ¨²nica f¨®rmula ahora es mantener el tipo y tirar de optimismo. El promotor del proyecto asegura que en septiembre se abrir¨¢n nuevos locales y todo mejorar¨¢ "poco a poco". Desde el Ayuntamiento de Fuenlabrada intentan hacer lo propio y tampoco quieren o¨ªr hablar de fiasco. "Estoy convencido de que los problemas son coyunturales", dice el director t¨¦cnico de Industria, Andr¨¦s de las Alas, que asegura que ya tiene sobre su mesa el primer borrador para la segunda fase. La m¨¢xima entre los empresarios chinos es "aguantar". A nadie se le ocurre la posibilidad de echar el cierre, a pesar de que en los ocho edificios construidos predominan las persianas met¨¢licas echadas. El promotor Li dice tranquilo que no hay problema, que el suyo es un proyecto de futuro. Puede que el a?o del conejo no haya sido el suyo, pero ya vendr¨¢ en del drag¨®n. Entonces puede que haga un gran hotel. A ¨¦l a¨²n le queda "reserva".
Las cifras del man¨¢ oriental
La apertura del centro comercial Plaza de Oriente se entendi¨® como un punto de partida y de modernizaci¨®n del empresariado chino en Espa?a. Un proyecto de la mano de dos j¨®venes empresarios al que se le presupon¨ªa ¨¦xito y un reguero de imitadores. Un ejemplo a seguir para convertir el enjambre que forman los 350 almacenes del pol¨ªgono de Cobo Calleja (Fuenlabrada) en un espacio ordenado, sostenible con el medio ambiente y moderno.
Los promotores invirtieron en la primera fase del proyecto 43 millones de euros y piensan invertir otros 21 en la segunda. Parte de ese dinero -el 50% seg¨²n el Ayuntamiento de Fuenlabrada- se fue en comprar los 40.000 metros cuadrados de parcela a una empresa anterior. Se construyeron ocho edificios con 80 locales y se anunci¨® la creaci¨®n de 1.000 puestos de trabajo. Aunque en un primer momento la idea era vender todos los espacios a un precio medio de 2.000 euros el metro cuadrado, la mayor¨ªa de los locales abiertos est¨¢ en r¨¦gimen de alquiler. Aun as¨ª, esta semana solo hab¨ªa actividad en 32. Visto el ¨¦xito, hay dos proyectos similares parados y uno que sigue en marcha, seg¨²n el Ayuntamiento, que ve en la iniciativa una forma de lavarle la cara al pol¨ªgono. La colonia china, que hoy d¨ªa suma m¨¢s de 13.000 empresarios que dan trabajo a otros 27.000 compatriotas, lleg¨® a Cobo Calleja en 2002. En solo tres a?os toda la superficie estaba en sus manos, convirti¨¦ndose en la mayor plataforma de venta de productos chinos de Espa?a y una de las mayores de Europa.
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