La Fed toma el mando
La Reserva Federal sigue identificando mejor que el BCE las prioridades contra la crisis
Las expectativas suscitadas por la comparecencia del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, en la convenci¨®n bancaria de Jackson Hole (Wyoming), derivaban del posible anuncio de nuevas medidas de est¨ªmulo monetario con las que hacer frente a la desaceleraci¨®n del crecimiento econ¨®mico. Ser¨¢ a mediados de septiembre, tras la reuni¨®n del comit¨¦ de ese banco central, cuando conozcamos posibles actuaciones adicionales tendentes a evitar el estancamiento.
La desaceleraci¨®n es un hecho. El mismo viernes, el Departamento de Comercio de Estados Unidos difund¨ªa la revisi¨®n a la baja del crecimiento de esa econom¨ªa en el segundo trimestre del a?o. Ha crecido menos de lo que la propia Fed esperaba: un 1% entre abril y junio, frente al 1,4% estimado inicialmente. En el primer trimestre lo hizo solo en un 0,4%. Son se?ales ciertamente d¨¦biles. En ausencia de serias amenazas inflacionistas es previsible, por tanto, que ese banco central vuelva a atender a su otro objetivo: la lucha contra el desempleo.
La actitud de la Reserva Federal desde que se inici¨® la crisis en el verano de 2007 contrasta con la mantenida por el Banco Central Europeo (BCE). Ha identificado mejor los verdaderos riesgos, subordinando las amenazas inflacionistas a la mucho m¨¢s inquietante desaceleraci¨®n del crecimiento y sus efectos sobre el desempleo. Su actitud adaptativa qued¨® clara hace unas semanas al anunciar que mantendr¨ªa los tipos de inter¨¦s a corto plazo en el nivel pr¨®ximo a cero hasta mediados de 2013. El Banco Central Europeo, por su parte, se ha precipitado no solo en elevar sus tipos de inter¨¦s en varias ocasiones, sino en subordinar la muy precaria recuperaci¨®n econ¨®mica y del empleo a unas exigencias de ajustes presupuestarios en toda el ¨¢rea euro que, siendo necesarios, admit¨ªan su distribuci¨®n en un horizonte a medio plazo, como la propia directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, ha vuelto a sugerir. El resultado es que, a pesar de que fue en aquel sistema financiero donde emergi¨® la crisis, ahora es en la eurozona donde la inestabilidad es m¨¢s acusada.
El entorno econ¨®mico global se ha deteriorado en los ¨²ltimos meses lo suficiente como para que no quepa descartar que los bancos centrales tengan que acudir nuevamente con est¨ªmulos excepcionales. Si as¨ª fuera, la Fed ser¨ªa nuevamente quien liderar¨ªa la asunci¨®n de esa prioridad por evitar males peores. El acad¨¦mico Bernanke conoce las consecuencias que en la extensi¨®n de la Gran Depresi¨®n tuvo la indecisi¨®n y tardanza en adoptar decisiones de est¨ªmulo. Las evidencias recientes en todas las econom¨ªas avanzadas, y en algunas de las consideradas emergentes, as¨ª como las tensiones en los mercados financieros, han renovado las amenazas recesivas. Su alejamiento es compatible con el reforzamiento de los compromisos de saneamiento de las finanzas p¨²blicas a medio plazo.
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