Locamente enamorados
El m¨²sico Jay-Z se compara con los Beatles en su ¨²ltimo disco, Watch the throne. Y a su esposa, la cantante Beyonc¨¦, con Yoko Ono. En este trabajo, lanzado hace tres semanas, ¨¦l y su colega Kanye West exhiben su fastuoso tren de vida mientras tutean a Otis Redding. Para evidenciar la magnitud de su grandilocuencia, hasta el ¨¢lbum lleva su propio traje de firma: la portada es obra del dise?ador Riccardo Tisci, de Givenchy.
El verano del matrimonio Jay-Z y Beyonc¨¦ ha sido agitado. En junio, ella tambi¨¦n sac¨® un disco, 4, y ofreci¨® en el festival de Glastonbury la actuaci¨®n m¨¢s espectacular del a?o (discutamos, si quieren). El domingo por la noche, en los premios Video Music Awards de la cadena MTV -esa fiesta tan elegante a la que Lady Gaga acudi¨® en una ocasi¨®n con un vestido de trozos de carne-, remataron la temporada anunciando que esperan su primer hijo. En cuanto salt¨® la noticia, un gracioso le cre¨® al feto una cuenta de Twitter. Y, s¨ª, hay quien le sigue.
Ni siquiera una inmoderada pasi¨®n por la pareja deber¨ªa ser totalmente capaz de digerir tanto exceso. Aunque se trate de dos m¨²sicos excepcionales. Beyonc¨¦ ha crecido en un escenario y pocos pueden hacerle sombra en ¨¦l. Jay-Z -que tuvo lo que gusta de llamarse una infancia dif¨ªcil- se ha convertido en una de las figuras m¨¢s poderosas de la industria por sus logros musicales y empresariales. "Veo pocos negros cuanto m¨¢s subo / No hay suficientes / Vamos a necesitar un mill¨®n m¨¢s", canta en el tema Murder to excellence. En plena recesi¨®n, sus versos concienciados resultan bastante m¨¢s simp¨¢ticos que los que loan coches y relojes de lujo.
?Prestar¨ªamos la misma atenci¨®n a la pareja sin todo el aparato el¨¦ctrico? Beyonc¨¦ actu¨® el domingo con un esmoquin de lentejuelas y pidi¨® al p¨²blico que sintiera "el amor que crece en mi interior". Desde luego, un comunicado anunciando el embarazo hubiera sido una notificaci¨®n m¨¢s discreta. Pero ese n¨²mero y la llegada al evento toc¨¢ndose la tripa, envuelta en un lanvin rojo, permanecer¨¢n en la memoria mucho m¨¢s que los tres premios que se llev¨® la pobre Katy Perry. Tal vez el verano de 2011 no haya resultado todo lo memorable que usted quisiera. Si su pu?ado de recuerdos no le sirve para distinguirlo del anterior, no se preocupe. Por eso les pagamos (tanto) a las estrellas: para que nos proporcionen algo para recordar.
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