La gran estafa
Las fiestas rectorales se cerraban con el partido estrella: Cero contra Preu, los de p¨¢rvulos frente a los alumnos del ¨²ltimo curso. Para equilibrar la balanza los preuniversitarios se ataban los tobillos. Sus chuts eran flojos y con la cabeza no brillaban, pero su t¨¢ctica mort¨ªfera consist¨ªa en levantar en horizontal a un compa?ero y que el portero le colocara el bal¨®n sobre la tripa. El equipo, poco a poco, llegaba a la porter¨ªa y la atravesaba con barrigudo y bal¨®n. Marcaron una vez. A la siguiente, Zald¨²a, Paniagua, G¨¢rate, Ruiz de Alda y el firmante les bajamos los pantalones a los gigantones y les pellizcamos sus partes. Con los pies atados, de poco les vali¨® el penalti. Por primera vez en la historia de los jesuitas ganamos los de la Cero.
Teles, radios, blogs y tuits van llenos de comentarios sobre las obscenas goleadas de Bar?a y Madrid. Incluso los presidentes del cuarto (Villarreal) y el quinto (Sevilla) de la pasada temporada han puesto el grito en el cielo porque advierten, alarmados, que se est¨¢ atando las piernas a los de la Cero.
Su preocupaci¨®n obedece al desproporcionado reparto del dinero que llega por derechos de televisi¨®n. Antes de empezar, Bar?a y Real Madrid ya ganan por goleada: 140 millones de euros cada uno frente a 12 de la mayor¨ªa. Cada uno de esos dos clubes recibe lo mismo que Zaragoza, Espanyol, Mallorca, Osasuna, Rayo, Granada, Levante, Sporting, M¨¢laga y Real Sociedad ???juntos!!! Este a?o y el anterior... engordando a dos monstruos mientras el resto malvende su cantera para sobrevivir. "La liga espa?ola es la mayor porquer¨ªa del mundo", dice en Radiogaceta el presidente del Sevilla, Jos¨¦ Mar¨ªa Del Nido.
En otros lares el reparto es equitativo. En Inglaterra, de 1,5 a 1 entre el primero y el ¨²ltimo; en Alemania, 2 a 1; en Francia, 3 a 1; en Espa?a, 10 a 1, y no con el colista, sino con 11 de los 20 equipos de la competici¨®n. As¨ª, las goleadas del Bar?a y Madrid m¨¢s que proeza, son una inmoralidad. Me repugna que cada domingo esas dos multinacionales se r¨ªan del equipo de mi pueblo. O les atan los pies (menos millones de la tele) o los modestos acabar¨¢n por patearles sus figuras.
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