?Has sido feliz?
Hace unos cuantos a?os, cuando nos sonre¨ªa la fortuna y nos cre¨ªamos ricos a cr¨¦dito ajenos al precipicio final, una importante marca de cervezas tuvo una buena idea. Inund¨® las ciudades espa?olas con grandes carteles con la exhortaci¨®n: ?este verano, s¨¦ feliz! Al regreso de la fugaz estrella vacacional, en la que los resultados nunca est¨¢n a la altura de las expectaciones, los creativos preguntaban: ?has sido feliz? Este verano febril la publicidad no se ha atrevido a repetir la idea. L¨¢stima, porque a pesar de la apisonadora que nos est¨¢ laminando, los humanos tenemos una enorme capacidad para separar la vida personal de los acontecimientos p¨²blicos, por mucho que estos parezcan calamitosos. En los pasados 45 d¨ªas he recordado la novela hist¨®rica de Barbara Tuchman Los ca?ones de agosto. 31 d¨ªas de 1914 que cambiaron la faz del mundo (C¨ªrculo de Lectores). Se trata del minucioso y apasionante relato del primer mes de la Gran Guerra que cambiar¨ªa el mundo. No hay que exagerar y tiene raz¨®n Jean Baudrillard cuando se refiere a la "huelga de acontecimientos", al decaer de los acontecimientos verdaderamente hist¨®ricos, sustituidos por otros menores que los mass media engrandecen con entusiasmo. Lo que nos ha pasado este verano, por supuesto continuando sin saber lo que nos est¨¢ pasando, reclama una nueva cr¨®nica historiogr¨¢fica a la altura de la de Tuchman. La centrifugaci¨®n a la que est¨¢ sometida el mundo y nosotros con ¨¦l, como si gir¨¢ramos en el tambor de una lavadora, nos impide separar el grano de la paja y sedimentar lo que ocurre.
El verano ha confirmado la irrelevancia de Europa y la inanidad de sus l¨ªderes, pese a Merkel y Sarkozy
Hemos visto estupefactos c¨®mo Estados Unidos perd¨ªa una vocal, de triple AAA a AA+, cuando Standard & Poor's, una de las tres grandes brujas calificadoras, rebajaba el cr¨¦dito de la todav¨ªa primera potencia mundial. La superpotencia estuvo al borde de la quiebra por la insania generada por la polarizaci¨®n ideol¨®gica y la brutalizaci¨®n de la pol¨ªtica, reflejada en el ascenso de los lun¨¢ticos del Tea Party que amenazan seriamente la reelecci¨®n del presidente. Obama yace en tierra despojado ya de su anterior traje de Superman y no es percibido como un l¨ªder fuerte. Su inclinaci¨®n al compromiso es vista como un factor negativo y su racionalidad acad¨¦mica choca con la simpleza en la que se ha instalado el debate pol¨ªtico en Estados Unidos cuando arranca el a?o preelectoral. Desde Washington se proyecta una imagen de p¨¦rdida de poder e influencia del pa¨ªs. Sin embargo, la deuda estadounidense, a pesar de la degradaci¨®n de la nota, sigue siendo buscada por los inversores que la atesoran aun con rendimientos m¨¢s bajos. China, que tiene su casa sin barrer, se ha permitido darle un tir¨®n de orejas a Washington, su principal deudor, advirti¨¦ndole de que no puede seguir viviendo por encima de sus posibilidades. La Casa Blanca env¨ªa a Pek¨ªn al vicepresidente Biden, que ofrece "equilibrio" a su gran antagonista preocupado por la inestabilidad, y advierte de que Estados Unidos no ha perdido su supremac¨ªa. Una d¨¦cada despu¨¦s de la ca¨ªda de las Torres Gemelas en Nueva York, Washington se apresta a cerrar las guerras del 11-S, Irak y Afganist¨¢n, para levantar el pa¨ªs y centrarse en la reconstrucci¨®n interior.
El verano ha confirmado la irrelevancia de Europa y la inanidad de sus l¨ªderes, a pesar del intento del d¨²o director Merkel-Sarkozy y la nueva cortina de humo lanzada sobre la crisis de la deuda. Los pa¨ªses hasta ahora centrales van dejando de serlo. Hemos sabido que no podemos seguir manteniendo las pol¨ªticas de cohesi¨®n social y vemos que peligra el Estado de bienestar sin que los socialdem¨®cratas hagan algo por evitarlo. Los mercados rampantes someten al poder pol¨ªtico, el caso de Espa?a es un buen ejemplo. Los ricos, encabezados desde Estados Unidos por Warren Buffet, el or¨¢culo de Oklahoma, piden pagar m¨¢s impuestos, para que este no pague menos que sus empleados. Le siguen los potentados de Alemania y Francia, mientras el PSOE terminal amaga con un impuesto a las grandes fortunas en un melanc¨®lico intento de salvar muebles electorales. En Londres, en la democracia m¨¢s antigua del mundo, hemos visto las revueltas del no futuro, en forma de nihilismo y vandalismo puro y duro. "Estamos viviendo un tira y afloja para ver con cu¨¢nto es capaz de conformarse la gente, hasta qu¨¦ punto acepta una reducci¨®n de su nivel de vida para que las ¨¦lites puedan mantener el suyo", en opini¨®n del profesor brit¨¢nico de econom¨ªa, Eric McCormack.
Con todo el foco puesto en los recortes presupuestarios, la econom¨ªa estancada y el paro en aumento, ?hay alguien que tenga una receta para crecer y crear empleo? Nos dicen que no existe una panacea universal ni soluciones f¨¢ciles. Sin mapa de ruta, el centrifugado y la confusi¨®n nos seguir¨¢n acompa?ando en el oto?o. A pesar de ello, sean felices.
fgbasterra@gmail.com
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