135
La aprobaci¨®n del nuevo art¨ªculo 135 de la Constituci¨®n, cuyo principal objetivo es garantizar el principio de estabilidad presupuestaria en todas las administraciones p¨²blicas ?a partir de 2020!, ha sido en realidad una de las pocas decisiones en que "la clase pol¨ªtica" espa?ola ha mostrado un comportamiento razonablemente responsable en medio de esta larga crisis que parece no acabar nunca.
Y sin embargo, de manera sorprendente, no son pocos los que est¨¢n mostrando su total desacuerdo. Los nacionalistas, en primer lugar, ofendidos por no haber contado con ellos para la foto inicial; pero tambi¨¦n Izquierda Unida y buena parte de los sindicatos, quienes al parecer todav¨ªa no se ha enterado de que la globalizaci¨®n existe y de que el d¨¦ficit estructural permanente (que es de lo que estamos hablando) no es, en s¨ª mismo, ni de izquierdas ni de derechas, sino m¨¢s bien de gobiernos irresponsables. Y, en fin, aquellos que creen que proponiendo un refer¨¦ndum la mar de democr¨¢tico, se ganar¨¢n las simpat¨ªas del movimiento 15-M, ocultando que un debate p¨²blico sobre asunto tan delicado ser¨ªa terreno abonado para la demagogia f¨¢cil y el populismo seudo izquierdista.
Porque me gustar¨ªa saber qu¨¦ hay de neoliberal, poco progresista o antidemocr¨¢tico en la constataci¨®n de que "la estabilidad presupuestaria adquiere un valor verdaderamente estructural y condicionante de la capacidad de actuaci¨®n del Estado... (y) del mantenimiento y desarrollo del Estado Social"
O en que se acuerde, como se hace en el art¨ªculo 2, que "el Estado y las Comunidades Aut¨®nomas no podr¨¢n incurrir en un d¨¦ficit estructural que supere los m¨¢rgenes establecidos, en su caso, por la Uni¨®n Europea para sus Estados Miembros"
O en que se recurra a una Ley Org¨¢nica para fijar "el d¨¦ficit estructural m¨¢ximo permitido al Estado y a las Comunidades Aut¨®nomas, en relaci¨®n con su producto interior bruto"
O, en fin, que se exija que "los cr¨¦ditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda p¨²blica de las Administraciones se entender¨¢n siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozar¨¢ de prioridad absoluta".
Y todo ello sin mencionar que se deja la puerta abierta a saltarse los l¨ªmites del d¨¦ficit y del volumen de deuda p¨²blica en el caso de "cat¨¢strofes naturales, recesi¨®n econ¨®mica o situaciones de emergencia extraordinaria que escapen al control del Estado y perjudiquen considerablemente la situaci¨®n financiera o la sostenibilidad econ¨®mica o social del Estado, apreciadas por la mayor¨ªa absoluta de los miembros del Congreso de los Diputados".
O sea, que para una vez que los grandes partidos asumen de facto su total incapacidad para controlar el gasto p¨²blico y se autolimitan constitucionalmente, oblig¨¢ndose a actuar en el futuro fundamentalmente a trav¨¦s de la mejora de la eficiencia del sector p¨²blico (que es la ¨²nica estrategia de izquierda genuina para la Espa?a actual) resulta que tampoco esto deja satisfechos a todos. En fin, que no nos pasa m¨¢s porque Dios no quiere.
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