La patronal pagar¨¢ el agujero dejado por Antonio Ramilo hasta 2015
El expresidente de la CEG, ya fallecido, leg¨® unas deudas de diez millones
Cada a?o de la ¨²ltima d¨¦cada, la Confederaci¨®n de Empresarios de Galicia ha estado pagando las deudas heredadas de la p¨¦sima gesti¨®n de Antonio Ramilo Fern¨¢ndez-Areal, que presidi¨® el organismo entre 1991 y 2000. El hist¨®rico dirigente empresarial fallecido en 2006, -antes procurador en Cortes y alcalde de Vigo durante la dictadura-, dimiti¨® el 28 de noviembre de 2000 entre acusaciones de despilfarro y manejos contables que nunca se llevaron a los tribunales. "Lo hago por lo que he defendido siempre: el servicio a la organizaci¨®n", dijo entonces. Los presidentes de las cuatro patronales provinciales lo hab¨ªan forzado a cesar. D¨ªas antes hab¨ªa admitido "un desfase" contable de 1.000 millones de pesetas (seis millones de euros), pero responsabiliz¨® de todo al exsecretario, Rafael S¨¢nchez Sostre, y a la adquisici¨®n, en 1992, del edificio en el casco antiguo de Santiago que alberga la sede. El inmueble hab¨ªa costado 400 millones de pesetas, de los que la Xunta presidida por Manuel Fraga subvencion¨® el 40%. Otras versiones apuntan a que realmente pag¨® por ¨¦l 250 millones y lo anot¨® en la contabilidad con un valor de 600. Eso y las "m¨²ltiples actividades desarrolladas en su etapa", seg¨²n los argumentos de Ramilo en aqu¨¦l momento, provocaron el descalabro financiero de la Confederaci¨®n.
Una auditor¨ªa descubri¨® el agujero de 1.000 millones de pesetas
Afloraron gastos suntuarios y alquileres de locales a precios exorbitantes
"Resulta innegable que el desfalco que sufri¨® la CEG gener¨® una situaci¨®n tremendamente complicada, no solo por los graves problemas econ¨®micos derivados de aquellas irregularidades, que la organizaci¨®n arrastra todav¨ªa, sino tambi¨¦n por el descr¨¦dito y la p¨¦rdida de la confianza que supuso ante empresarios, administraciones y la sociedad", reflexionan ahora desde la organizaci¨®n que preside Antonio Fontenla.
Las cuentas de la CEG siguen mostrando aquellas heridas. La patronal tiene fondos propios negativos por valor de un mill¨®n de euros y dos embargos a favor del Estado y de Hacienda, unas garant¨ªas acordadas con la Administraci¨®n central que permiten a la Confederaci¨®n fraccionar las devoluciones. Por aquellos "1.000 millones de pesetas", tendr¨¢n que pagar pr¨¦stamos hasta el a?o 2015 por importe total de 10 millones de euros.
Las sospechas de que algo iba mal se desataron en 1999, cuando la patronal de Pontevedra (CEP) reclam¨® a la Xunta unas ayudas de formaci¨®n. El Gobierno aut¨®nomo respondi¨® que las hab¨ªa transferido a la Confederaci¨®n gallega, lo que provoc¨® que se ordenase una auditor¨ªa. Al empezar a conocerse los datos, Ramilo destituy¨® a S¨¢nchez Sostre, a quien achac¨® la mala gesti¨®n. "Yo no ten¨ªa firma para hacer ninguna operaci¨®n bancaria sin autorizaci¨®n del presidente o del comit¨¦ ejecutivo", declar¨® aquellos d¨ªas el exsecretario a este diario. Sostre sostuvo entonces que tres a?os antes hab¨ªa informado a Ramilo sobre los desequilibrios de tesorer¨ªa y que propuso un plan de viabilidad. "?l se opuso y ni siquiera acept¨® reducir algunos gastos excesivos", dijo.
Las subvenciones para formaci¨®n que conced¨ªan la UE y el Ministerio de Trabajo eran la principal fuente de financiaci¨®n de la patronal, que cada a?o presentaba a sus miembros unas cuentas saneadas y con beneficios. La realidad estaba bastante lejos. El examen a la gesti¨®n aflor¨® 1,2 millones de euros en facturas incobrables y una sobrevaloraci¨®n de la sede en otros 2,7 millones. El resto, casi dos millones de euros, simplemente se hab¨ªan volatilizado. Comenzaron a hacerse p¨²blicos suntuarios gastos de representaci¨®n del presidente y otros detalles, como alquileres de locales para hacer cursillos a precios exorbitantes. La patronal CEOE, de quien Ramilo era un miembro destacado, rehus¨® valorar la crisis y los partidos de la oposici¨®n (PSdeG y BNG) reaccionaron reclamando los datos de las cuantiosas ayudas que la Xunta hab¨ªa facilitado a la Confederaci¨®n durante casi una d¨¦cada. El propio Ramilo fue un incondicional de la pol¨ªtica de Manuel Fraga, al que apoyaba entusi¨¢sticamente en cada campa?a electoral. Pero el d¨ªa que dimiti¨® poco quiso saber del Gobierno gallego cuando los periodistas le preguntaron si estar¨ªa dispuesto a someterse a una investigaci¨®n parlamentaria. El empresario contest¨® de forma rotunda: "Yo al Parlamento no voy. Como dijo L¨®pez Bravo, un gran ministro de Franco, yo ya no soy noticia".
Contabilidad destruida
Hay un antes y un despu¨¦s de la dimisi¨®n de Antonio Ramilo al frente de la Confederaci¨®n de Empresarios. La patronal gallega recibi¨® entre 1996 y 2000, 19 millones de euros en forma de subvenciones para la formaci¨®n a trav¨¦s de la Xunta y del Forcem. Y se sirvi¨®, seg¨²n atestiguan informaciones de la ¨¦poca, de facturas falsas o duplicadas para justificar gastos en cursos pagados con fondos p¨²blicos.
Las irregularidades no se pudieron llegar a conocer en detalle porque la contabilidad fue destruida y porque, en definitiva, los trapos sucios de su etapa se lavaron de puertas adentro para no comprometer m¨¢s a la organizaci¨®n.
Desde que la nueva directiva de Antonio Fontenla tom¨® las riendas y como demostraci¨®n de transparencia, las cuentas se presentan en el Registro Mercantil -es una de las pocas patronales de Espa?a que lo hace-, y en ellas a?o tras a?o figura la misma retah¨ªla: "Tras un proceso de revisi¨®n de la situaci¨®n financiera iniciado durante el ejercicio 2000, se puso de manifiesto la falta de registros contables, as¨ª como la existencia de un fuerte d¨¦ficit patrimonial. La junta directiva tom¨® la decisi¨®n de reconstruir la contabilidad, trabajo que no se pudo realizar respecto a los ejercicios anteriores a 2000".
Ramilo, que lleg¨® a ser un magnate en el sector del granito rosa Porri?o, hizo gala hasta el d¨ªa de su dimisi¨®n de una singular personalidad. Antes de pasar por el mal trago de ser interrogado por una nube de periodistas incluso se permiti¨® explayarse a prop¨®sito de la "obra de arte" de gol que le hab¨ªa metido el domingo anterior el deportivista Djalminha al Celta, club del que fue directivo.
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