El alzh¨¦imer diez a?os antes
Un proyecto para el diagn¨®stico precoz de la enfermedad atrae a 500 voluntarios en su primera fase - Se trata de identificar a poblaciones de riesgo
La enfermedad del alzh¨¦imer es uno de los grandes retos de la sociedad. Hoy por hoy no existen curas y poco se sabe del origen de una de las enfermedades neurodegenerativas m¨¢s devastadoras. Pero la realidad es que existen 600.000 personas afectadas en Espa?a y ser¨¢n 1.200.000 en 2025, seg¨²n la Confederaci¨®n Espa?ola de Familiares de Enfermos de Alzh¨¦imer y otras Demencias (Ceafa).
Andr¨¦s, de 59 a?os, no se lo pens¨® dos veces cuando se ofreci¨® como voluntario para participar en un proyecto cuyo objetivo es el diagn¨®stico precoz de una enfermedad que se detecta tarde. La clave para la aplicaci¨®n de tratamientos eficaces se encuentra justo diez a?os antes de los primeros s¨ªntomas, cuando el cerebro empieza a registrar peque?os cambios que vaticinan la futura aparici¨®n del alzh¨¦imer.
El objetivo es saber cu¨¢ndo empiezan a morirse las primeras neuronas
"Un cerebro entrenado responde mejor a este mal", dice un neur¨®logo
La muestra incluye a personas sanas del tramo de edad entre 50 y 65 a?os
El 60% se someter¨¢ a una punci¨®n lumbar, adem¨¢s de varias resonancias
El Centro de Investigaci¨®n y Terapias Avanzadas (CITA-Alzh¨¦imer), ubicado en San Sebasti¨¢n, analiza el cerebro a trav¨¦s de las im¨¢genes. El proyecto Gipuzkoa Alzh¨¦imer pretende identificar marcadores gen¨¦ticos a trav¨¦s de uno de los m¨¢s avanzados sistemas en neuroimagen; un esc¨¢ner de casi 12 toneladas y 3 teslas (lo habitual es 1,5 en los utilizados en los hospitales). El estudio, uno de los m¨¢s exhaustivos que se est¨¢ llevando a cabo, ha conseguido en menos de tres meses movilizar a 500 voluntarios. "La medicina del futuro tiende a ser personalizada, predictiva y participativa", apunta Gurutz Linazasoro, neur¨®logo y director cient¨ªfico de CITA-Alzh¨¦imer, fundaci¨®n creada en 2007.
Andr¨¦s acaba de salir de la prueba de la punci¨®n lumbar. La extracci¨®n de una muestra de l¨ªquido c¨¦falo-raqu¨ªdeo es una de las partes fundamentales del estudio -en su primera fase- porque en este l¨ªquido se analiza el dep¨®sito de la prote¨ªna amiloide-b en el cerebro, uno de los signos m¨¢s espec¨ªficos de la patolog¨ªa del alzh¨¦imer.
En una sala donde se recupera de la punci¨®n, Andr¨¦s, uno de los 63 voluntarios que ha pasado algunas de las pruebas, cuenta relajado su experiencia: "La verdad es que ven¨ªa un poco nervioso pero casi no me he enterado. ?Por qu¨¦ me he animado? Es una forma de aprender, m¨¢s all¨¢ de hablar de f¨²tbol o tomar copas con los amigos".
Ernesto Sanz Arigita, director de neuroimagen, subraya el triunfo de lograr centenares de voluntarios sanos: "La respuesta ha sido espectacular. En un proyecto similar en Holanda me cost¨® un a?o encontrar a 20".
Junto con la punci¨®n lumbar, a la que un 60% de los voluntarios han accedido, se suman an¨¢lisis de sangre y dos sesiones de neuroimagen; una estructural y otra funcional. Con edades comprendidas entre los 50 y los 65 a?os, los voluntarios est¨¢n divididos casi al 50% entre personas con riesgo (antecedentes familiares, problemas de memoria, etc¨¦tera) e individuos sanos. Cada paciente podr¨¢ saber el resultado de las pruebas.
El estudio permitir¨¢ la recogida de datos cl¨ªnicos, neurol¨®gicos, estad¨ªsticos, psicol¨®gicos y nutricionales. Este ¨²ltimo apartado aportar¨¢ adem¨¢s informaci¨®n valiosa sobre los h¨¢bitos alimenticios que, en opini¨®n de los investigadores, pueden influir en la enfermedad y que apenas se recoge en otros estudios similares. El proyecto, que arranc¨® con la aportaci¨®n econ¨®mica de una familia donostiarra y se mantiene en tiempos de crisis gracias a la colaboraci¨®n de las Administraciones central, auton¨®mica y provincial, adem¨¢s de la Kutxa Obra Social, realizar¨¢ el seguimiento de los voluntarios durante los pr¨®ximos a?os para comprobar el estado de su rendimiento cognitivo, el volumen cerebral y los cambios que vayan experimentando.
Tras los primeros datos de la primera fase de la investigaci¨®n, CITA-Alzh¨¦imer iniciar¨¢ la segunda fase, que contar¨¢ ya con 2.000 o 3.000 personas. Ser¨¢ en ese momento cuando se pondr¨¢n a prueba esos posibles marcadores espec¨ªficos para sacar conclusiones m¨¢s determinantes y validarlas como herramientas de detecci¨®n efectivas.
"Resulta frustrante que los tratamientos nuevos dirigidos a combatir los mecanismos de la enfermedad no funcionen. Las pruebas para el diagn¨®stico como el PET son caras y dif¨ªciles de hacer y los m¨¦dicos en general no est¨¢n por la labor de hacer punciones lumbares a una persona aparentemente sana que solo tiene fallos de memoria. Y, menos a¨²n, si no est¨¢ demenciada. Es el mismo debate que est¨¢ abierto en la sociedad cient¨ªfica", explica el neur¨®logo Pablo Mart¨ªnez Lage.
El objetivo final es saber cu¨¢ndo se producen los s¨ªntomas, cu¨¢ndo empiezan esas primeras neuronas a morirse, los primeros cambios en el cerebro hacia una degeneraci¨®n neuronal. En este sentido, el estudio va acompa?ado de un proyecto paralelo que se llama Redes en riesgo que consiste en encontrar los mecanismos que utiliza el cerebro para enmascarar los fallos.
Los investigadores de CITA-Alzh¨¦imer trabajan con el deseo de que alg¨²n d¨ªa se pueda plantear una verdadera prevenci¨®n espec¨ªfica del alzh¨¦imer. Para ello, la ¨²nica manera es definiendo a las poblaciones de riesgo. "Nadie est¨¢ libre del alzh¨¦imer, es una de las enfermedades m¨¢s democr¨¢ticas. Pero un cerebro entrenado responde mejor", apunta Mart¨ªnez Lage.
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