Heathcliff ahora es negro. ?Y...?
Durante los seis primeros d¨ªas la programaci¨®n de la Mostra ha sido una fiesta, abarrotada de pel¨ªculas, de directores curtidos o j¨®venes cuya obra merece respeto y admiraci¨®n. Tambi¨¦n han desfilado un mont¨®n de actores y actrices con categor¨ªa de estrellas, cuya presencia y ruedas de prensa otorgan inter¨¦s y magnetismo a cualquier festival. Todo esto resultaba ins¨®lito en una Mostra que desde que se ocup¨® de ella Marco M¨¹ller supon¨ªa el redil del cine de autor m¨¢s ininteligible o cochambroso, la fr¨ªvola selecci¨®n en funci¨®n de que su nacionalidad fuera ex¨®tica y su estilo pl¨²mbeo, pel¨ªculas que si esa cosa tan menospreciada llamada p¨²blico pudiera ver y juzgar en las salas comerciales lo m¨¢s probable es que las encontraran impresentables. Tienes la sensaci¨®n de que el responsable de este festival, cuya continuidad es insegura, se ha propuesto demostrar en su ¨²ltimo mandato que tambi¨¦n conoc¨ªa la f¨®rmula para hacer un festival atractivo, para que la Mostra fuera una exposici¨®n del mejor cine actual en vez de la sala de torturas a la que nos ten¨ªa cruelmente acostumbrados. Lo cual lleva a preguntarte por la arrogancia intolerable que supone hacer las cosas mal cuando se dan las circunstancias y los medios para poder hacerlas bien. Est¨¢ claro que debido a su influencia y a su poder¨ªo ancestral, Cannes puede elegir siempre la parte del le¨®n, que productoras, distribuidoras y directores lo consideran el escaparate m¨¢s trascendente, pero a continuaci¨®n viene la Mostra de Venecia. No hay razones que expliquen el somnoliento y temible disparate que ha representado este festival en los ¨²ltimos tiempos. Pero observas la programaci¨®n que nos espera hasta el final del festival y sientes que te ha desaparecido repentinamente el apetito, aunque como espectador siempre estar¨¢s dispuesto a que te sorprendan gratamente los que habitualmente te aburren.
Arnold se empe?a en su 'Cumbres borrascosas' en ser hiperrealista
La directora inglesa Andrea Arnold, autora de Red road y de Fish tank, cr¨®nicas inteligentes y con toque amargo de personajes urbanos, ha decidido en Cumbres borrascosas dar su original punto de vista sobre esa intensa, violenta, rom¨¢ntica y legendaria novela de Emily Br?nte, que ha tentado en cualquier ¨¦poca a numerosos directores, incluido Luis Bu?uel, que hizo una adaptaci¨®n perversa de ella en la extraordinaria Abismos de pasi¨®n. La originalidad de Andrea Arnold consiste, aparte de rodarla casi ¨ªntegramente c¨¢mara en mano y de despreciar eso tan efectista y embaucador (debe pensar la ¨ªntegra autora) de la m¨²sica exaltando o subrayando los sentimientos, en que ha decidido convertir al desgarrado y vengativo Heathcliff en negro, imagino que para acentuar el racismo de los que le han agredido, humillado y marginado desde que fue adoptado por el padre de Catherine. Utilizando el impresionante paisaje natural de Yorkshire, Andrea Arnold se empe?a abusivamente en ser hiperrealista.
A m¨ª siempre me ha parecido conmovedora esa volc¨¢nica historia de amor que comienza en la adolescencia y destinada a un final tr¨¢gico, pero tal como la cuenta esta directora a lo largo de un metraje que se te hace muy largo, ese desgarro y esa pasi¨®n me dejan fr¨ªo. Y se nota el esfuerzo de Arnold por no embellecer nada, porque los personajes, el barro y la mugre reproduzcan fielmente lo que debi¨® de ser su realidad, pero que el cine se obsesione por ser el espejo absolutamente fiel de la vida no garantiza que ese verismo te arrebate.
Tampoco me interesa la pel¨ªcula japonesa Himizu, dirigida por Sono Sion, que es la adaptaci¨®n de un manga y la protagonizan gente en el l¨ªmite que se mueve como si fueran dibujos animados. Ni la monoton¨ªa expresiva del venerado Ermanno Olmi (El ¨¢rbol de los zuecos y La leyenda del santo bebedor eran aut¨¦nticamente po¨¦ticas) en Il villaggio di cartone, que describe la relaci¨®n de un sacerdote con inmigrantes a los que da refugio, incluidos algunos que podr¨ªan ser terroristas. Y solo consigo ver una hora de la pel¨ªcula china Tao jie por razones lacerantemente personales. Se desarrolla en una residencia de ancianos, en esa antesala de la muerte donde casi todo es devastaci¨®n f¨ªsica y ps¨ªquica, delirio y resignaci¨®n. Ignoro c¨®mo acaba. Asumo mi culpa al desertar de esa tem¨¢tica.
Babelia
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