El para¨ªso suizo (y el infierno griego)
El miedo en los mercados lleva la deuda suiza a tasas de inter¨¦s negativas - El bono a dos a?os de Grecia paga ya tipos del 50% por el riesgo de impago
Si lo ¨²nico que usted quiere es olvidarse de quebraderos de cabeza y tener la tranquilidad de saber que recuperar¨¢ sus ahorros en estos momentos de enorme incertidumbre y se decide por la deuda del pa¨ªs m¨¢s seguro del mundo -Suiza-, se puede ver obligado a pagar por ese privilegio. Es decir, a aceptar tipos de inter¨¦s negativos por su inversi¨®n. As¨ª est¨¢n las cosas: la amenaza de apocalipsis en los mercados hace que la entrada en para¨ªsos que garantizan seguridad total para los ahorradores salga muy cara. Meter el dinero bajo el colch¨®n era ayer m¨¢s rentable que invertir en bonos suizos a dos a?os, con intereses del -0,01%. Cortes¨ªas de la crisis europea.
Cuando uno entra un banco sabe que hay una posibilidad de salir trasquilado, pero lo normal es que si lleva suficiente dinero en el bolsillo el banquero de turno le ofrezca una silla c¨®moda e inmediatamente despu¨¦s alg¨²n producto financiero m¨¢s o menos apetitoso. Los dep¨®sitos o la deuda p¨²blica suelen formar parte del men¨² para los miedosos, y los fondos que invierten en Bolsa o materias primas, por ejemplo, una buena alternativa para quienes est¨¦n dispuestos a asumir riesgos. Porque los riesgos son la clave. Los bancos -los mercados- pagan en funci¨®n de lo que se arriesga: si uno est¨¢ dispuesto a jug¨¢rsela puede obtener altos tipos de inter¨¦s; si lo que se quiere es seguridad, el rendimiento ser¨¢ m¨¢s bajo, aunque lo normal es que siempre se cobre al menos un inter¨¦s m¨ªnimo. El sistema es as¨ª de sencillo, as¨ª de f¨¢cil: al menos cuando todo funciona con normalidad.
Alemania advierte a Grecia que "no hay margen" si quiere recibir ayudas
Evidentemente, no es el caso. La crisis financiera ha experimentado todas y cada una de las patolog¨ªas que suelen estar asociadas a este tipo de perturbaciones: contagio, inquietud, incertidumbre y sobre todo miedo, mucho miedo. En esas estamos: los inversores temen que los mercados se acaben yendo al infierno en uno de esos ya casi habituales paseos al borde del abismo. Y el miedo acaba provocando cosas raras, movimientos bruscos, todo tipo de excesos. El mercado de deuda, el gran protagonista en esta crisis, es el mejor ejemplo: en el extremo opuesto a lo que ocurre con Suiza, Grecia lleg¨® a pagar ayer por sus bonos a dos a?os intereses superiores al 50%. Los inversores no se f¨ªan y exigen esos tipos de pesadilla: lo normal, a estas alturas, es que Grecia quiebre y que quienes tengan en el bolsillo deuda de ese pa¨ªs no recuperen todo su dinero.
Ante los temores que nacen de Grecia pero que afectan tambi¨¦n a Irlanda, Portugal e incluso Italia y Espa?a, el dinero vuela hacia valores refugio: hacia la deuda alemana o el oro. Y hacia el franco suizo y la deuda helv¨¦tica, que han entrado en terreno pr¨¢cticamente desconocido: la revalorizaci¨®n del franco oblig¨® ayer al banco central suizo a acometer una intervenci¨®n sorprendente en el mercado de divisas. Pero el no va m¨¢s es la deuda: en momentos puntuales de esta crisis fueron los bonos estadounidenses los que llegaron a pagar tipos negativos, pero en el caso de Suiza su deuda lleva varios d¨ªas en ese territorio. Incluso los dep¨®sitos a corto plazo registran tipos negativos. Lo mismo sucede en Singapur, que juega un papel similar al de Suiza en el mercado asi¨¢tico.
Los bancos centrales de Suiza y Suecia ya utilizaron hace unos a?os tipos negativos para el precio oficial del dinero, como herramienta a la desesperada de pol¨ªtica monetaria. En Jap¨®n, EE UU y Reino Unido los tipos oficiales rozan el 0%. Los tipos negativos para el caso de la deuda p¨²blica son a¨²n menos frecuentes, pero ya nada es imposible en esta crisis: "Mientras el franco suizo sea considerado una moneda tan fuerte, esas tasas podr¨ªan ser econ¨®micamente aceptables, particularmente en estos momentos de gran incertidumbre", asegur¨® el brit¨¢nico Citi en una nota a sus clientes.
Por debajo de dos a?os, todos los bonos suizos registran tipos negativos. A mayores plazos, son positivos pero ¨ªnfimos: Suiza paga el 0,98% a 10 a?os, pero tal vez el caso m¨¢s sangrante es el del bono a 30 a?os, que paga el 1,4%.
Los tipos de inter¨¦s son los precios del mercado financiero: emiten se?ales, se supone que reflejan toda la informaci¨®n disponible. Pero ahora mismo no son m¨¢s que la medida del desasosiego reinante. Indican que los inversores tienen tanto miedo que est¨¢n dispuestos a regalarle el dinero al Gobierno y a la banca suiza. El caso contrario es Grecia, catalizador de un brote psic¨®tico que esta vez quiz¨¢ est¨¦ justificado. Atenas ha anunciado que no va a cumplir con los acuerdos firmados en Bruselas en julio, y el ministro alem¨¢n de Finanzas, Wolfgang Sch?uble, advirti¨® ayer que "no hay margen": si eso ocurre, el Ejecutivo no recibir¨¢ m¨¢s dinero de la UE. Los inversores temen que Grecia provoque un efecto domin¨®, un reguero de quiebras de otros pa¨ªses y de la banca: de ah¨ª ese efecto manada, el hecho de que el mundo entero parezca querer llevarse el dinero en Suiza. En ning¨²n lugar dice que el mercado siempre d¨¦ en el clavo, pero lo cierto es que la crisis sigue proporcionando extra?os giros: alg¨²n analista califica de "aberraci¨®n" eso de los tipos negativos.
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