Mariscal ve "triste y alarmante" la censura de Barcelona contra los 'pins' de incivismo
La Central defiende que las chapas son ir¨®nicas y no promueven el incivismo
"De entrada me quedo a cuadros porque alguien tenga los cojones de decir que esas chapitas no se pueden vender en alg¨²n sitio, ?qu¨¦ se han cre¨ªdo?, ?de qu¨¦ van?". As¨ª de "indignado", se mostr¨® el dise?ador Javier Mariscal al dar su opini¨®n sobre el asunto de las chapas ilustradas con ejemplos de actitudes inc¨ªvicas que el Ayuntamiento ha hecho retirar de la librer¨ªa La Central del Museo de Historia de Barcelona (Muhba), expedient¨¢ndola de paso. Mariscal recalca que los pol¨¦micos pines son prueba de la "diversidad" de Barcelona y ofrecen una mirada ir¨®nica. "La ciudad necesita de otras miradas, y de cr¨ªtica, y de cachondeo. Este caso me provoca una gran tristeza. La respuesta me parece tan exagerada y descomunal que me recuerda a otras ¨¦pocas. Entiendo que alguien diga que las chapas son inconvenientes y carecen de seny, pero eso es una opini¨®n. Prohibir su venta en una tienda, ni que sea de un museo municipal es una barbaridad. Es alucinante, hay que tener la capacidad de re¨ªrse de uno mismo, el sentido del humor es enriquecedor siempre".
El padre de Coby a?adi¨®: "En los JJ OO, pese a la pr¨¢ctica unanimidad social que hab¨ªa a su favor, nunca dej¨® de haber gente que se opon¨ªa a que se celebraran y se les respet¨®. El respeto a las opiniones contrarias siempre ha sido el sello de esta ciudad. Las diferencias benefician. Cuando ves que se persigue el superconsenso, acojona". A Mariscal le parece lo del expediente a La Central "absolutamente desmesurado, de locos". Desde el punto de vista del dise?o, Mariscal juzg¨® muy buenas las chapitas. "Yo no las habr¨ªa hecho tan realistas, pero me gustan. Algunas est¨¢n mejor que otras. La putita, por ejemplo, est¨¢ muy bien cogida en su actitud".A otro gran dise?ador, el barcelon¨¦s Peret, los dichosos pins no le gustan tanto desde el punto de vista profesional, aunque tambi¨¦n considera que la actuaci¨®n contra ellos es lamentable. "Las chapitas en s¨ª me parecen una chorrada integral", dice. "El Ayuntamiento ha cometido una bobada y una gilipollez al darles tanta importancia. Con la que est¨¢ cayendo...". Peret no cree que las chapitas tengan siquiera la carga cr¨ªtica y provocativa que se les atribuye. T¨¦cnicamente le parecen sosas. "Son simples siluetas recortadas, algo que cre¨ªa desaparecido desde la plaga de vectoriales en el dise?o de los ¨²ltimos a?os. Han descubierto la sopa de ajo". Bueno, a alguno s¨ª que lo han provocado... "Eso s¨ª lo han conseguido, el Ayuntamiento ha picado".
En medio del alboroto que ha originado el asunto de las chapas, ayer la librer¨ªa La Central hizo p¨²blico un comunicado en el que acepta como "leg¨ªtimo" que el Ayuntamiento considere las chapas no adecuadas para la venta en la librer¨ªa de un museo municipal. A?aden que han pedido disculpas al Icub "si cree que d¨¢ndoles cabida en nuestras tiendas hemos podido da?ar la imagen de la instituci¨®n". Apuntan, sin embargo, que no creen que las chapas puedan ser consideradas "souvenirs que inciten o promuevan los comportamientos inc¨ªvicos que se representan en sus vi?etas". Al contrario, contin¨²an, "su evidente contenido ir¨®nico y cr¨ªtico solo pretende reflejar el sentimiento de indignaci¨®n que compartimos muchos ciudadanos respecto al deterioro de la vida en la ciudad, patente desde hace a?os".
Para el consejero de Interior, Felip Puig, la decisi¨®n del Ayuntamiento de Barcelona de retirar las chapas por inc¨ªvicas es el mejor ejemplo del final de una etapa de permisividad en Barcelona, informa Blanca Cia. Puig -que no coment¨® que en una chapa se ve a los mossos pegando- matiz¨® que la libertad de expresi¨®n es un derecho pero "otra cosa es que en establecimientos institucionales y municipales se apoye y difundan valores de la transgresi¨®n". A su juicio, se trata de "una actuaci¨®n necesaria para simbolizar un final de etapa". "En Barcelona, en los ¨²ltimos a?os, se ha sido permisivo con la ruptura de valores, con la transgresi¨®n, fomentando no lo c¨ªvico, sino la permisividad absurda que la ha convertido en capital del turismo nudista, de los grafiti o del top-manta permitido", abund¨®. Para el consejero, "las instituciones deben proyectar el sistema de valores que debe permitir fomentar la convivencia y un turismo que tienda a la excelencia, no a estos graciosillos".
La misma idea fue defendida por el primer teniente de alcalde de Barcelona, Joaquim Forn: "Lo que no podemos es montar dispositivos policiales y multar por las actitudes que muestran esas chapas y permitir que se vendan en equipamientos municipales". Forn a?adi¨® que el Ayuntamiento no puede entrar en lo que se vende en un negocio privado "aunque yo pueda tener mi opini¨®n", pero s¨ª tiene la potestad de velar por la correcci¨®n de lo que se comercializa en equipamientos que dependan del Consistorio. A la pregunta de si eso no es censurar, Forn subray¨® que la imagen de la ciudad no puede ser "la de una persona en el suelo y un mosso encima peg¨¢ndole".
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