La hija de Michael Mann clausura dignamente la notable Secci¨®n Oficial
El director Michael Mann est¨¢ en Venecia. No figura ninguna pel¨ªcula suya en la programaci¨®n ni su estancia aqu¨ª obedece a unas vacaciones. L¨®gicamente, periodistas aut¨¦nticamente cin¨¦filos que saben de la enorme personalidad de este hombre, creador de al menos tres incontestables obras maestras centradas en el g¨¦nero de aventuras, el cine negro y el periodismo como son El ¨²ltimo mohicano, Heat y El dilema, poseedor de una fuerza visual, una narrativa y una complejidad moral que le emparenta con los grandes cl¨¢sicos del pasado en el cine estadounidense, han intentado sin ¨¦xito entrevistarle, lograr que alguien que se expresa primorosamente con la c¨¢mara pero que siempre es parco en sus manifestaciones hable en profundidad de su obra y de sus proyectos. No ha habido forma. Michael Mann ha acudido a la Mostra por una raz¨®n muy poderosa, para apadrinar Texas killing fields, que es la ¨®pera prima de su hija Ami Canaan Mann y en la cual este figura como productor ejecutivo.
'Texas killing fields' no abusa de las pretensiones de autor¨ªa, pero s¨ª posee un tono sombr¨ªo
Imagino que dedicarte al mismo arte de tu padre cuando este ha demostrado ser un insuperable virtuoso implica inseguridad y miedo, la certeza de que siempre te van a comparar con ¨¦l, te van a observar con lupa aunque sea injusto. Texas killing fields no abusa de las pretensiones de autor¨ªa ni intenta redimir al mundo, pero s¨ª posee un tono sombr¨ªo, una c¨¢mara que se mueve con estilo pero que nunca es gratuita ni exhibicionista y una historia muy negra resuelta con cierto talento. Basada en hechos reales, describe la investigaci¨®n de dos polic¨ªas de una serie de asesinatos de ni?as que andaban a la intemperie o que sobreviv¨ªan en familias disfuncionales. Sospechas que Michael Mann ha estado muy encima en la gestaci¨®n y en desarrollo del primer largometraje de su cachorra, pero tambi¨¦n constatas que ella tiene un talento aut¨®nomo para moverse con soltura y hacer entendible esta cr¨®nica de la maldad. No es una pel¨ªcula deslumbrante pero s¨ª digna, con suspense, con una atm¨®sfera opresiva.
El director ruso Alexander Sokurov se hab¨ªa ocupado anteriormente en un cine que a m¨ª me resulta indigerible de la naturaleza, las sombras y el peligro que representa el poder absoluto en sus l¨®bregos retratos (el color con el que est¨¢n concebidos exige demasiado esfuerzo a la vista, no es que sean voluntariamente oscuras, sino que a veces te cuesta un mont¨®n distinguir lo que ves en la pantalla) de Hitler, Lenin y el emperador Hirohito. En Fausto prosigue ese discurso adaptando en su estilo a Goethe. Es una pel¨ªcula insufriblemente ret¨®rica, espesa en sus im¨¢genes y en sus di¨¢logos, complementada por una voz en off que va vomitando la retorcida visi¨®n del protagonista sobre las personas, los sentimientos y las cosas.
El jurado, presidido por Darren Aronofsky, autor de un cine tan personal como a veces esot¨¦rico, va a tener complicado decidir el palmar¨¦s ante la cantidad de heterodoxo talento que han exhibido numerosas pel¨ªculas de la Secci¨®n Oficial. Resulta transparente la calidad que acompa?a a las obras de Roman Polanski, Steve McQueen, George Clooney, David Cronenberg y Tomas Alfredson, entre otros. Pero los jurados acostumbran a dar desagradables sorpresas, a sentir antipat¨ªa por la l¨®gica, a promocionar todo lo que huela a experimento caprichoso e intelectualismo forzado. Esperemos que se imponga la sensatez.
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